Una colaboración en Granma para leer.
No suelo traer a mi blog artículos de otros, pero este publicado en Granma hoy me encanta, y por eso, lo subo para que lo lean y lo conozcan.
Los mandamientos de la Economía
FÉLIX LÓPEZ
Si la ciencia económica tuviera sus Diez Mandamientos, como las diez leyes milenarias que la Biblia ofrece a sus seguidores, cuántos de nosotros podrían considerarse pecadores económicos Unos por violar las reglas, otros por incompetentes, y muchos por ignorancia. Incluso por las tres cosas a la vez. Lo cierto es que la mayoría considera a esta materia como algo ajeno a nuestra existencia, mientras la realidad nos prueba cotidianamente que en ella nos va la vida.
Ahora mismo no somos pocos quienes descubrimos, reconocemos o sufrimos el desconocimiento y desconexión con los temas de la economía nacional. Eso sí, los cubanos somos especialistas en números domésticos: unos hacen milagros para que el salario les alcance; otros encomiendan sus cuentas a una bienvenida remesa familiar; y no faltan los pillos que viven del invento, pero nunca del trabajo Una suerte de "economía de la subsistencia", pero totalmente divorciada de la realidad.
Existe en la mayoría de nosotros una visible necesidad recurrente: la de discutir y entender el proyecto de reglas básicas que regirán la actualización del modelo económico socialista contenidas en el Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social.
Claro, debatir es mucho más productivo cuando tenemos un elemental conocimiento del tema que nos ocupa. Para ello se necesita poner sobre la mesa la mayor cantidad de argumentos e información posibles; y entender elementales conceptos y categorías que son como una suerte de ABC de la economía: planificación, productividad, rentabilidad, inversiones, eficiencia y ahorro Y no podemos verlas como cosas aisladas, porque en una empresa, en una fábrica o una cooperativa no va bien nada, si no va bien todo junto.
Por ejemplo: entender que el trabajo debe ser la principal fuente de vida, no es una consigna: es comprender que sin trabajo no existe economía. Decidir que el salario no puede crecer si no crece la productividad, es asumir que debemos invertir la pirámide actual, donde se paga por igual al que trabaja, pero también al ineficiente, al perezoso e incluso a muchos que ni siquiera trabajan. Esa malformación que habita en tantos lugares comunes de la economía cubana, además de insostenible, es la negación de ese principio socialista que la gente trabajadora anhela se haga realidad: de cada cual, según su capacidad; a cada cual según su trabajo.
Más de una vez, a lo largo de medio siglo, la dirección del país corrigió las desviaciones y tendencias negativas en el ámbito de la economía. Recordemos el emblemático proceso de rectificación de errores, y lo que significó el Perfeccionamiento Empresarial como motor para la creación de una cultura de la eficiencia. Pero aún así, la historia nos demuestra que siempre hay quienes desconocen, subvaloran o irrespetan esa herramienta que Karl Marx denominó "la ciencia que estudia las relaciones sociales de producción".
La Economía es hija del orden. Y también del sentido común: el abuelo José, azucarero sin estudios universitarios, aprendió en la vida que la economía consiste en saber gastar y el ahorro en saber guardar. Dicho más simple, la economía es la siembra y el ahorro la cosecha.
Pero sucede que a veces hemos querido cosechar lo que antes no sembramos, comernos lo que no producimos. Tener economía sin incentivar las fuerzas productivas Ojalá que de los debates actuales saquemos conclusiones propias, y aprendamos que las reglas y los lineamientos económicos son como los instrumentos de vuelo de un avión, que necesitan ser operados con precisión y disciplina. No hacerlo es fatal. El capitalismo, por ejemplo, lo decide todo con la regla del sálvese quien pueda: una empresa está arriba o está afuera. O eres eficiente o quiebras. Y eso es fácil de decir, difícil de hacer, pero debe ser hecho y punto. ¿Y los trabajadores? Los envian a las estadísticas del desempleo y los convierten en números
Aquí, en nuestro socialismo, le estamos poniendo riendas al asunto de las empresas ineficientes. Tendrán razón de ser las que aporten al país y creen bienestar y riquezas sin que eso implique venderle el alma al diablo del mercado y sin que el ser humano deje de ser más importante que el dinero. Por el contrario, Cuba actualiza su modelo económico para ser más socialista, entendiendo por ello más igualdad social, pero menos igualitarismo; más control de los obreros sobre los medios de producción; más participación, más reorganización de las fuerzas productivas; más preparación y pericia económica en sus cuadros y en el pueblo.
Muestra de ello son estos dos ejemplos tomados de los seminarios de preparación de los cuadros encargados de conducir el debate de la nación sobre los Lineamientos: primero, la participación de numerosos especialistas de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba, que significa poner a los que saben de estos temas en el centro del problema, en la práctica y no en la teoría. Y lo segundo, el reconocimiento de la dirección del país de que la mayoría somos desconocedores de la economía, pero la máxima responsabilidad debe recaer sobre quienes conducen los procesos productivos y empresariales.
Ojalá que la Economía, como el béisbol, se convierta algún día en una suerte de deporte nacional, que sea conocido por todos y practicado por muchos Entonces será difícil inflar una plantilla, iniciar una inversión innecesaria o dejar de producir lo que luego el país debe importar En una empresa, los obreros deben entrenarse en los temas económicos, para ser más eficientes y también para que una administración negligente no intente pasarles gatos por liebres.
Por último recordemos, al final de este comentario, la convocatoria que se nos hace desde el primer párrafo de la introducción a los Lineamientos: " es necesario realizar una valoración sobre el estado de la economía y los problemas a resolver, teniendo en cuenta los principales acontecimientos y circunstancias de orden externo e interno presentes desde el último congreso". Es un llamado a la disección y el debate de los 291 proyectos de lineamientos, ejercicio que comienza a convertirse en la primera lección de nuestra masiva y necesaria alfabetización económica. Decía Bernard Shaw que "el amor a toda economía es el camino a toda virtud
Los mandamientos de la Economía
FÉLIX LÓPEZ
Si la ciencia económica tuviera sus Diez Mandamientos, como las diez leyes milenarias que la Biblia ofrece a sus seguidores, cuántos de nosotros podrían considerarse pecadores económicos Unos por violar las reglas, otros por incompetentes, y muchos por ignorancia. Incluso por las tres cosas a la vez. Lo cierto es que la mayoría considera a esta materia como algo ajeno a nuestra existencia, mientras la realidad nos prueba cotidianamente que en ella nos va la vida.
Ahora mismo no somos pocos quienes descubrimos, reconocemos o sufrimos el desconocimiento y desconexión con los temas de la economía nacional. Eso sí, los cubanos somos especialistas en números domésticos: unos hacen milagros para que el salario les alcance; otros encomiendan sus cuentas a una bienvenida remesa familiar; y no faltan los pillos que viven del invento, pero nunca del trabajo Una suerte de "economía de la subsistencia", pero totalmente divorciada de la realidad.
Existe en la mayoría de nosotros una visible necesidad recurrente: la de discutir y entender el proyecto de reglas básicas que regirán la actualización del modelo económico socialista contenidas en el Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social.
Claro, debatir es mucho más productivo cuando tenemos un elemental conocimiento del tema que nos ocupa. Para ello se necesita poner sobre la mesa la mayor cantidad de argumentos e información posibles; y entender elementales conceptos y categorías que son como una suerte de ABC de la economía: planificación, productividad, rentabilidad, inversiones, eficiencia y ahorro Y no podemos verlas como cosas aisladas, porque en una empresa, en una fábrica o una cooperativa no va bien nada, si no va bien todo junto.
Por ejemplo: entender que el trabajo debe ser la principal fuente de vida, no es una consigna: es comprender que sin trabajo no existe economía. Decidir que el salario no puede crecer si no crece la productividad, es asumir que debemos invertir la pirámide actual, donde se paga por igual al que trabaja, pero también al ineficiente, al perezoso e incluso a muchos que ni siquiera trabajan. Esa malformación que habita en tantos lugares comunes de la economía cubana, además de insostenible, es la negación de ese principio socialista que la gente trabajadora anhela se haga realidad: de cada cual, según su capacidad; a cada cual según su trabajo.
Más de una vez, a lo largo de medio siglo, la dirección del país corrigió las desviaciones y tendencias negativas en el ámbito de la economía. Recordemos el emblemático proceso de rectificación de errores, y lo que significó el Perfeccionamiento Empresarial como motor para la creación de una cultura de la eficiencia. Pero aún así, la historia nos demuestra que siempre hay quienes desconocen, subvaloran o irrespetan esa herramienta que Karl Marx denominó "la ciencia que estudia las relaciones sociales de producción".
La Economía es hija del orden. Y también del sentido común: el abuelo José, azucarero sin estudios universitarios, aprendió en la vida que la economía consiste en saber gastar y el ahorro en saber guardar. Dicho más simple, la economía es la siembra y el ahorro la cosecha.
Pero sucede que a veces hemos querido cosechar lo que antes no sembramos, comernos lo que no producimos. Tener economía sin incentivar las fuerzas productivas Ojalá que de los debates actuales saquemos conclusiones propias, y aprendamos que las reglas y los lineamientos económicos son como los instrumentos de vuelo de un avión, que necesitan ser operados con precisión y disciplina. No hacerlo es fatal. El capitalismo, por ejemplo, lo decide todo con la regla del sálvese quien pueda: una empresa está arriba o está afuera. O eres eficiente o quiebras. Y eso es fácil de decir, difícil de hacer, pero debe ser hecho y punto. ¿Y los trabajadores? Los envian a las estadísticas del desempleo y los convierten en números
Aquí, en nuestro socialismo, le estamos poniendo riendas al asunto de las empresas ineficientes. Tendrán razón de ser las que aporten al país y creen bienestar y riquezas sin que eso implique venderle el alma al diablo del mercado y sin que el ser humano deje de ser más importante que el dinero. Por el contrario, Cuba actualiza su modelo económico para ser más socialista, entendiendo por ello más igualdad social, pero menos igualitarismo; más control de los obreros sobre los medios de producción; más participación, más reorganización de las fuerzas productivas; más preparación y pericia económica en sus cuadros y en el pueblo.
Muestra de ello son estos dos ejemplos tomados de los seminarios de preparación de los cuadros encargados de conducir el debate de la nación sobre los Lineamientos: primero, la participación de numerosos especialistas de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba, que significa poner a los que saben de estos temas en el centro del problema, en la práctica y no en la teoría. Y lo segundo, el reconocimiento de la dirección del país de que la mayoría somos desconocedores de la economía, pero la máxima responsabilidad debe recaer sobre quienes conducen los procesos productivos y empresariales.
Ojalá que la Economía, como el béisbol, se convierta algún día en una suerte de deporte nacional, que sea conocido por todos y practicado por muchos Entonces será difícil inflar una plantilla, iniciar una inversión innecesaria o dejar de producir lo que luego el país debe importar En una empresa, los obreros deben entrenarse en los temas económicos, para ser más eficientes y también para que una administración negligente no intente pasarles gatos por liebres.
Por último recordemos, al final de este comentario, la convocatoria que se nos hace desde el primer párrafo de la introducción a los Lineamientos: " es necesario realizar una valoración sobre el estado de la economía y los problemas a resolver, teniendo en cuenta los principales acontecimientos y circunstancias de orden externo e interno presentes desde el último congreso". Es un llamado a la disección y el debate de los 291 proyectos de lineamientos, ejercicio que comienza a convertirse en la primera lección de nuestra masiva y necesaria alfabetización económica. Decía Bernard Shaw que "el amor a toda economía es el camino a toda virtud
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