¿Se abrirán las puertas del sistema financiero cubano a la banca internacional como en el turismo?
Elías Amor Bravo economista
De veras, ahora ya no se entiende nada de nada. Marrero diciendo que el sistema financiero cubano "debe desempeñar un papel más protagónico". Tal vez no haya querido decir eso, o lo más probable es que ignore lo que esta diciendo. Parece mentira que los comunistas exijan ahora a sus bancos que ganen dinero. Si. Lo han oído bien, la especulación en el negocio bancario es la nueva consigna del régimen.
Que los bancos ganen dinero a costa de sus clientes. Se levantó la veda para acumular riqueza en estas entidades que pertenecen al estado. Esto más o menos es lo que se puede concluir de una asombrosa reunión de balance de Marrero con Gil, Vázquez el presidente del BCC y personas de los departamentos.
Los comunistas no se cortan lo más mínimo. Marrero dijo que “necesitamos más acompañamiento del Banco Central de Cuba (BCC), que nos haga más propuestas, como nuestro gran asesor para tomar decisiones oportunas”. Parece que Marrero ha olvidado qué papel tiene el Banco Central dentro del sistema económico, que es contribuir a la estabilidad de la moneda por medio de la política monetaria. Ahora no es así, toca ganar dinero como sea y si puede ser facilitando el acceso del país al sistema financiero y bancario internacional, tanto mejor. ¿Bancos extranjeros en Cuba? ¿Por qué no? ¿Cuáles? Eso ya es otra cosa. La memoria de los dirigentes comunistas cubanos es tan reducida que a veces sorprenden. ¿De veras Marrero piensa que el BCC le va a servir para acceder a financiación internacional? ¿Acaso no se acuerda de la sentencia de 94 páginas de la juez de Londres?
El sistema financiero cubano no puede prosperar con sus propias potencialidades, porque depende de las decisiones de Marrero, Gil y Vázquez que no entienden de banca ni finanzas. Por eso, el sistema es ineficiente y trabaja al servicio de imperativos políticos como colocar los bonos soberanos que financian el déficit público en las entidades. Su papel es de mera correa de trasmisión de órdenes de la seguridad del estado, y la eficacia nula.
Las crisis financieras que han sacudido al mundo en los últimos años no han afectado directamente a los cubanos porque su sistema bancario es tan primitivo y se encuentra tan aislado del mundo, que apenas intermedia. La bancarización en Cuba, ese gran objetivo de Gil, es de las más bajas del mundo. Los cubanos no se fían de sus bancos, y hacen bien. La mayor parte de las transacciones en el área del peso (que representa el 70% de la circulación mercantil) se hacen en efectivo.
¿Y qué decir de los retos del BCC en estos momentos? Desde luego, nada que ver con lo dicho por Marrero en su intervención. Ni hace falta “un análisis con integralidad que permita enfrentar el fenómeno de la falta de dinero en efectivo que se presenta en varios territorios del país”, ni tampoco “la revisión de planes de medidas que verdaderamente puedan generar ingresos de divisas a la nación”. Si Marrero quiere encargar algo que realmente sirva al BCC tiene que apostar por su credibilidad internacional y asegurar que los mercados financieros internacionales lo tomen en consideración. Insisto, leer la sentencia de la juez de Londres ofrece ideas de por dónde ir.
Marrero dijo algo relativo a “trabajar respecto a la situación de la deuda externa; replantearse las bases financieras de la inversión extranjera en el país; y dar pasos contundentes en la calidad y organización del sistema nacional de pago, la bancarización, la educación financiera y la informatización” que expuesto en estos términos parece interesante pero que se sabe que, a la larga, no va a concluir en nada concreto.
La solución de la deuda es pagar, reducir el gasto interno del estado allí donde sea posible y dejarse de aventuras. Ser responsable y pagar los atrasos, poniéndose al día, como cualquier deudor de barrio. Y por mucho que duela, olvidarse de las algaradas de Fidel Castro sobre impagos de la deuda internacional y tratar de que los otros, todo el mundo, sepan que Cuba paga, y que aquellas ideas locas ya no se repetirán. Hay que volver al redil. No hay alternativa para el régimen comunista.
Y después, como no, Marrero habló del eterno perfeccionamiento del sistema bancario, que ahora se quiere acelerar con el paradigma de ciencia e innovación de la tesis doctoral de Diaz Canel, que ahora resulta imprescindible, a la vez que trató de justificar las medidas del mercado cambiario diciendo que iban en la dirección correcta, pero que no han dado resultado. Entonces, no sirven, diremos nosotros. En materia bancaria, hay poco que investigar, que se lo pregunten a algunos de los economistas que prestan sus servicios en el BCC.
En la reunión se pasó revista a otros temas, como la ciberseguridad, el capital humano que está presente en todas las reuniones de balance sectoriales, y las condiciones de trabajo y las facilidades crediticias a los nuevos actores económicos. Marrero pidió lograr la necesaria prevención de los delitos financieros, con prioridad en los lavados de activos; e incrementar la atención al cumplimiento de las medidas de control y procedimientos establecidos en el sistema bancario. Mensajes que de cara a la galería internacional solo pueden servir si se adoptan las pertinentes medidas en las operaciones financieras. Una cosa es decir y otra bien distinta hacer.
También exigió que “la calidad tiene que reinar en el sistema bancario de cara a la población” sin duda olvidándose de las colas bien visibles a aquella misma hora, en algunas entidades para realizar operaciones de cambio de divisa o el pésimo funcionamiento de cajeros lo que obliga a los clientes a recorrer kilómetros para encontrar alguno, y solo se refirió brevemente al final de su intervención a lo “sucedido recientemente en Londres como un asunto que debe ser tratado y reflexionado con una mirada autocrítica”. Nos quedamos con ganas de más.
El informe de gestión del BCC en 2022, presentado por su presidente (que no estuvo durante ese año en el cargo) dijo que en un hostil y complejo escenario, el sistema bancario y financiero nacional “mantuvo la vitalidad de los servicios esenciales, participando activamente en la Estrategia Económica y Social, con un grupo de acciones de diseño e implementación de mecanismos para avanzar en la recuperación de la economía”. Habría que saber cuáles son esas acciones, porque la economía lejos de mejorar ha ido a peor.
Y añadió al respecto, “que se cumplieron las indicaciones relacionadas con medidas de gobierno adoptadas para incrementar la producción de alimentos, la banca de fomento agrícola, la comercialización directa de las formas productivas y el desarrollo de inversiones”. Lo mismo. De nada sirve obedecer al gobierno, si luego siguen los mismos problemas. Los bancos centrales no están para dedicarse a este tipo de cosas.
Se reconoció en el documento que la calidad del servicio que presta el BCC aún no muestra los resultados que requiere la sociedad, y desde aquí nos preguntamos a qué sector de la sociedad dirige sus servicios el BCC. También señaló que se identificaron como principales problemas "el incremento en la cantidad de operaciones que no se corresponde con la infraestructura tecnológica y la fuerza laboral actual; insatisfacciones de los clientes por demoras en los servicios; inconformidad con procedimientos bancarios que no se ajustan a los requerimientos actuales; trato inadecuado; demanda no cubierta de efectivo en pesos cubanos y moneda extranjera; e ineficiencia de la red de cajeros automáticos; unido todo al déficit energético que se presentó en 2022". En fin, más de lo mismo de siempre, y con todo y eso, quieren que la sociedad cubana se bancarice. Van listos.
También el presidente del BCC se refirió a la implementación, a partir del 4 de agosto de 2022, del mecanismo de acceso a las divisas para la población, asociado al desarrollo del mercado cambiario, una medida que calificó como "un reto para el sistema desde el punto de vista operativo y por las propias distorsiones que ha presentado su implementación". Debe saber de lo que está hablando, viene de las CADECAS.
De hecho, al referirse a las distorsiones, señaló que "una de ellas es la persistencia de desequilibrios monetarios que han generado un incremento sustancial de la cantidad de dinero en moneda nacional en la economía, con alto atesoramiento fuera de los bancos, lo que ejerce una enorme presión en la demanda de divisas que no pueden ser satisfechas con la oferta disponible en el mercado al tipo de cambio vigente". Desequilibrios monetarios que tienen su origen en el irresponsable y abultado déficit público que el presidente del BCC no tuvo valor de citar. Aquí se nota su falta de independencia del BCC, uno de los asuntos que restan credibilidad internacional a la economía comunista cubana.
Y luego, a modo de anticipo final, el presidente del BCC anunció que en 2023, “corresponde a la entidad rediseñar institucionalmente el sistema bancario y financiero, ajustándolo a los requerimientos actuales de la economía para su mejor funcionamiento” y anunció “otras prioridades de trabajo como el desarrollo de la actividad de inteligencia financiera, el diseño de una estrategia integral para el reordenamiento de la deuda cubana, la creación del mercado de deuda pública, la potenciación del mercado cambiario, el perfeccionamiento del sistema de asignación de liquidez, de conjunto con el Ministerio de Economía y Planificación, y el rescate de las coberturas de efectivo necesarias para el buen funcionamiento del sistema bancario y la economía”.
Sin duda se acumulan los deberes, aunque se deja de lado lo más importante que es implementar una política monetaria seria y creíble. Y lo más alarmante de todo ello, es la referencia al "rediseño institucional del sistema", una propuesta que tiene mucho de críptica y que bien podría ser otra cosa, como la entrada de bancos privados extranjeros a operar con los estatales, siguiendo un modelo similar al hotelero. De perdidos, al río.
Gran información.
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