Elias Amor Bravo economista Nadie sabe cuál es el importe real de la deuda externa del régimen comunista cubano, y mucho menos, que tipo de acuerdos o compromisos subyacen con acreedores. Se sabe de negociaciones para salvar los impagos, pero la reciente sentencia del juicio de Londres vino a confirmar las maniobras de un mal gobierno para no pagar. Los actuales dirigentes castristas saben que, si no se cumple con lo adeudado, el acceso a los mercados financieros internacionales es imposible; ya de por si complicado por la permanencia de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo. La grave crisis de liquidez del régimen significa menos dinero para comprar bienes, petróleo, alimentos, mercancías, en fin, todo aquello que Cuba necesita y no produce. En tales condiciones, el régimen recurre a donaciones, subsidios o regalías, para ir atendiendo sus necesidades puntuales, pero vivir al día es imposible en el ámbito de las relaciones internacionales, y tiene fecha de caducidad
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