Los parques científicos deben estar al servicio del sector privado cubano
Elías Amor Bravo economista La apuesta por los parques científicos-tecnológicos es otro experimento del régimen en su necesidad de captar divisas y descargar la cuenta del presupuesto estatal de compromisos que no se pueden atender por un déficit que avanza de forma imparable. La norma que regula estas entidades, de 2019, fue publicada antes de la pandemia del COVID-19, de modo que, en el último año, la actividad de las mismas se ha resentido del parón económico interno y mundial. El régimen quiere que los parques científicos-tecnológicos actúen como “espacios híbridos, de interacción, donde confluyen diversos actores de la ciencia, la tecnología y las empresas con el propósito de propiciar la transferencia de tecnologías y conocimientos y, con ello, el desarrollo económico y social de los territorios en los que se ubican”. Y aquí se encuentra el principal problema que impide evolucionar a estas entidades de forma satisfactoria, como ocurre con la Zona Especial de Desarrollo d...