¿Para qué sirven los Lineamientos si no se cumplen? El ejemplo de la Empresa de Muebles del Hogar de Camagüey
Más problemas para la economía castrista. Granma publica un artículo con el título “Defender ante todo la eficiencia” en el que se presta atención al infortunio de la Empresa de muebles del hogar Camagüey, cuya gestión se ve peligrar como consecuencia, y cito textualmente, “de la demorada o negativa respuesta de los organismos que demandaron sus producciones para el actual calendario”.
Vamos a ver. ¿No habíamos quedado que la planificación central de la economía es el mecanismo que la economía castrista ha venido utilizando durante más de medio siglo para ordenar todas las actividades productivas? Entonces, ¿la planificación no funciona adecuadamente con estas respuestas demoradas o negativas? ¿Es que no hay suficiente experiencia para resolver estos problemas?
La empresa, objeto del artículo, posee experiencia en su actividad (más de treinta años al parecer), están acostumbrados a producir bajo pedido sobre todo para los hoteles y establecimientos turísticos, tienen escasa capacidad de almacenaje, es de pequeñas dimensiones. Un caso práctico que podría trasladarse a cualquier escuela de negocios en España, Italia o Francia. Entonces, ¿Dónde está el problema?
El artículo de Granma lo señala textualmente: “en la incertidumbre”. Y así lo indica, “lo cierto es que, a punto de concluir el octavo mes del año, la incertidumbre reina entre los cerca de 120 trabajadores de los dos talleres de la entidad, cuyos ingresos dependen de los resultados productivos, por lo que cualquier acción dilatoria o suspensión de los compromisos asumidos les afecta en lo individual y también en el cumplimiento del plan general previsto”.
Acción dilatoria, suspensión de compromisos, incumplimiento del plan general previsto. Conceptos irracionales para el funcionamiento de una economía de empresa libre. En el mercado, los compromisos se suspenden, pero aparecen otras oportunidades a través de la búsqueda de nuevos clientes. Por supuesto que existen acciones dilatorias, sobre todo en tiempos difíciles como los que atravesamos, pero las empresas buscan apoyos externos, inversores que confíen en su capacidad y se adaptan a las condiciones cambiantes del entorno.
No deja de ser curioso que el problema del incumplimiento lo tenga esta empresa con los denominados “organismos priorizados por el Estado”, como Salud Pública, la CTC, el INDER, la UJC, el Poder Popular Provincial, instituciones parasitarias de la economía creada por los Castro, que no aportan valor ni permiten alcanzar los objetivos de la planificación central.
Estos organismos, que son controlados por el régimen castrista, representan el 79,2% del plan de producción de la empresa de muebles. La reducción de las subvenciones estatales se está llevando por delante a muchas de estas empresas que cuentan con otros mercados y clientes a los que servir, pero que siguen estando sometidas al poder de la planificación comunista. Reducir esas subvenciones es correcto, pero al mismo tiempo, se deberían introducir elementos de libertad económica para que las distintas empresas pudieran reorientar su capacidad productiva y no ver cómo desaparece su producción.
En la medida que no existe espacio para este tipo de iniciativas en el castrismo, esta empresa camagüeyana podrá entrar en una grave crisis, como otras muchas de la Isla. Los organismos estatales dependientes del poder central son los que están hundiendo a la economía castrista, en tanto que el pequeño sector privado que autoriza el régimen, es incapaz de tirar de la producción de las empresas.
Y de todo esto, ¿qué dicen los “Lineamientos”? La mayor parte de la pequeña industria manufacturera que sobrevive a la ineficacia del régimen castrista, lanzó duras críticas al documento, muchas de ellas en la línea de una mayor autonomía, sin abandonar el concepto de plan económico, que sigue siendo central en la economía castrista. Los “Lineamientos” se hicieron eco de ello, pero como tantas otras cosas, el parcheo que suponen de los graves problemas de un modelo improductivo, no son la solución.
Como señala el responsable de esta empresa de muebles, nos enfrentamos a “una especie de camisa de fuerza enviada desde "arriba", en referencia a las dificultades que suponen las cifras impuestas, no consensuadas, del perfeccionamiento empresarial, ese modelo que Marino Murillo extrajo de la economía cuartelera para tratar de producir cambios en las empresas del régimen, así como a la escasa capacidad de la empresa para buscar nuevos clientes y mercados con más libertad.
En tales condiciones, muchos se preguntan para qué sirven los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, aprobados en el Sexto Congreso del Partido con todo bombo y platillo, si no es para perder más el tiempo. Si el régimen busca alcanzar empresas eficientes y competitivas, necesita ir justo en la dirección contraria, impulsando la economía privada, el mercado y un nuevo marco de relaciones económicas, en vez de esa penosa actualización del socialismo cuyo efecto más inmediato puede ser la desaparición de la base productiva en la Isla.
Tomado de: Miscelanea de Cuba
Vamos a ver. ¿No habíamos quedado que la planificación central de la economía es el mecanismo que la economía castrista ha venido utilizando durante más de medio siglo para ordenar todas las actividades productivas? Entonces, ¿la planificación no funciona adecuadamente con estas respuestas demoradas o negativas? ¿Es que no hay suficiente experiencia para resolver estos problemas?
La empresa, objeto del artículo, posee experiencia en su actividad (más de treinta años al parecer), están acostumbrados a producir bajo pedido sobre todo para los hoteles y establecimientos turísticos, tienen escasa capacidad de almacenaje, es de pequeñas dimensiones. Un caso práctico que podría trasladarse a cualquier escuela de negocios en España, Italia o Francia. Entonces, ¿Dónde está el problema?
El artículo de Granma lo señala textualmente: “en la incertidumbre”. Y así lo indica, “lo cierto es que, a punto de concluir el octavo mes del año, la incertidumbre reina entre los cerca de 120 trabajadores de los dos talleres de la entidad, cuyos ingresos dependen de los resultados productivos, por lo que cualquier acción dilatoria o suspensión de los compromisos asumidos les afecta en lo individual y también en el cumplimiento del plan general previsto”.
Acción dilatoria, suspensión de compromisos, incumplimiento del plan general previsto. Conceptos irracionales para el funcionamiento de una economía de empresa libre. En el mercado, los compromisos se suspenden, pero aparecen otras oportunidades a través de la búsqueda de nuevos clientes. Por supuesto que existen acciones dilatorias, sobre todo en tiempos difíciles como los que atravesamos, pero las empresas buscan apoyos externos, inversores que confíen en su capacidad y se adaptan a las condiciones cambiantes del entorno.
No deja de ser curioso que el problema del incumplimiento lo tenga esta empresa con los denominados “organismos priorizados por el Estado”, como Salud Pública, la CTC, el INDER, la UJC, el Poder Popular Provincial, instituciones parasitarias de la economía creada por los Castro, que no aportan valor ni permiten alcanzar los objetivos de la planificación central.
Estos organismos, que son controlados por el régimen castrista, representan el 79,2% del plan de producción de la empresa de muebles. La reducción de las subvenciones estatales se está llevando por delante a muchas de estas empresas que cuentan con otros mercados y clientes a los que servir, pero que siguen estando sometidas al poder de la planificación comunista. Reducir esas subvenciones es correcto, pero al mismo tiempo, se deberían introducir elementos de libertad económica para que las distintas empresas pudieran reorientar su capacidad productiva y no ver cómo desaparece su producción.
En la medida que no existe espacio para este tipo de iniciativas en el castrismo, esta empresa camagüeyana podrá entrar en una grave crisis, como otras muchas de la Isla. Los organismos estatales dependientes del poder central son los que están hundiendo a la economía castrista, en tanto que el pequeño sector privado que autoriza el régimen, es incapaz de tirar de la producción de las empresas.
Y de todo esto, ¿qué dicen los “Lineamientos”? La mayor parte de la pequeña industria manufacturera que sobrevive a la ineficacia del régimen castrista, lanzó duras críticas al documento, muchas de ellas en la línea de una mayor autonomía, sin abandonar el concepto de plan económico, que sigue siendo central en la economía castrista. Los “Lineamientos” se hicieron eco de ello, pero como tantas otras cosas, el parcheo que suponen de los graves problemas de un modelo improductivo, no son la solución.
Como señala el responsable de esta empresa de muebles, nos enfrentamos a “una especie de camisa de fuerza enviada desde "arriba", en referencia a las dificultades que suponen las cifras impuestas, no consensuadas, del perfeccionamiento empresarial, ese modelo que Marino Murillo extrajo de la economía cuartelera para tratar de producir cambios en las empresas del régimen, así como a la escasa capacidad de la empresa para buscar nuevos clientes y mercados con más libertad.
En tales condiciones, muchos se preguntan para qué sirven los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, aprobados en el Sexto Congreso del Partido con todo bombo y platillo, si no es para perder más el tiempo. Si el régimen busca alcanzar empresas eficientes y competitivas, necesita ir justo en la dirección contraria, impulsando la economía privada, el mercado y un nuevo marco de relaciones económicas, en vez de esa penosa actualización del socialismo cuyo efecto más inmediato puede ser la desaparición de la base productiva en la Isla.
Tomado de: Miscelanea de Cuba
Comentarios
Publicar un comentario