Cuidado con el espejismo de las mipymes en 2022

Elías Amor Bravo economista

Sin la menor duda, 2022 pasará a la historia reciente de la economía cubana como el año de las mipymes. No es un titular, es un hecho real. De acuerdo con los datos ofrecidos por la ONEI en la reciente publicación titulada, “Organización institucional. Principales entidades”, las mipymes en diciembre de 2022 alcanzaron la cifra de 4.717 unidades, de las cuáles tan solo 51 eran estatales y el resto, la amplia mayoría, 4.666 privadas.

Esto quiere decir que las mipymes en Cuba ya representan alrededor del 32% de las unidades por formas de organización de toda la economía, que ascendieron en la misma fecha a 14.563. El porcentaje todavía dista de lo que ocurre en otros países, como España, donde las mipymes representan el 99% de las empresas y más del 75% del empleo.

Con respecto al mes de septiembre, que fue el de la eclosión de las mipymes tras la aprobación de la normativa por el régimen, hasta diciembre entraron en vigor un 27% más que se sumaron a las 3.701 que había en septiembre de 2022.

Con estos datos, que luego volveremos a analizar, las mipymes se convierten en la “estrella” del sistema económico comunista cubano, ya que otras entidades no registraron crecimientos ni niveles absolutos similares.

Por ejemplo, la figura central del modelo, la empresa estatal socialista, apenas alcanzó un total de 2.051 unidades, el 14% del total. Además, el número de estas empresas crece solamente un 5% desde septiembre, nada que ver con lo ocurrido con las mipymes. En una perspectiva temporal más amplia y comparado con el dato de 2.017, las empresas estatales se estancan a la baja, en la economía cubana pasando de 2.242 a las 2.051 citadas de diciembre de 2022. De figura central del modelo, nada. La crisis de la empresa estatal socialista es real, mientras las mipymes emergen. El castrismo se queda sin diálogo ni referente.

Las cooperativas, en número de 5.157, una cifra superior a las mipymes, alcanzaron el 35% del total de las entidades, apenas tres décimas más. Con respecto al mes de septiembre, la cifra se estancó un 0,4% más. En este conjunto de cooperativas, se destacan las No agropecuarias, que en número de 474 se han mantenido estables desde hace años, y siguen sin despegar, concentrándose en determinadas actividades concretas. Las cooperativas agrarias, el resto, se mantienen estables en sus cifras en el sector agropecuario, el igualmente apuntan a estabilidad las CCS y las UBPC.

Por último, las unidades presupuestadas que dependen del presupuesto estatal fueron 2.252 el 15% del total y fueron las únicas que registraron un descenso entre septiembre y diciembre, que alcanzó un 6,5% menos. El estado comunista cubano languidece, porque no puede gastar lo que no tiene.

Finalmente, las sociedades mercantiles fueron 247, también en descenso, mientras que las empresas filiales 139 en aumento, pero ambas entidades representan cantidades significativamente inferiores.

Este balance general apunta a que la mipyme cubana como forma de organización para la actividad económica, ha surgido con fuerza durante 2022 en el aburrido y gris panorama de la economía comunista cubana que, sin embargo, se resiste a cambiar en profundidad.

Yendo un poco más lejos, las formas privadas de producción, básicamente las mipymes privadas (4.666) y las cooperativas (5.157) alcanzaron un total de 9.823 unidades que suponen el 67% del total de las existentes en la economía cubana a finales de 2022. El sector privado, en sustancia, ha pasado a liderar la producción nacional del país pero todavía hay que soportar la decadencia del sector estatal que todavía retiene el 33% de entidades. Un porcentaje elevado.

Que de este punto se pueda concluir que la economía cubana avanza hacia un orden de funcionamiento similar al del resto de países del mundo, hay un largo trecho. No conviene confundirse con espejismos en medio del desierto porque la definición constitucional del modelo estalinista de la economía se mantiene, así como sus trabas y complejidades. Todavía hay un largo camino para recorrer hacia las libertades económicas.

Por eso, conviene analizar con detalle qué es lo ocurrido con las mipymes en 2022.

¿De dónde vienen estas mipymes? Pues básicamente proceden de dos sectores industria y construcción. En primer lugar, de la Industria manufacturera, con un total de 1.718 mipymes, que representan ya el 76% de las entidades del sector y el 37% de todas las mipymes creadas.

En segundo lugar, proceden de la Construcción, donde hay 1.115 mipymes, que suponen el 81% de las entidades del sector y el 24% de todas las mipymes creadas. Entre estos dos sectores, se alcanza el 61% de las mipymes a finales de 2022. Además, Industria manufacturera y Construcción alcanzan con sus mipymes el 78% de las entidades que operan dentro del sector. La participación de las entidades estatales queda reducida al 22% restante.

En tercer lugar, otras 719 mipymes proceden de la actividad de Hoteles y restaurantes, el 70% de las entidades que operan en el sector, y el 17% del total de mipymes privadas.

En el Comercio, apenas 353 mipymes, el 36% del total del sector donde el estado sigue teniendo mayor participación de entidades.

Curiosamente, las mipymes tecnológicas, ubicadas en Servicios empresariales (ya que no existe ninguna en la rama de ciencia y tecnología), apenas alcanzaron unas 321, el 39% de las entidades que operan en el sector y alrededor del 7% del total de mipymes. La participación estatal también sigue siendo mayoritaria en este sector de la economía.

Por continuar con los “logros de la revolución” se observa que incluso hay 2 mipymes privadas en Educación y 1 en Salud y asistencia social. Unas cifras que se podrían calificar de testimoniales.

Y finalmente, las mipymes agropecuarias incluso menos, tan solo unas 76, el 1,6% del total. En este último sector productivo, la forma privada dominante es la cooperativa.

El mapa de las mipymes ha venido a cambiar el de la economía y a hacerlo más diverso y rico, si bien todavía no ha podido mostrar sus potencialidades. No conviene olvidar que muchas de estas mipymes proceden de la conversión de trabajadores por cuenta propia con más de tres contratados, que la norma obligó a adoptar esta fórmula para seguir funcionando.

En buena medida, el régimen ha hecho lo imposible por frenar estas nuevas empresas. Incluso, en ese afán por controlar la dinámica económica privada por parte de los comunistas, ocurren situaciones ridículas y asombrosas. 

Así, frente a actividades en las que las empresas privadas son mayoría en cuanto a número de entidades (como Industria o Construcción), hay otras en las que las mipymes alcanzan una cifra marginal. Esto provoca situaciones aparentemente contradictorias, y así, por ejemplo, en el conjunto de actividades de Administración, Educación, Salud, Cultura y deporte y Servicios sociales, que absorben más del 60% del PIB y del empleo de la economía, tan solo hay 130 mipymes. El mayor peso de la economía sigue estando controlado por el estado comunista, que se resiste a abrir puertas y normalizar la actividad económica de las entidades privadas. Los espejismos en el desierto se desvanecen cuando uno está cerca. Esto es lo que se quiere argumentar en este trabajo.

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