¿Qué hace Cuba en la cumbre antiinflacionaria de López Obrador?

Elías Amor Bravo economista

Nada. Que no digan que no fueron avisados. Los 11 países de América Latina y Caribe que decidieron tomar parte en la cumbre antiinflacionaria organizada por López Obrador no se parecen en nada a Cuba en sus modelos económicos. 

Cuba es una auto aislada utopía marxista leninista cuyos dirigentes políticos aspiran a seguir controlando la economía por medio del poder del estado y con recetas que no se pueden aplicar en otros países. Es por ello que nos hemos preguntado que hacen ahí los castristas si no es para incordiar y hacer ruido.

El hilo común de los 11 países es afrontar los altos precios de los productos de consumo e insumos. Se advierte que para tener éxito en esta tarea no sirven enunciados o proclamas políticas, ni mantener a ultranza compromisos de cumbres de organizaciones como la CELAC, sino que primero hay que entender bien de donde viene la inflación y cómo hacer frente causando el menor daño posible a las economías.

Los 11 países, entre los que se ha colado Cuba, a pesar de lo poco que tiene que ver con el resto, deben saber que el éxito contra la inflación, una vez identificado el problema, depende de actuaciones correctas en materia de política económica monetaria y fiscal, y de no dejarse seducir por los cantos de sirena. La inflación solo se puede vencer con aumentos de la oferta, mejoras de eficiencia y productividad, control monetario y fiscal, que contribuyan a estabilizar los precios.

La mejor forma de entender que Cuba no se encuentra en el foro adecuado, consiste en analizar la declaración de la cumbre de López Obrador que ha publicado los acuerdos de los 11 países asistentes, con los que piensan que se puede reducir la inflación. Cuba ni idea.

Primera propuesta: avanzar en la definición de las facilidades comerciales, así como en las medidas logísticas, financieras y de otra índole, tomando en consideración la realidad de cada país. Hablen a Cuba de facilidades comerciales a ver qué opina. Nunca lo serán para el sector privado. Lo más, facilidades para la inversión extranjera pero siempre controlada por el estado. Nunca habrá facilidad alguna comercial, logística o financiera para el sector privado que es al que se dirige esta primera propuesta de la declaración de López Obrador.

Por otro lado, ¿No sería mejor una estrategia global e integrada contra la inflación, en vez de intentar luchar desde cada país? Que todos se pusieran de acuerdo sobre una serie de medidas de carácter regional que tiendan a mitigar el fenómeno de la inflación de forma simultánea en todos los países. Si se pretendiese dicho acuerdo, Cuba no podría formar parte del mismo, porque sus estructuras económicas no lo harían posible. La libertad económica en la Isla simplemente está proscrita.

Además, hay un segundo problema porque las facilidades comerciales y logísticas se quieren aplicar solamente al intercambio de productos de la canasta básica y de bienes intermedios, y las preguntas son ¿Por qué no aplicar a todos los bienes y servicios, de forma generalizada? ¿Qué sentido tiene apostar por unos bienes en concreto si las tensiones de la inflación subyacente pueden mantenerse en el resto?

Lo que acabará ocurriendo es justo lo contrario que se pretende conseguir, los productos que estén excluidos de las facilidades verán disparar sus costes creando dificultades mayores de acceso a la población pobre y vulnerable, y aquellos productos que se sometan a los controles, desaparecerán de los mercados con las primeras graves carestías. Se avecina una espiral de desgracias promovidas por la torpe aproximación al problema de la inflación tratando de controlar solo los precios de la canasta e insumos. La inspiración del modelo cubano es un fracaso, sin embargo, el ejemplo de la Unión Europea debería servir para comprobar cómo países distintos unen sus esfuerzos en la lucha común contra el mal de la inflación.

Segunda: deciden crear un Grupo de Trabajo Técnico integrado por representantes de los gobiernos de cada país, para determinar las medidas de cooperación regional mencionadas en el punto anterior, con relación con los productos básicos e insumos, particularmente fertilizantes químicos y orgánicos. ¿Y qué creen ustedes que va a dirigir el representante del gobierno cubano? Ya se sabe qué entiende Cuba por cooperación regional y tiene poco que ver con las facilidades comerciales, logísticas o financieras.

No hace falta insistir que este Grupo de Trabajo va a desarrollar sus funciones siguiendo las directrices que marquen los gobiernos de los países participantes en la Cumbre. Es decir, este Grupo no tendrá facultades para plantear alternativas. Eso no es un Grupo de Trabajo, sino una fila de obedientes que lo único que hará es validar las torpes decisiones de los políticos.

Buen ejemplo de ello es el mandato a trabajar solamente con productos básicos e insumos, particularmente fertilizantes químicos y orgánicos. Habría que explicar a estos 11 países y a López Obrador, que en un escenario como el actual del siglo XXI, de globalización e internacionalización tecnológica avanzada, olvidarse de la relevancia del precio de los servicios en la inflación es un grave error. Por desconocimiento o demagogia, ni López Obrador ni sus amigos, han tenido en cuenta estas cuestiones. Habrá que ver si el susodicho Grupo de trabajo tiene éxito proponiendo la inclusión de los precios de los servicios. En Cuba de esto no tienen ni idea.

Tercera: el Grupo de Trabajo Técnico tendrá la facultad de establecer un plan de acción que permita implementar, en un plazo razonable, la adopción de medidas de facilitación del comercio para hacer frente a los altos precios de productos de consumo básico e insumos. Insisto, ese plan se va a quedar cojo en poco tiempo, por realizar una atención parcial a solo unos productos, y lo que es peor, olvidarse de los servicios y los bienes tecnológicos. ¿Qué entienden por plazo razonable? A ver si van a acordar el plan de acción cuando los precios ya estén bajando, como de hecho ya está ocurriendo en los países avanzados.

Si realmente Obrador y demás quieren contribuir a la seguridad alimentaria y nutricional, que incluya la transferencia de tecnología y la cooperación, así como generar un círculo virtuoso de prosperidad, crecimiento económico y desarrollo sostenible para América Latina y el Caribe, la solución no es otra que es apostar por la libertad, la competitividad y la productividad y dejarse de mecanismos de control e intervención.

Cuarta: el Grupo de Trabajo Técnico realizará un análisis de viabilidad y acciones que deriven en un acceso más ágil y efectivo a productos de consumo básico e insumos a través del avance de mejores condiciones logísticas. Aquí se nuevo, Cuba se presenta como un caso aislado y diferente, ya que en la Isla las condiciones logísticas no guardan relación con la inflación teniendo en cuenta la desorientada política de subsidios que practica el régimen con su impacto sobre el déficit público ¿Es que el Grupo de trabajo no podrá analizar la influencia sin duda negativa, del déficit público y el descontrol monetario que hay en determinados países, como Cuba, sobre la inflación?

Y ¿Por qué la influencia de la logística tan solo a productos de consumo básico e insumos, y no al resto de productos y servicios?  La iniciativa de López Obrador consiste en priorizar el desarrollo de un marco para la remoción de obstáculos y armonización de regulaciones y certificaciones sanitarias y fitosanitarias, cuando sea posible, Una tarea de cierta complejidad para Cuba, donde esas reglamentaciones no solo se pierden en la maraña burocrática del sistema económico, sino que son muy difíciles de ser eliminadas por cuanto generan empleo a cuenta de las arcas del estado.

Además, se pretende remover obstáculos en concordancia con los requisitos establecidos por cada país para la protección en dichos ámbitos y basadas en evidencia científica, parece demasiado ambicioso o complicado de alcanzar en las condiciones que se plantea. En el caso de Cuba, donde esos obstáculos son la esencia del modelo económico y base para el funcionamiento de extensas parcelas del estado, lo más probable es que se acabe sin hacer nada.

Quinta: Dentro de las facilidades logísticas y financieras referidas, el citado Grupo recomendará la adopción de medidas para mejorar la eficiencia del ingreso y la salida de productos por puertos y fronteras, y el intercambio de insumos intermedios, maquinaria y tecnología en beneficio de la productividad agrícola. De nuevo el planteamiento parcial y excluyente que supone abordar un fenómeno integral desde una perspectiva inadecuada ¿Qué puertos, qué fronteras y por qué? Y ¿por qué solo beneficiar la productividad agrícola y no del resto de sectores. A estos 11 países conviene recordar que la productividad agropecuaria del régimen comunista cubano no depende de los puertos y fronteras, sino de la estructura jurídica de derechos de propiedad, que prohíbe la propiedad privada de la tierra.

Sexta: Impulsar medidas tendientes a la facilitación del acceso al crédito a nivel internacional, y a aumentar el financiamiento multilateral de proyectos agrícolas, agroindustriales y de infraestructura para el transporte de mercancías. La banca internacional difícilmente podrá entrar a jugar un papel en este asunto, porque bastante tiene que hacer para luchar contra los efectos negativos de la inflación sobre los activos y depósitos.

Los créditos que se quieren otorgar a determinados proyectos pueden acabar siendo insostenibles por la erosión de los precios provocada por la inflación. Si la banca no entra en estos negocios, el espacio quedara abierto para otro tipo de entidades financieras que intentarán obtener provecho de estas operaciones diseñadas  de forma deficiente. 

Y en el caso de Cuba, después del juicio de Londres, este tipo de proclamas van a pasar de largo, porque la Isla se dado un duro golpe contra una política de deuda suicida que ha sido sancionada duramente en los tribunales. La financiación internacional se alejará cada vez más de la Isla.

Séptima: Coordinar esfuerzos con productores, compradores, transportistas y operadores logísticos del sector privado y de otros actores económicos para dar seguimiento a los acuerdos de esta Cumbre y sus resultados. Si esa coordinación de esfuerzos se queda solo en eso, bienvenida sea, pero mucho nos tememos que hay interés en la injerencia y control de los  sectores productivos y un mayor intervencionismo del estado detrás de estos movimientos. Este tipo de propuestas siempre suele quedar bien cara a la galería, pero en el caso concreto de Cuba, ya se verá a quién invita el régimen para realizar ese seguimiento. Lo más probable es que se acabe invitando a sí mismo.

Las 11 países participantes se han convocado a realizar los días 6 y 7 de mayo, en México, una reunión presencial con representación de los sectores empresariales, incluidas organizaciones de la agricultura familiar y campesina, y autoridades de alto nivel de los países. El régimen cubano se ha volcado con este foro. Algo buscarán. 

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