Aduana no, gracias

Elías Amor Bravo economista

Mis amigos cubanos vienen de la Isla a Europa y se asombran cuando viajamos a distintos países en los que al llegar a los aeropuertos no hay “aduanas” ni controles policiales. La magia de Schengen para los europeos (los cubanos españoles también) la desaparición de las aduanas y controles, es uno de los grandes éxitos de esta parte del mundo.

No siempre fue así. La Unión Europea, que fue el artífice de esta congregación de naciones que apostaron por eliminar las barreras a la libre circulación de personas y mercancías, permitía circular por los países del oeste antes del derrumbe del muro de Berlín. Pero con la desaparición del socialismo real, los europeos del este también se integraron en el espacio de Schengen y otros, los que quedaron fuera, hicieron lo posible por flexibilizar las entradas. Las aduanas forman parte de un pasado de “guerra fría”, que los europeos han olvidado, como si Europa se hubiera transformado en una especie de Estados Unidos de norte América.

Por contraste, en el caso cubano, la Aduana ha cumplido seis décadas, y los que regresan a aquel país o quieren entrar, deben enfrentarse a una compleja y absurda barrera de entrada que ha hecho y deshecho de las suyas durante su existencia. La verdad, a la vista de lo que se ha realizado por este servicio, hay pocos motivos de celebraciones.

¿Empezamos?

La Aduana fue responsable de los registros vergonzantes que se realizaban a las personas que huían del país en los primeros sesenta, un auténtico despojo de las escasas pertenencias de última hora que los cubanos conseguían apartar de los terribles inventarios comunistas en sus casas. 

Allí, en presencia de los que salían huyendo del comunismo, se disponían cajas para ir lanzando a ellas todo tipo de objetos requisados, por cierto con escasa o nula profesionalidad. Eran los años de la Aduana militarizada, que hacía pasar una amarga experiencia a los que dejaban atrás sus vidas con no poca tristeza. Esa imagen de una Aduana de rapiña y vengativa contra sus compatriotas funcionó durante décadas y muchos cubanos la recuerdan de este modo.

A la Aduana, en este caso, la que vigila las aguas, se le debe crímenes terribles como el remolcador Trece de Marzo, en fecha muy posterior, donde se cometieron asesinatos contra niños pequeños. Esa labor de vigilancia y control de las aguas territoriales para impedir la huida de los cubanos ha sido una fuente de atrocidades cometidas que nunca han recibido castigo, sino todo lo contrario. Y que en muchos casos ni siquiera son conocidas.

Pero cierto, los años van pasando y este 5 de febrero, la Aduana General cumplió 60 y con ese motivo Randy Alonso invitó a su programa la Mesa Redonda a William Pérez, vicejefe de la Aduana; Yamila Martínez, directora general de Procesos Aduanales; David Fernández, director de Tecnologías e Infocomunicaciones y Glenda González, secretaria de la UJC en el organismo.

Tremendo programa. Allí se dieron algunas claves para “orientar” a la audiencia sobre el funcionamiento de la Aduana al servicio del régimen comunista. Y como punto de partida, la referencia al trabajo político-ideológico, "en aras de fortalecer la imagen institucional y reforzar el sentido de pertenencia de los trabajadores" da una buena idea de que la Aduana, lejos de regirse por criterios técnicos, lo hace por el partido comunista, ni más ni menos que como el resto del armatoste ineficiente del estado.

Algunos datos son sorprendentes. El 66% del empleo es joven y el 70% son mujeres. Esa atracción de los jóvenes se atribuye al parecer a un destacamento Juvenil llamado 60 Aduana Socialista, compuesto por los 60 jóvenes más destacados del país; el desarrollo de un festival interno de artistas aficionados; y otras acciones de comunicación e información.

Para los directivos de la Aduana esta telaraña que atrapa a los jóvenes en este servicio es un punto positivo y como no podría ser de otro modo, la mayoría de ellos proceden de la UJC que tiene hasta una secretaría en la Aduana, para asegurar la pureza ideológica. Los jóvenes de la Aduana tienen que sentirse orgullosos de formar parte del destacamento “60 Aduana Socialista”, antes citado y deben participar en las actividades organizadas al margen de su actividad específica en la Aduana vigilando las fronteras.

Un consejo a estos jóvenes. Que no se hagan muchas ilusiones. Por muy eficientes y de calidad que sean los servicios de la Aduana, esta entidad tendría sus días contados en un país democrático, libre y, desde luego, con otro modelo económico, en línea con lo que ocurre en otros países. La Aduana comunista que ha funcionado con sus claros y oscuros en estas seis décadas no podría seguir igual en un país democrático y libre. Que vayan pensando que ahí no van a acabar sus vidas laborales.

En la Mesa redonda, se informó del balance de la Aduana para facilitar la política aduanera, la consolidación del sistema de enfrentamiento aduanero (de conjunto con el Minint), la eliminación de trabas, la simplificación de trámites y el desarrollo del sistema integrado de atención a la población, que ha sido un asidero importante para perfeccionar el trabajo.

Se dijo que los empleados proceden del curso de Técnico Superior de Aduana, que este año en su tercera edición graduó a más de 300 efectivos. O sea que la Aduana lleva 60 años funcionando, pero solo lleva 3 formando profesionales especialistas. Pregúntense de donde venían los anteriores empleados. Han anunciado para 2024 una Licenciatura en Derecho con perfil de Aduana, que vendría a impulsar la superación de la fuerza laboral de ese organismo. Lo dicho, en materia de recursos humanos y cualificación, todo muy reciente y por venir.

Y cómo no. La Aduana, siguiendo las directrices de la tesis doctoral de Díaz Canel también tiene un programa sectorial en materia de ciencia, tecnología e innovación y la informatización.

Desde este preámbulo, se empezaron a definir las funciones de la Aduana, cuyo primer cometido es la seguridad en las fronteras. Lo vuelvo a recordar, Europa no tiene aduanas en 27 países y ese requisito de seguridad no existe. Algo aquí no cuadra.

En tal caso, se dijo que la Aduana en Cuba está para "prevenir actos de terrorismo, narcotráfico, contrabando y otras manifestaciones que atentan contra la seguridad de las personas y el medio ambiente. Para ello, y en la medida en que el delito internacional se vuelve más sofisticado, se ha debido mejorar la preparación de las fuerzas humanas y se ha dotado a las fronteras con nuevas tecnologías". Entonces, ¿Qué hace la policía, la seguridad del estado y todo el aparato represor del régimen comunista que es ciertamente numeroso? ¿No estaremos ante una eventual duplicidad de funciones?

Asimismo, explicaron que para dar mejor servicio están en un proceso de actualización de las normativas y simplificación de procesos aduaneros, lo que en Cuba significa más burocracia, trabas y obstáculos, y se citaron aportaciones como la Ventanilla Única de Aduana, que dicen que permite la gestión de documentos, trámites y cobros para el comercio exterior, fundamentalmente las importaciones y exportaciones que se realizan por vía digital.

Otro paso de presunta flexibilización es la consolidación del programa del Operador Económico Autorizado, concebido y promovido por la Organización Mundial de Aduanas, para facilitar el comercio. En él clasifican entidades con altos estándares de seguridad en su cadena logística. En realidad, esas entidades competitivas a nivel mundial tienen muy poco que ver con los procesos aduaneros. Y Cuba es una isla.

Dijeron que, desde agosto pasado, se han publicado dos normas que han permitido el incremento de la capacidad de importación por la vía de pasajeros y envíos. Se trata de las Resoluciones 175 y 176 de 2022. Con estas medidas se pretende realizar mejor los estudios de riesgo y la gestión de la Aduana a las líneas fundamentales de enfrentamiento, y no tanto ocuparse en contar y ver otras mercancías que no son de interés prioritario y, en definitiva, resuelven problemas a la población. También ha habido cambios y nuevos procedimientos con las seis transitarias que operan cargas de personas no naturales en el país. Producto de ello, se automatizó el despacho de envío postal.

Más trabajo burocrático. Se implementó el formulario de información adelantada de viajeros en formato digital, de conjunto con el Ministerio del Transporte y otros organismos que ejercen el control en frontera, y se ha desarrollado y actualizado la APK Predespacho Pasajero, que permite a los pasajeros organizar su equipaje antes de arribar a Cuba.

Una red de controles e intervenciones para evitar que nada se escape al control de la Aduana. Ni un solo dato de encuestas de los ciudadanos que se ven sometidos a los controles de la  Aduana al llegar al país. Sugiero esa encuesta de calidad porque en este momento se llevarían algunas sorpresas. Y al final, que nadie se engañe, no conviene olvidar que detrás del tinglado aduanero hay una finalidad de recaudación.

De hecho, esa potestad recaudatoria es la principal justificación de las aduanas que sobreviven en el mundo. En particular, en el caso cubano como si fuera una decisión graciosa del poder, se informó que se mantendrá vigente hasta el próximo 30 de junio el beneficio arancelario que autoriza, excepcionalmente y con carácter temporal, la importación sin carácter comercial, sin límites en su valor y exenta de pago de los aranceles de aduana, de alimentos, aseo y medicamentos.

Y, hasta el 31 de marzo de este año, el beneficio arancelario que autoriza excepcionalmente la importación sin carácter comercial, por encima del valor establecido para la vía de los envíos aéreos, marítimos, postales y de mensajería, de las plantas eléctricas con potencia superior a los 900 vatios.

Después, ya se volverá a recaudar.

Se informó finalmente que la Aduana también se está digitalizando con una alianza con la Universidad de las Ciencias Informáticas que se concreta en ocho proyectos de gestión de los procesos aduaneros, el despliegue de una herramienta para los trámites administrativos y la informatización de la escuela de la Aduana. Trabajan en proyectos de inteligencia artificial para la integración de las tecnologías (escaneo, procesamiento de imágenes e informaciones) y el perfeccionamiento de la ciberseguridad. ¿Y la seguridad del estado qué hace? ¿No estarán ligados? Vaya usted a saber. En el programa no se dijo ni una sola palabra del coste que supone esta Aduana a las arcas del estado, y sobre todo la medición de la efectividad de sus servicios. De eso no se habló ni Randy pregunto. Lástima.


 

 

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