La población de Cuba en 2023: baja fecundidad, envejecimiento y despoblamiento. Y después ¿qué?

Elías Amor Bravo economista

A fin de estudiar la problemática demográfica y social, los gobiernos de los países invierten recursos en la investigación por medio de encuestas de las variables principales que afectan a la población. Por lo tanto, que el régimen comunista cubano haga lo mismo que otros países, no es novedad alguna. Lo ideal sería que cuando se realicen este tipo de estudios, como esa Encuesta nacional de fecundidad de la que informa la prensa estatal, se respete la metodología internacional a fin de comparar los resultados. Esta vez, parece que sí.

En cualquier caso, la Encuesta Nacional de Fecundidad 2022, realizada por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), en colaboración con otras organizaciones nacionales e internacionales, y presentada con motivo del Día Mundial de la Población, confirma un dato alarmante: el bajo nivel de fecundidad en Cuba. ¿Tan solo eso, o es posible “confirmar” otros resultados incluso peores?

Y ¿de qué estamos hablando? La variable de síntesis fue ofrecida por la subdirectora del Centro de Estudios de Población y Desarrollo de la ONEI, que dijo que la tasa de fecundidad acumulada es de 1,14 hijos por mujer de 15 a 54 años; y de 0,79 hijos por hombre. Posiblemente de las más bajas del mundo, y desde luego, un factor limitativo para el crecimiento de la población. Por ejemplo, la tasa global de fecundidad de América Latina y el Caribe en 2022 estimada por CEPAL se situó en 1,85 nacidos vivos por mujer. En Bolivia, con una tasa de 3,24 se presenta el índice más elevado de la región.

¿Qué está pasando en Cuba que hombres y mujeres no tienen hijos? La encuesta indica que el indicador de nuliparidad, cantidad de personas que terminan su periodo reproductivo sin haber tenido hijos) presenta valores calificados como “notables”: 13% en las mujeres y 24% en los hombres, mientras que hace solo 14 años, en 2009, estos datos eran del 9% en las mujeres y 18% en los hombres. ¿Notables? No. Alarmantes.

En suma, el estudio destacó que se observa una tendencia a la ruptura del proceso reproductivo, cuando se tienen dos hijos como máximo. Y ello, a pesar de que la edad de comienzo de las relaciones sexuales es muy temprana. De acuerdo con las estadísticas, el 69,8% de las mujeres y el 75,8% de los hombres empezaron a tener sexo antes de los 18 años, mientras que el 10,8% y 15,9%, respectivamente, se inició antes de los 15 años.

Por lo que respecta al indicador de los planes reproductivos, se confirman las bajas reservas de natalidad e intención de tener hijos en las personas en edad fértil. Entre las mujeres de 15 a 49 años, solo el 21,2% afirma que tendrá hijos, y el 9,3% que lo hará en los próximos tres años. Dentro del mismo rango de edad, el 27,3% de los hombres dice que sí procreará, mientras que el 12,8% lo haría en los próximos tres años. Menos de la cuarta parte. El otro 75%, no.

Los autores del estudio señalan que se está en presencia de una situación de baja fecundidad con limitadas reservas de nacimientos y en detrimento de los porcientos arrojados en la encuesta anterior, realizada en 2009. Entre las mujeres en edad fértil de 15 a 49 años, el 32% no tiene hijos la tercera parte (29% en 2009); el 36% tiene solo un hijo (32% en 2009); el 32% tiene dos o más hijos (39% en 2009); y el 29% tiene menos hijos de los que desearía tener (40% en 2009). Este último porcentaje que se acerca peligrosamente a la mitad, el 50%, es una evidencia de la gravedad de los hechos.

La encuesta investigó también las circunstancias del denominado matrimonio infantil, observando la existencia de una brecha de género grande. En el rango de edad entre 15 y 19 años, el 16,9% de las mujeres contrajo matrimonio antes de los 18 años, y el 3,8% antes de los 15 años. En cambio, en ese mismo rango etario, el 7,5% de los hombres se casó antes de los 18 años, y el 0,7% antes de los 15 años. A ello se añade que la edad media del primer hijo ronda los 23 años para las mujeres y alrededor de 27 años para los hombres, lo que se interpretó como una edad relativamente temprana para un contexto de baja fecundidad. Realmente, hay algo que está destruido en la sociedad cubana y que no funciona bien. Incluso se explicó que este hecho puede estar asociado a una fecundidad adolescente, pues según los resultados, el 26,2% de las mujeres tuvo su primer hijo antes de los 20 años; el 12,5% antes de los 18 años; y el 1,1% antes de los 15 años.

Por ello, la encuesta investigó también los embarazos en la adolescencia, y señaló que el 20% de las mujeres se embarazó al menos una vez antes de los 18 años, y el 15,6% entre 15 y 19 años han estado embarazadas. La investigación mostró que el 84% de las adolescentes se embarazó por descuido, y el 48% por mal uso de anticonceptivos. Asimismo, se indicó que la edad promedio al primer embarazo es dos años inferior a la edad del primer hijo, lo cual sugiere que muchos primeros embarazos son interrumpidos antes de la procreación.

En cuanto a indicador relacionado con los cuidados reproductivos y planificación familiar, los resultados verifican que el conocimiento de métodos anticonceptivos es casi universal, en tanto que más del 85% de mujeres y hombres usó alguna vez métodos anticonceptivos; menos del 2% usó métodos tradicionales; y el 71,6% de las mujeres entre 15 y 49 años toma sus propias decisiones informadas sobre las relaciones sexuales, el uso de anticonceptivos y el cuidado de su salud. Y a pesar de ello, la tasa de embarazos no deseados o inoportunos es elevada, lo que ha provocado lo mismo en hijos nacidos vivos (25,6%), que en interrupciones voluntarias por aborto o regulaciones menstruales (cerca del 35%).

La Encuesta define el patrón de baja fecundidad del país a partir de identificar los factores demográficos, socioeconómicos y culturales que condicionan la decisión de tener hijos o de no tenerlos, y las motivaciones y circunstancias que intervienen en el retraso de la maternidad y de la paternidad, actuando como inhibidores de la fecundidad deseada. A partir de un tamaño muestral de 12.093 personas (6.471 mujeres y 5.622 hombres), el universo y alcance de la Encuesta abarca a toda la población de 15 a 54 años, hombres y mujeres, residentes permanentes en viviendas particulares. Tiene representatividad nacional y urbano-rural por cuatro regiones del país (La Habana, Occidente, Centro y Oriente), y se realizó mediante entrevistas directas a los miembros de los hogares entre el 1 y 30 de abril de 2022.

Y al mismo tiempo que no nacen cubanos y la población se reduce en su potencial de crecimiento, el régimen anunció igualmente otro dato que recae sobre el entorno: el envejecimiento acelerado de la población, una tendencia que ha convertido a la Isla en uno de los países más envejecidos de América Latina y el Caribe, donde más del 20% de su población tiene 60 años y más.

La situación no admite paliativos: tendencia al descenso de la población, en la que influyen  la baja fecundidad descrita en la encuesta, el balance negativo entre las tasas de natalidad y mortalidad, y el saldo migratorio externo, más de medio millón de cubanos han abandonado el país en el último año y medio.

Menudo “logro” de la revolución que un país nazca cada vez menos gente por la baja fecundidad, se despueble por la emigración sobre todo de jóvenes y envejezca al mismo tiempo. Un cuadro difícil de observar en otros. El régimen considera que estas tendencias provocarán un aumento de la demanda de servicios de geriatría, gerontología, de seguridad, asistencia social y cuidados a la población más envejecida. Y si bien ello es cierto, un efecto de este bajo crecimiento de la población se traslada como una amenaza directa al potencial de crecimiento de la economía.   

Los modelos económicos establecen una relación proporcional entre el aumento de la población y la tecnología con el crecimiento del PIB a medio y largo plazo. El caso de Cuba, con bajo nivel tecnológico y población en declive, presenta unas perspectivas alarmantes para las que el régimen no tiene soluciones, porque el modelo marxista de la economía simplemente no funciona y no sirve para afrontar estas amenazas. Es alarmante que desde 1977 no se alcance en Cuba el nivel de reemplazo poblacional, estimándose que para 2025 el total de habitantes descienda del nivel actual de 11 millones.

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