Volviendo al período especial

Elías Amor Bravo economista

Cuando cayó el imperio soviético, tras el derrumbe del muro de Berlín por alemanes que deseaban vivir en libertad, el régimen de La Habana se quedó en la más absoluta orfandad política e ideológica. Fidel Castro no dio su brazo a torcer. Aplicando las medidas del “período especial en tiempos de paz” quiso salir del trago amargo, y obligó a los cubanos a pasar todo tipo de privaciones.

El transporte fue entonces uno de los sectores que salió más mal parado, al no llegar los “suministros” del petróleo ruso. Más o menos como ahora. Ya entonces Cuba no tenía acceso a los mercados mundiales de petróleo por culpa de sus deudas acumuladas. La historia se repite.

El régimen echa la responsabilidad de la situación a los problemas técnicos de un suministrador, a los barcos que no llegan, o al embargo, pero todo esto no tiene mucho sentido cuando la razón principal es el impago de deudas que impide acceder a los mercados de petróleo como cualquier otro país. De hecho, no hay falta de combustible actualmente en ningún país del mundo, y se da la circunstancia de que el petróleo está bajando su precio. Solo en Cuba hay falta de combustible (y de comida, electricidad, de todo). Que se lo hagan mirar.

Algunas cosas vuelven a la realidad cotidiana de los cubanos. En el período especial se ordenó la aplicación de una serie de medidas para el transporte de pasajeros ante la escasez de combustible y volvieron los camiones privados, los carros de tracción animal o cualquier tipo de vehículo estatal a la obligación de dar traslado a la gente por las principales vías a la población, en las condiciones que fuera. La película "Guantanamera" ofreció imágenes de aquel momento, que parece que van a volver a la realidad.

El régimen, ante la ausencia de combustible que impide la celebración de los fastos del 1 de mayo en La Habana, ha aprobado la Resolución 435 que obliga a todos los choferes a recoger pasajeros, con la presencia o no de inspectores en las paradas.  A partir de ahora, se recogerá a pasajeros por todas las modalidades de transporte, en las rutas más transitadas, con prioridad en los horarios pico, denominados así, por la acumulación de personas en las paradas y el nivel de movilidad de estas. Una situación alarmante para momentos difíciles. Y el pueblo, como en el período especial, pagando con mayores sacrificios la peor parte.

La prensa estatal ya ha dado a conocer las medidas que se están aplicando urgentemente en la capital y en Las Tunas, zonas de alta densidad de población, y que poco a poco se irán extendiendo al resto del país.

Es fácil recordar cómo intervenían los comunistas en las demandas de transporte durante el “período especial”. Apostados en determinadas zonas del territorio, sobre todo las más concurridas, los agentes del partido y seguridad del estado que participaban en la operación detenían cualquier medio de transporte de los pocos que pudieran circular por las vías, y comenzaban un chequeo exhaustivo para saber de dónde venían, qué transportaban, a dónde iban etc. El caso era investigar y controlar.

Pues bien, los comunistas ya han dispuesto un sistema parecido en 2023 y según informa la prensa estatal desde la madrugada comenzaron los chequeos, de los que puede salir cualquier cosa. Se habla mucho de que se necesita la solidaridad, y la participación de todos los que puedan, de una forma u otra, contribuir a paliar la situación.

Pero en realidad, según dicen los medios, las acciones de inspección y control de la Resolución 435 han surgido con una extraordinaria rapidez. Se insiste en que se basan en una “planificación objetiva, con los recursos que tenemos en la mano, para que no se quede desprotegido ningún destino y cada tarde nos reunimos, otra vez, para evaluar el desempeño de cada entidad en este momento crucial de escasez de combustible”. Lo que parece evidente es que estuvieran preparadas de antemano para todo esto. Increíble.

La actuación del régimen pretende, al igual que en el período especial, que los camiones de los particulares se dirijan por las rutas de mayor demanda, y que los choferes de mototaxis colaboren en los circuitos urbanos. Hay dudas sobre si los turistas tendrán que llevar en sus coches de alquiler a ciudadanos.

Estas acciones de control van acompañadas de medidas para la disponibilidad mayor de lubricante a quienes contribuyan a los desplazamientos. Hay dudas de que el camión que llega con el depósito vacío a La Habana y se encuentra las gasolineras sin servicio, vaya a tener que parar su actividad por mucho que haya colaborado.

De momento, se informa que las unidades empresariales de base de Ómnibus Nacionales de Las Tunas siguen cumpliendo los viajes programados hacia La Habana, Camagüey, Santiago de Cuba, Matanzas y Holguín, y en la noche del miércoles 19 de abril hubo una salida extra hacia la capital del país, pero la escasez de combustible afectará estos servicios de forma inminente.

A la falta de gasolina y diésel, que es lo que ahora afecta al sector transporte, había que añadir la escasez de piezas de repuesto, gomas y baterías, recursos deficitarios e imprescindibles para la recuperación del parque de vehículos y su actualización. La crisis del transporte por su carácter transversal afectará en mayor medida a todos los sectores de la economía y sobre todo a las condiciones de vida de la población. Nada bueno para el PIB de 2023, habrá que tenerlo en cuenta para el cálculo.

Dadas las circunstancias excepcionales, muchos cubanos se preguntan si los coches oficiales en que viajan Díaz Canel, Marrero o Gil serán detenidos e inspeccionados para que trasladen a otras personas rumbo a sus destinos. Hay dudas de que ello sea así. En "Guantanamera" llegaron a trasladar a un fallecido en distintos vehículos por las provincias del país. Los comunistas tienen ideas de este calado.

Comentarios

  1. En el mal denominado “período especial” me comentó un médico amigo que los fallecidos de los hospitales cuando eran más de uno se trasladaban a las funerarias unos encima de otros para solamente dar un viaje.
    Mi suegra en esa época se fracturó la cadera y ante la demora hablamos con la médico de la familia para trasladarla en un taxi (en dólares), pero nos dijo que podíamos causarle más daños que esperáramos por la ambulancia y que la acostáramos en el piso. La ambulancia llegó a las 10 horas de solicitada. Una señora de más de 80 años “tirada en el suelo” todo ese tiempo y nosotros en la desesperación. La historia de lo ocurrido en el hospital merecería el guion para una obra de teatro. Se verán cosas peores.

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  2. El período especial sólo ha comenzado…

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