La crisis eléctrica en Cuba de mal en peor: hacia un largo y cálido verano

Elías Amor Bravo economista

Si se mantiene el actual escenario, la previsión para los próximos meses es que seguirán los apagones y eso que ahora llegan los meses más calurosos del año, en los que el consumo se hace más necesario para afrontar las temperaturas elevadas. La situación del sistema eléctrico nacional, a pesar de lo que dijo Gil en la asamblea nacional, es de absoluta incapacidad para cumplir con la estrategia trazada para disminuir los apagones durante las vacaciones, cuando aumentan los niveles de demanda de manera sostenida. Hay una sensación bastante extendida de fracaso absoluto para resolver el déficit de combustibles en la nación.

Estas son las conclusiones de una entrevista en la prensa estatal del ministro del ramo, Vicente de la O Levy, en quien se depositaron no pocas esperanzas cuando fuera nombrado, de que podría enderezar una situación que preocupa y mucho, a todos los cubanos. Pues no, el realismo obliga a pensar que el problema sigue y que ni la generación de electricidad en el país ni la venta de combustibles en los servicentros se van a normalizar a corto y medio plazo.

El ministro explicó algunas de las acciones implementadas por el régimen, todas ellas fracasadas. Citó, por ejemplo, lo que denominó “sacrificio de potencias que estaban disponibles, con el objetivo de aumentar los trabajos de mantenimiento y disminuir paulatinamente las acciones contra averías”. 

Una labor que se ejecutó “en las peores condiciones de suministro de las piezas de repuesto, materiales y materias primas por no tener acceso a los financiamientos ni a suministradores, debido al recrudecimiento del bloqueo y a la inclusión de Cuba en la arbitraria lista de países que apoyan al terrorismo, que elabora el Departamento de Estado de Estados Unidos”, 

Es decir, plantas eléctricas en su mayoría procedentes de países del este de Europa en los tiempos soviéticos que forman la red eléctrica de Cuba no pueden renovar sus piezas por culpa del bloqueo. Pero, ¿es que el bloqueo afecta al comercio de Cuba con estos países? ¿es que las piezas solo se pueden comprar en Estados Unidos?

No lo parece. La cuestión es que no hay dinero para nada, y eso incluye la compra de las piezas. Como tampoco lo hay para otras muchas necesidades que se tienen que importar, y que Cuba no puede comprar porque no tiene crédito para hacerlo. Es lo que ocurre cuando no se pagan las deudas, que los mercados internacionales no prestan. En tales condiciones, sin piezas, los resultados de los mantenimientos y la recuperación de potencias que estaban fuera de servicio desde hace algún tiempo no han permitido una disminución en las afectaciones. Medida fracasada.

El ministro insistió en su tarea de incremento de la carga de mantenimiento a partir de febrero, y para ello, decidió tirar del consumo de unidades como Céspedes y Felton para cumplir este objetivo. En tales condiciones extremas y complejas, el promedio de horas de afectación solo se redujo a tres horas, “pudiendo rotar los bloques programados cada cuatro días, exceptuando los días en que se nos desconectó totalmente el sistema”. El caso es que los apagones continuaron, porque su aparición de forma continua es consecuencia de factores mucho más complejos que no se arreglan con estos ejercicios de malabares.

Y además, de poca duración. El ministro explicó dos situaciones que se presentaron hace poco tiempo y generaron complicaciones: el fallo del suministro de combustible como consecuencia del desabastecimiento de los suministradores (y dijo que 400 W quedaron fuera por esta causa) y la salida de la termoeléctrica Guiteras por una avería de gran magnitud. Como consecuencia de ello, se alargaron las horas de afectación en el servicio eléctrico en casi todo el país y las presuntas mejoras por la Céspedes y la Felton, pasaron a mejor vida enseguida.

De cara al verano, el ministro enumeró algunas de las actuaciones que se acometen para que la situación no empeore, entre ellas, “el mantenimiento de Felton 1, la recuperación de la unidad 6 del Mariel, el mantenimiento en la termoeléctrica de Cienfuegos, la recuperación de potencia de los motores del Mariel y Moa, la elevación a 300 MW de la generación de Energas, la recuperación de más de 600 MW en la generación distribuida y la incorporación de nuevos motores a fueloil (100 MW)”. Todo atropellado y en las condiciones descritas de falta de piezas porque no hay crédito para comprar. Mal asunto.

En particular, y por lo que respecta a las afectaciones en Energas, dijo que “después de varios días con más de 300 MW de generación por haber perforado un primer pozo de tres que nos están dando más de 200.000 metros cúbicos de gas, el pasado domingo ocurrió una avería que sacó a todas sus unidades de generación y limitó el gas manufacturado destinado a la población en la capital”. Luego añadió que “el servicio se restableció de forma inmediata y se ha ido recuperando potencia, hasta la próxima semana, que estará entregando, otra vez, los 300 MW”.

El ministro cree que con la Guiteras y Energas, antes de finalizar mayo se puede pensar en una disminución considerable de las afectaciones y unos meses de verano en mejores condiciones. Insistió en que “diariamente, se ha mantenido informado a nuestro pueblo sobre la situación del sistema eléctrico nacional y de cada una de estas acciones”, una medida que tampoco resuelve el problema de los apagones, y que contribuye, aún más, a tensar las necesidades sociales.

El ministro también se refirió a la situación de los 1.000 transformadores de distribución, que sufrieron daños durante el paso del huracán Ian y que están siendo repuestos paulatinamente, con prioridad para sectores estratégicos como la agricultura. Y eso de que Ian sucedió en septiembre de 2022, pronto nos acercamos a un año, y todavía están en la solución de los problemas. 

Entonces, en aquel momento, según el ministro, “se decidió, además de tomar de la reserva estatal, utilizar aquellos que estaban en centros de la economía para instalarlos y dar servicio a la población”. Y al respecto, dijo que “en estos momentos está llegando al país materia prima para la producción nacional de transformadores, y con esto se podrá ir reponiendo paulatinamente, aquellos que se tomaron, priorizando sectores estratégicos como la agricultura”.

Y llegados a este punto, el ministro hizo un llamado a la población y los sectores de la economía para que ahorren electricidad y combustible, "haciendo un uso racional y eficiente de la energía", un mensaje que tiene poco que ver con la realidad de un país en que si se despilfarra consumo no es por la población, sino por el elevado nivel de consumo que realiza el estado para sus plataformas de control económico en todos los ámbitos de la economía y sociedad. El gran despilfarrador del consumo eléctrico en Cuba es el estado comunista que, además, no paga por el mismo, ya que todo va a cargo de la misma cuenta. Un desastre. 

El ministro dijo que espera que “las colas en los servicentros y la situación con los combustibles, se recuperarán de forma significativa”. Respecto a este aspecto que preocupa y mucho por sus efectos indeseables, el ministro dijo que “no hemos tenido que ir a una opción de cero combustibles, con unos esfuerzos financieros gigantescos”, pero las colas en las gasolineras no parece que indiquen eso mismo. 

El problema es que la falta de combustibles en Cuba se generaliza no solo a la gasolina sino al diésel de los servicentros y de la electricidad, el turbocombustible para las aerolíneas y en general todos los derivados del petróleo. Nadie en este punto le preguntó al ministro cómo va la producción de energía eléctrica renovable, que apenas alcanza el 5,5% del total uno de los más bajos del mundo. Tampoco el ministro ha hecho gran cosa para mejorar este resultado que es esencial.

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