Los giros inesperados en política económica no son buena cosa

Elías Amor Bravo economista

En un giro sorprendente de política económica, practicada hasta ayer mismo, el régimen comunista de Cuba ha autorizado a las instituciones financieras y bancarias a aceptar depósitos en efectivo de dólares estadounidenses en cuentas bancarias. ¿Dónde quedó la unificación del peso y la tarea ordenamiento? ¿Dónde estaban aquellas bóvedas del estado llenas de papel moneda que no se aceptaba en los intercambios mundiales por su nula trazabilidad? ¿Dónde quedó el lamento del régimen por la inclusión de Cuba en la lista de patrocinadores del terrorismo? ¿Y el embargo/bloqueo qué?

Desde siempre, las contradicciones han sido la nota dominante de la política económica comunista, y en este caso, el modelo cambiario desde la tarea ordenamiento no ha hecho más que padecer los arrebatos de cada momento. ¿Es este uno de ellos? Vaya usted a saber. El caso es que, por sorpresa, y sin que nadie esperase algo de este cariz, los comunistas dan vía libre a que sus bancos (no conviene olvidar que son estatales y dependen del régimen, por mucho que se diga lo contrario en la sentencia del juicio de Londres) van a aceptar depósitos en dólares en efectivo. O, dicho de otro modo, la persona que recibe remesas del exterior de sus familiares que trabajan en factorías de Hialeah va a poder abrir una cuenta en dólares y operar con ella. Incluso, el régimen ha decidido que pueda operar en el mercado cambiario en la compra y venta de divisas.

La primera consecuencia de esta medida es que los comunistas rompen con el principio que ellos dicen defender de justicia social. A partir de este momento, los cubanos con "fe" van a disfrutar, de antemano y sin más que recibir dinero en remesas por alguna de las compañías que se dediquen a ello, o de manera informal en el bolsillo de los viajeros, un nivel de vida y unas posibilidades de gasto superiores al que solo recibe sus ingresos en pesos cubanos. Y eso se mire por donde quiera, es inflacionista. No es que las diferencias no existieran antes, el asunto es que ahora se van a poder visibilizar con el trasiego de dólares en los bancos.

Las autoridades han dado a la medida una importancia destacada. Una Gaceta Oficial extraordinaria, la No. 26 de 10 de abril de 2023, ha sido dedicada en exclusiva a divulgar una de las primeras resoluciones del flamante presidente del Banco Central de Cuba, que deroga la Resolución 176 de junio de 2021, que prohibía la aceptación del dólar estadounidense en efectivo por parte de los bancos e instituciones financieras no bancarias, para su bancarización y que causó sorpresa en su momento. Ya iba para dos años la prohibición de la aceptación del dólar en los bancos, y los cubanos se habían adaptado a la misma, como casi todas las imposiciones del régimen comunista, de modo que el daño que se suponía que iba a crear, acabó siendo mínimo.

Con la derogación de aquella absurda Resolución, la referida 176/2021 la de las bóvedas del estado llenas de dólares y la persecución a Cuba en los mercados financieros internacionales para que explicase la trazabilidad de sus dólares en maletines, se pone fin a las “supuestas” razones, “circunstancias y prioridades” que promovieron dicho decreto, y el régimen declara que “la operatoria del mercado cambiario se adapta a las actuales de la política económica”.

¿A cuáles? Al parecer, la decisión se piensa que está bien fundamentada. Por un lado, el actual escenario económico del país, habiendo superado la pandemia de la covid-19, con el inicio de la reanimación del turismo, la reanudación de la presencia de visitantes extranjeros y la recuperación paulatina de la actividad productiva y de servicios, aconseja dar este paso, apunta la resolución.

Y también añade, “aun cuando permanecen en vigor las medidas de máxima presión económica que han reforzado en extremo al bloqueo económico, en particular las dirigidas a entorpecer los flujos financieros externos de Cuba e impedir los depósitos en el exterior de dólares estadounidenses en efectivo”.

En realidad, si se piensa detenidamente, el escenario actual tiene mucho que ver con el que llevó a la publicación de la norma anterior la 176/2021, porque la pandemia sigue dando que hablar y los sectores productivos y de servicios están paralizados. La única salvedad se presenta en el turismo que, sin recuperar los niveles de 2019, ha registrado mejores resultados que en las campañas de los dos años anteriores. Pero el resto de los parámetros se mantienen iguales, y por tanto, las justificaciones del régimen para el cambio de medida no parecen razonables, ni dan credibilidad a los decisores.

El régimen se refiere igualmente al “mercado cambiario establecido en agosto de 2022”, que en realidad no fue mercado cambiario alguno, sino un tipo de cambio intermedio y provisional entre el oficial de la tarea ordenamiento, y el que regía en las calles en los mercados informales (al que recurría la mayor parte de la gente porque se podían conseguir las divisas necesarias).

Y como el entorno sigue igual, y el régimen lo reconoce, al señalar que “la política de presión económica que dio lugar a la decisión de junio de 2021 permanece vigente, el problema de fondo no se ha resuelto”, es por ello que nadie entiende qué condiciones han sido creadas desde entonces “para que se pueda aceptar, como era en el pasado, tanto la posibilidad de realizar depósitos en dólares estadounidenses en las instituciones financieras y bancarias, como de recibir esa moneda en efectivo a partir de operaciones de canje”. Como suele ocurrir en muchas decisiones de las autoridades comunistas cubanas, alguien se levantó con el pie cambiado y dijo, vamos al experimento sin pensar en las consecuencias.

La nota señala finalmente que se procederá a “monitorear la evolución de la actividad bancaria y financiera a partir de este nuevo paso, con la confianza de que resultará beneficioso para la actividad económica nacional y para la población, y con la disposición de realizar los ajustes que resulten pertinentes según su comportamiento”. 

La economía no es una cuestión de confianza, sino de respeto a las leyes y de no interferir en las mismas. Los dirigentes comunistas cubanos no son conscientes del daño que provocan en el comportamiento de los actores económicos con estas idas y venidas, que acaban generando daños muy superiores a los que se pretenden resolver. Inundar la economía cubana de dólares es una mala decisión para la política de estabilización que anuncia el régimen. La tarea ordenamiento ha vuelto a ser cuestionada y todo el mundo se queda tan tranquilo. Los daños anunciados los veremos pronto. Vigilen el tipo de cambio informal. Ya verán.

Comentarios

  1. El peso cubano perderá aún más su valor y la inflación aumenta…

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  2. ¿Y?
    Esta explicación de contestó y posibles resultados está bien. Pero donde está la sugerencia de una solución. Porque no da nadie un diagnóstico real y objetivo¿?
    ¿El principal problema de la economía cubana es la inflación?
    ¿Es solo un problema de política monetaria?
    ¿Se resolverían los problemas con solo una peso cubano en circulación?
    Usted sabe las respuestas a estas preguntas. Es bastante arrogante o inocente pensar y decir que no saben lo que hacen, si lo saben y lo que hacen es Robar el dinero de todo el que se deje, bien por avaros o por incautos al depositar dólares en nada que el régimen de cuba tenga control.
    Si al final terminará sucediendo (abiertamente) la dolarización es inevitable y es lo mejor que puede pasarle a el cubano que está atrapado en un régimen totalitario comunista, que utiliza sin dudar el banco central y la política monetaria para esquilmar los recursos del ciudadano y así mantener en estado de supervivencia y que sean más fáciles de controlar y mantenerse en el poder

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