Turismo en Cuba 2023: empieza el año igual que acabó, mal

Elías Amor Bravo economista

El año empieza con cifras muy bajas de turismo. No importa. Según la prensa estatal comunista se trata de una “Discreta recuperación del turismo en Cuba en enero”, y enfocan todo el contenido de la noticia para mostrar lo que no es verdad. Que en el mes principal de la temporada alta del turismo en el Caribe lleguen a Cuba solo 246.000 visitantes es un fracaso, se mire como se mire. Cierto que los comunistas maquillan el dato comparando con lo ocurrido el pasado año. Y llevan razón.

En 2022 entraron, en uno de los peores eneros de la serie histórica, tan solo 86.424 turistas, de modo que la cifra de este año es tres veces más. Pero, como se viene apuntando en este blog el análisis comparativo se tiene que realizar con el mismo mes de 2019, que fue el último año “normal” antes de los confinamientos del COVID-19. Si ello se hace, y es lo recomendable, el turismo de enero de 2023 está a la mitad de las entradas del mismo mes de 2019. O dicho de otro modo, el objetivo de las autoridades para este año, 3,5 millones de turistas, que implica que en el primer cuatrimestre se deben lograr 1,4 millones, no se va a poder conseguir salvo que tenga lugar un milagro. Un año más, el plan se volverá a incumplir, y con ello todos los cálculos de la economía asociados. Un desastre más.

Sin embargo, conviene tener presente que este año, los comunistas parece que se guardan una carta en la manga con relación al turismo, y ya se verá en qué momento de la partida la ponen encima de la mesa. Puede ser una carta de alto valor, o simplemente un comodín cualquiera, eso depende del momento de la partida, pero al menos, están preparándose para que una vez más, el año no pase como una apisonadora dejando fuera de combate a la economía cubana.

La pista la ofreció el discurso de Marrero ante la Comisión económica euroasiática, en la que se encuentran países como Rusia, Kazajstán, Bielorrusia, Kirguistán y Armenia, todos ellos situados en Asia del Norte y Europa oriental, con sus costas en el océano Ártico y Pacífico y una superficie total de 20,3 millones de kilómetros cuadrados y 185 millones de habitantes. A una distancia media de Cuba de unos 12.000 kilómetros.

El primer ministro cubano lanzó un discurso entusiasta hacia estos países y en especial a Kazajstán como organizador del encuentro. Alguien se podría preguntar qué hace Cuba andando por aquellos lares, incluso como estado observador, pero es evidente que el patrocinio de Rusia, que comanda esta organización, ayuda y mucho, incluso en momentos en que la acción internacional coordinada contra la guerra de Ucrania, parece no estar dando los frutos deseados sobre las ambiciones de Putin.

El caso es que el primer ministro gibareño se deshizo en halagos a la Unión (tal vez si hubiera leído los documentos fundacionales de 2009 se habría dado cuenta lo lejos que están los planteamientos ideológicos comunistas cubanos de estos países) y después de un discurso almibarado y fuera de contexto, ofreció una pista de qué hace Cuba tan lejos de su entorno geopolítico y territorial.

Fue el momento en que salió la carta escondida en la manga. Al parecer, Marrero anunció que Cuba trabaja para potenciar los vínculos con el sector turístico de los países de la Unión, a partir de la experiencia desarrollada con la Federación de Rusia, especialmente a través del turismo corporativo y el de salud.

Vaya, resulta que la carta podría ser de alto valor pero se tendría que jugar mejor. ¿Hay algún resultado de este turismo corporativo y de salud en Cuba? ¿Cuántos ciudadanos residentes a 12.000 kilómetros viajan a la Isla para este tipo de turismo? ¿No será que estamos hablando de poca o nula cosa?

Pero, Marrero, que se siente dueño y señor del presupuesto estatal y que puede hacer con ese dinero lo que le de la gana sin dar explicaciones en el parlamento, oficializó una invitación a los “representantes de los Estados presentes a participar, a través de sus estructuras gubernamentales, empresariales y hombres de negocios, en la Feria Internacional de Turismo, Fitcuba 2023, que se celebrará en mayo de este año en nuestro país”. Y la pregunta es inmediata, ¿Quién va a pagar todo eso? ¿de dónde sale el dinero para agasajar a tanta gente?¿Es que no tienen bastante con la construcción de habitaciones de hoteles que luego se quedan vacías? ¿Dónde esta la Contralora para cumplir con su trabajo?

Marrero anunció que los dirigentes comunistas cubanos “anhelamos contar con una participación importante de nuestros socios del entorno económico euroasiático”. No debe preocuparse. Si son invitados, acudirán. Oportunistas no faltan en todos estos eventos. Y ya han pasado dos años de la pandemia y los especialistas en aprovechar estas ferias, andan localizando oportunidades.

Claro, aquí viene la segunda derivada. ¿Para qué invitar a los miembros de la Unión euroasiática a venir de vacaciones pagadas a La Habana? ¿Acaso se espera que ello pueda influir en las cifras de turismo corporativo y de salud? Los rusos, que son el principal mercado, siguen sometidos a embargo, por lo que difícilmente se incrementará el turismo a Cuba procedente de este país. Ya se vio en las cifras de enero, los turistas rusos se descolgaron de los cinco primeros puestos (Canadá, Comunidad cubana, Estados Unidos, España, Alemania, por ese orden). Y nada hace suponer que vayan a mejorar este año, de momento, se pierden la temporada alta del Caribe.

Puestos a pensar en alternativas, ¿No sería mejor hacer lo mismo con los países de América Latina, mucho más próximos e igualmente desconocedores del turismo cubano de salud, por ejemplo? ¿Por qué ir a promover el producto turístico a lugares poco poblados (Rusia es el 90% de la población de la Unión euroasiática), muy alejados y, además, pobres? ¿A quién se le ocurre esta política turística en Cuba?

Marrero ofreció, además de turismo gratuito, colaboración científica cubana en materia de “medicamentos y dispositivos médicos dentro de la Unión Euroasiática”, así como también, “cooperación en materia de inversión, cooperación industrial, así como a la seguridad alimentaria y energética”. Todo gratis, a cuenta del presupuesto del estado.

¿Se ha preguntado Marrero alguna vez qué país de los citados, salvo Rusia, puede tener algún interés en invertir en Cuba? ¿Por qué se empeña en lo imposible? Incluso reafirmó el interés del régimen en seguir adelante con un ambicioso parque industrial de la Unión económica euroasiática en la ZED del Mariel. ¿Alguien sabe algo de eso? 

Marrero anunció que en las próximas semanas tendrá lugar en La Habana la tercera sesión de la comisión conjunta Cuba-Comisión Económica Euroasiática, "para dar seguimiento al cumplimiento del plan de acción conjunto y ratificar la determinación de Cuba, de colaborar en la implementación de las directrices estratégicas para el desarrollo de la integración económica euroasiática hasta el 2025". Más gasto. Así cualquiera.

La carta puede tener valor, pero los comunistas cubanos no saben jugar con ella.

Comentarios

  1. No será la carta bajo la manga la flexibilización de sanciones del turismo y hasta la vuelta de cruceros americanos a Cuba?

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