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Mostrando entradas de enero, 2017

El turismo cubano y la empresa privada

Elías Amor Bravo, economista El régimen castrista espera recibir 4.200.000 visitantes internacionales en 2017. La cifra expuesta en estos términos dice muy poco. Que alrededor de 164.423 más viajeros que en 2016 lleguen al país puede ser bueno, regular o malo. Todo depende de la perspectiva que se adopte. Acostumbrados estamos a que rara vez se cumplan las previsiones de la última economía de planificación central socialista de occidente. La llegada de viajeros depende de muchos factores. Algunos de ellos escapan completamente del control castrista. En otros casos, se puede intentar algo. En ese sentido, bienvenidas sean las declaraciones de la viceministra del ramo, en las que plantea “el logro de una mayor calidad del producto turístico cubano , incrementar la efectividad de los procesos inversionistas e incorporar nuevos servicios, aprovechando las potencialidades del destino”. Una buena estrategia, sin duda. Nadie la cuestionaría. El problema es, sin embargo, de fondo. Y

El presupuesto de Cuba para 2017 y sus efectos negativos sobre la economía (I)

Elías Amor Bravo, economista La Oficina Nacional de Estadística de Cuba ha publicado en su página web la Ley 122 del Presupuesto del Estado castrista para el año 2017. Un documento que permite realizar un diagnóstico de las políticas públicas y los aspectos diferenciales de la economía castrista con respecto al resto del mundo. El presupuesto nace con un elevado déficit , que previsiblemente aumentará a lo largo del año. Un notable desequilibrio en las cuentas públicas con una diferencia entre los ingresos y gastos que supone -7.330,4 millones de CUP, alrededor del 8% del PIB proyectando la cifra de 2016 a 2017, con los últimos datos que apuntan al estancamiento/recesión de la economía. En un ejercicio en que la economía no parece que vaya a registrar los necesarios impulsos procedentes del exterior, el régimen castrista se embarga en un déficit compensatorio fuertemente concentrado en la actividad estatal, que pretende hacer frente a las lúgubres expectativas con las

Los trabajadores por cuenta propia y el régimen castrista

Elías Amor Bravo, economista El Ministerio del Trabajo y Seguridad Social del régimen castrista ha señalado que, al cierre de 2016, alrededor de 535.000 personas pertenecían a la categoría de cuenta propistas , de los que un 32% eran mujeres, y, como dato curioso, un 11% jubilados. Es importante tener en cuenta que esta categoría nada tiene que ver con la iniciativa privada , tal y como se conoce en otras economías. Los trabajadores que se acogen a esta modalidad simplemente desempeñan sus funciones al margen de la hegemonía estatal, pero no son dueños de las instalaciones en que prestan los servicios (generalmente alquiladas al estado), o de los medios de producción . Ni siquiera tienen libertad para vender sus productos o servicios, ya que dependen de las redes de distribución controladas por el estado, como Acopio, ni tampoco para recibir inversiones extranjeras o asociarse con fines mercantiles , y sus ingresos o actividad son sometidos a un control riguroso por los in

Carbón vegetal por marabú: ¿una apuesta sostenible?

Elías Amor Bravo, economista ¿Quién lo iba a decir? Hace unos años, cuando Raúl Castro decidió entregar tierras en arrendamiento a pequeños agricultores, en un intento desesperado de mejorar la productividad en el campo cubano dominado por la propiedad estatal, la presencia del marabú produjo alarmas. La temida plaga por los guajiros cubanos se había extendido de forma inmisericorde por los antiguos campos de cultivo, abandonados tras décadas de desidia y abandono por parte del gobierno castrista. La puesta en funcionamiento de la tierra cedida por Raúl Castro exigía esfuerzos titánicos a los arrendatarios . Muchos tiraron la toalla ante la falta de recursos, otros se especializaron en la producción de carne para consumo inundando los mercados a corto plazo, los menos se unían a otras cooperativas en un intento de acopiar insumos y medios de producción que permitieran el desbroce de los campos infestos de la plaga. De manera sorprendente, diez años después, la exportación de