La inflación en abril que no cesa
Elías Amor Bravo economista
La inflación en Cuba, según datos de la ONEI, ha vuelto a dar señales muy negativas en el mes de abril después de haber comenzado el año rompiendo todos los récords internacionales. La tendencia al aumento de los precios se ha intensificado, con un aumento de la tasa interanual que se ha encaramado hasta el 45,36%, frente a 23,69% del mismo mes de 2022: el doble. Una aceleración del 91% en el período en cuestión.
De modo que un producto que costase 100 pesos el 1 de abril de 2021 habría visto su precio aumentar de acuerdo con la inflación acumulada desde entonces, hasta los 179,8 pesos. Un proceso que está erosionando las rentas ya que, en el mismo periodo, ni salarios ni pensiones, han registrado un crecimiento similar.
La tasa de aumento mensual, que mide el incremento de los precios entre abril y el mes anterior, marzo, fue de un 2,78%. De mantenerse esta tasa durante el año, la inflación se podría situar cerca del 40% acumulado.
Por otra parte, la evolución de la inflación ha sido especialmente perjudicial porque se ha concentrado, de forma más intensa, en los precios de los alimentos y la restauración (en este último componente se incluyan gastos como las meriendas o las comidas no elaboradas en el domicilio) que se han disparado con relación al período anterior.
Por categorías, la tasa interanual de Alimentos y bebidas no alcohólicas aumentó un 70,67%, superior a la registrada el pasado mes de marzo, y en Restaurantes y hoteles fue un 64,91%. Las tasas de aumento mensual de ambos componentes del índice han sido 3,7% y 4,01% respectivamente, más de 1 punto porcentual por encima de la media.
El resto de los componentes del IPC de Cuba no han seguido una evolución positiva, lo que indica que la inflación subyacente, la que excluye alimentos y productos energéticos, muestra una notable rigidez a la baja y aventura aumentos de precios en los próximos meses.
En cuanto a los Bienes y servicios diversos registraron un aumento de la tasa interanual en abril al 21,79%, Muebles y artículos para el hogar 21,19%, incluso Educación, uno de los logros de la revolución, 19,50% y el Transporte, donde se incluye el componente de energía, 19,15%.
Los componentes menos inflacionistas fueron Salud 2,41%, Comunicaciones 0,34% (este no entra en la composición del índice) y Bebidas Alcohólicas y Tabaco 1,82% que mantiene una tendencia a la baja desde hace meses. Estos componentes mostraron estabilidad de los precios por tratarse de monopolios estatales o por prestarse directamente con cargo al presupuesto.
El resultado de abril en términos de inflación vuelve a arrojar sombras de duda sobre la capacidad del régimen para estabilizar la economía, a pesar de las declaraciones del ministro Gil de que esta iba a ser la prioridad del gobierno. Lo cierto es que este mes de abril de 2023 la inflación en Cuba está más alineada con el 77,33% de aumento de la inflación del año 2021, cuando entró en vigor la llamada tarea ordenamiento, origen del actual proceso inflacionista, que del 39,07% registrado en 2022.
Conviene tener presente que la inflación del IPC de la economía cubana sigue una metodología comparativa a la de otros países, de modo que no se recoge la información de los precios de bienes y servicios en el mercado informal de la isla. En este mercado, en el que se puede encontrar más fácilmente lo que se necesita, los precios y la inflación pueden ser incluso superior, como consecuencia de la escasez de productos básicos.
Por eso, es tentativo apuntar a los datos de la inflación en el mercado informal donde se puede saber que algunos precios se han multiplicado por dos en el curso de un año, no solo por el aumento en si del precio, sino porque la depreciación de la moneda ha exigido disponer de un mayor volumen de pesos para acceder a una unidad de divisa, en este caso dólar, cuyo cambio con el peso se ha deteriorado de forma intensa de 1x110 dólares hace un año, a 1x190 en el actual.
De la inflación elevada como la que registra Cuba se pueden obtener conclusiones. No es bueno que se mantenga largo tiempo, provoca distorsiones en el poder de compra, pero también en la estructura de precios relativos y las relaciones intersectoriales en la economía, y reduce la competitividad global de la economía, reduciendo la credibilidad y confianza en los mercados internacionales. Pasar de una elevada inflación, como el actual escenario, a una inflación en espiral, es solo cuestión de desidia e incompetencia de las autoridades para afrontar el fenómeno. Las medidas de estabilización, si es que existen, no están dando los resultados buscados y por ello, la moneda nacional sigue perdiendo valor, el déficit público alcanza proporciones que impiden su control y el papel moneda inunda la economía, aumentando más aún los precios.
El escenario actual de estanflación puede ser más duradero de lo previsto y deseable, acabando por destruir los débiles equilibrios que sustentan la economía y acrecientan la escasez perenne de productos básicos (alimentos, medicinas y combustible). Una situación que sería inaceptable en cualquier país del mundo, con una protesta social que exigiría a los dirigentes políticos soluciones o su marcha del poder.
En Cuba, los comunistas culpan a los efectos de la pandemia, el bloqueo/embargo, la guerra de Ucrania, etc. los efectos negativos de la situación actual, pero este análisis ya no conecta con amplios sectores de la sociedad que empiezan a identificar la pésima situación de la economía con la gestión realizada por las autoridades.
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