El turismo cubano y la empresa privada
Elías Amor Bravo, economista El régimen castrista espera recibir 4.200.000 visitantes internacionales en 2017. La cifra expuesta en estos términos dice muy poco. Que alrededor de 164.423 más viajeros que en 2016 lleguen al país puede ser bueno, regular o malo. Todo depende de la perspectiva que se adopte. Acostumbrados estamos a que rara vez se cumplan las previsiones de la última economía de planificación central socialista de occidente. La llegada de viajeros depende de muchos factores. Algunos de ellos escapan completamente del control castrista. En otros casos, se puede intentar algo. En ese sentido, bienvenidas sean las declaraciones de la viceministra del ramo, en las que plantea “el logro de una mayor calidad del producto turístico cubano , incrementar la efectividad de los procesos inversionistas e incorporar nuevos servicios, aprovechando las potencialidades del destino”. Una buena estrategia, sin duda. Nadie la cuestionaría. El problema es, sin embargo, de fondo. Y...