Marrero quiere que se escuche a la población: llega tarde
Elías Amor Bravo, economista Que el primer ministro del gobierno de un país se reúna con casi 400 responsables de los equipos de atención a la población en los organismos de la Administración Central del Estado, entidades nacionales y en los territorios para leerles la cartilla sobre cómo se debe atender, escuchar, responder y solucionar los problemas a la población, no es normal. Por muy importante que es, en la gestión pública, estar al tanto de las demandas sociales para diseñar políticas que respondan a esas preferencias y necesidades de la población, rara vez un jefe de gobierno dedica parte de su valioso tiempo a leer una especie de decálogo a quienes están al frente de este tipo de responsabilidades. Pues esto ha ocurrido en Cuba, donde Marrero en videoconferencia presentó el balance de trabajo de la Oficina de Atención a la Población del Palacio de la Revolución en 2020, que tramitó más de 30.000 interpelaciones, mayormente quejas y solicitudes llegadas por diversas vías.