A propósito del kit para la evaluación de geriatría y gerontología del régimen castrista: fracaso a la vista

Elías Amor Bravo economista

El régimen comunista cubano confunde, de forma sistemática, medios con resultados. Y esta confusión, cuando se trata de políticas públicas que se financian con el dinero de todos, cobra una importancia especial, porque puede conducir a errores terribles. Esto es lo que se puede concluir de un artículo en la prensa estatal titulado “Envejecer con más salud es posible, y Cuba hace para ello”,

Dicho, en otros términos, más importante que las acciones de ciencia e innovación para garantizar a la población cubana un envejecimiento saludable, son los resultados que perciben los ciudadanos de estas acciones. La alternativa, es perder de vista lo único importante. Las políticas públicas se implementan para lograr resultados. No para entretenerse en majaderías.

En otra entrada de este blog ya se dijo que el régimen comunista cubano no tiene una política pública adecuada para afrontar la soledad no deseada de las personas mayores y contribuir a un envejecimiento activo y saludable, por mucho que digan lo contrario. Las pensiones no llegan, y las personas mayores se encuentran formando parte de los grupos más vulnerables del país.

Con una dinámica demográfica como la que existe en Cuba, los márgenes de acción son limitados y no dan para juegos ni para experimentos. La urgencia de actuar, y hacerlo de forma correcta, es mayor que en otros ámbitos de la gestión pública. Y por ello, no es posible entender cómo Díaz Canel anda despistado, sin una orientación clara sobre cómo contrarrestar la caída de la población y el invierno demográfico en que se encuentra Cuba desde hace un lustro.

En un encuentro con expertos, al que asistió Díaz Canel hace unos días, se presentaron lo que el régimen denomina “acciones de ciencia e innovación para garantizar un envejecimiento saludable y tecnologías médicas con destino a las instituciones de salud con la finalidad de mejorar la calidad en la atención al envejecimiento”. 

¿Qué quieren que les diga? El cántaro antes que la vaca. O, dicho de otro modo, sin saber qué resultados se esperan de la política y en qué términos, cuantitativos y cualitativos, los dirigentes se aprestan a gastar sin límites, tirando del presupuesto como si no tuviera fin. Ni apuesta por la colaboración pública y privada, ni el menor intento por mejorar los salarios reales de las personas mayores, fomentar el ahorro y resolver los grandes problemas que afronta este sector de la población. El régimen, a verlas venir.

Porque plantear que la dinámica demográfica es transversal a todos los procesos sociales es una máxima que, por conocida, cae en el ámbito del viejo refrán de quien mucho abarca poco aprieta. Y entonces, ¿Quién paga los costes del invento? No importa, el castrismo ya no va a cambiar a estas alturas de la historia y así, lo suyo es presentar medios y más medios sin escatimar en gastos. Como si se tratase de una carrera espacial a no se sabe bien donde.

Un buen ejemplo de medios y más medios, es el kit que se presentó en el encuentro de Díaz Canel con expertos, que sirve para la evaluación de geriatría y gerentología, elaborado por Combiomed Tecnología Médica Digital, adscrita a BioCubaFarma, que es quien paga esta fiesta. ¿Marketing internacional del kit? No lo creo. El sector de las personas mayoresen otros países sabe bien lo que se tiene qué hacer y no se anda con estas majaderías.

Pero los comunistas cubanos, inasequibles al desaliento, se desvivieron presentando las características del kit, y, sobre todo, anunciar su distribución, en una primera etapa, a 30 centros médicos psicopedagógicos, 158 hogares de ancianos, 450 equipos multidisciplinarios de atención gerontológica que existen en los policlínicos del país para la atención a adultos mayores con afecciones de salud y a 11.548 consultorios y a los médicos de familia. Ya veremos si llegan a todos. 

La idea del kit es dar cobertura al 100% de la población, con acciones de prevención para un envejecimiento saludable en el curso de la vida. Y esto, ¿Sirve realmente para algo? Creer que las personas mayores vayan a tener mejor envejecimiento gracias a dispositivos como éste, es un grave error. Las actuaciones deben empezar mucho antes.

La prensa estatal dice que el kit Combiomed ha sido “resultado de una reunión del primer secretario del Comité Central del Partido con miembros de la Academia de Ciencias de Cuba hace un año” (a vueltas con la tesis doctoral de Díaz Canel). Según se informa, está compuesto de un estetoscopio, un esfigmomanómetro automático (Hipermax bf), un glucómetro sumaSensor, un sistema para el manejo clínico integral de los déficits cognitivos en las personas mayores (NeuroGer), un oxímetro de pulso (Oxy ft), un equipo para la prevención y el tratamiento de úlceras (Stimul w), un termómetro clínico digital, un martillo destinado a medir los reflejos de la persona, y una linterna. El equipamiento permitirá la transmisión de datos personales y la incorporación de estos al libro médico digital de cada persona. Cuidado.

Medios y más medios, sin reparar en gastos, que pague BioCubaFarma, pero se insiste, ¿Qué resultados cabe esperar? ¿hay alguna evidencia? No es difícil anticipar que la situación de vulnerabilidad de los mayores no mejorará con este tipo de tecnologías. El escenario es mucho más complejo.

La experiencia en otros países que padecen el envejecimiento de la población confirma que este no se afronta con kits y artilugios automáticos, cuya viabilidad es cuanto menos, problemática, si no se cuenta con los recursos necesarios.  

En realidad, tiene mucho que ver con la calidad de vida de la población que aún no está envejecida, el sistema económico y, sobre todo, la capacidad para generar renta y riqueza, construir patrimonio para el futuro por medio del ahorro. Esto último imposible de realizar en Cuba. En vez de tanto sueldo público a profesores de ciencias sociales e investigadores de la materia, Díaz Canel debería rodearse y escuchar más al sector empresarial, y ver, con sus asesores, qué se está haciendo en otros países para afrontar el invierno demográfico. Si hiciera esta tarea, se daría cuenta de la enorme pérdida de tiempo en la que se encuentra con este tipo de reuniones sobre kits tecnológicos financiados por BioCubaFarma con cargo a su cuenta de explotación que, obviamente, se verá resentida.

La situación de envejecimiento en Cuba no está ya para seguir recomendaciones de la Organización de Naciones Unidas, como las que se incluyen en la Década del Envejecimiento Saludable. La idea de fomentar las capacidades de las personas mayores, promoviendo ciudades y comunidades amigables con las personas mayores, requiere presupuestos elevados y un compromiso firme. Y sobre todo, ya llega tarde a Cuba donde la corrección de esas barreras que sufren las personas mayores exigiría costosas inversiones en urbanismo que será muy difícil de ejecutar por quien concentra todo el presupuesto inversor en habitaciones de hoteles. Más o menos lo mismo de siempre.

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