La empresa estatal y la producción de alimentos en la Estrategia: ¿es el camino correcto?

Elías Amor Bravo, economista

El último espacio del programa Mesa redonda se ha dedicado a las medidas de la Estrategia para potenciar la empresa estatal y la producción de alimentos. Más o menos lo mismo de siempre. El retorno a la normalidad comunista ha supuesto una reafirmación por parte de los dirigentes del régimen de la planificación central, la intervención y control de la economía, al mismo tiempo que se mantiene a la empresa estatal socialista como eje principal.

Los encargados de hablar de estas cuestiones fueron los ministros de Industria y de Agricultura, acompañados de los presidentes de las Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial (OSDE) de la Electrónica, del Reciclaje y de Logística de la Agricultura.

El primero en intervenir fue el ministro de industrias que afirmó que, “de forma general, en la mayoría de las empresas, las medidas implementadas surten efecto y se aprecian avances, aunque hay muchas potencialidades por aprovechar”. Una de cal y otra de arena, que a falta de indicadores de coyuntura de la economía, supone una vez más quedarse con lo dicho, con las dudas razonables de si será cierto, o no. La industria cubana, en sus principales producciones, se encuentra aún en niveles de producción y de ocupación de la capacidad instalada, por debajo de los niveles medios anteriores a 1990, y no parece que este tipo de medidas permitan superar esa grave crisis estructural.

Según el ministro, las mismas van destinadas a “aumentar la autonomía empresarial, estimular la innovación, identificar nuevos rubros exportables; potenciar los encadenamientos productivos con los sectores estratégicos y todos los actores, y, sobre todo, poner en mejores condiciones a la industria para la implementación de tareas de envergadura, como el ordenamiento monetario”. En ningún momento se habló de la participación del sector privado en la industria, de la creación de pequeñas y medianas empresas en el sector a partir de los gigantes estatales, o el establecimiento de un marco jurídico para el respeto a los derechos de propiedad. Tal vez lo han olvidado.

Las 28 medidas aprobadas en 2019, así como las 15 emitidas recientemente, van dirigidas a fomentar la producción con calidad y competitividad, de modo que, según el ministro, “los resultados; a partir de ahora, están más ligados a la gestión empresarial que a la asignación centralizada de recursos”, en un claro aviso a navegantes: los directivos de las empresas estatales van a ser responsabilizados de su gestión, pese a que continúan dependiendo jerárquicamente de poderes superiores, ministro y OSDES. Mal asunto.

El ministro destacó las nuevas medidas que “otorgan mayores facultades a las empresas para gestionar los financiamientos en moneda libremente convertible (MLC), con el objetivo de permitir el reaprovisionamiento de materias primas, realizar pequeñas inversiones y desarrollar productos, aumentando la capacidad de gestión de las entidades y, como ya se ha señalado, la responsabilidad en el control de los recursos”. En realidad, si esas cifras no son mayores, la posible financiación de procesos de transformación empresarial con las divisas obtenidas por las empresas estatales, es bastante cuestionable. No conviene perder de vista el papel que juega el sistema financiero en la provisión de fondos a las empresas. De este asunto, ni se habló.

Con respecto a las las ventas en la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM), las tiendas en MLC y el comercio electrónico, el ministro no pudo ofrecer buenos datos, indicando que solo participan 30 empresas en estas modalidades, con unos 265 surtidos. Tampoco fueron positivos los datos relativos al objetivo del “encadenamiento” productivo de la industria con el sector no estatal, a la flexibilización en la planificación empresarial, o la aprobación de los sistemas de pago y la distribución de utilidades después de impuesto. En particular, no pasó por alto la referencia a los problemas de suministro a la población de producciones de aseo e higiene, cloro, hipoclorito, oxígeno, durante la etapa de la pandemia, pese a su necesidad, y otro tanto, la producción de alimentos.

A continuación el ministro de agricultura hizo referencia a las 24 medidas aprobadas en la Estrategia para el el sector agropecuario, destinadas al fortalecimiento de las empresas estatales. Citó, entre otras, la aprobación de 6 empresas con facultades de importación y exportación, para destacar que ya hay tres productores individuales que han realizado exportaciones y recibido el mayor beneficio de los ingresos. Datos, sin duda, para celebrar de forma entusiasta.

También mencionó que de las más de 4.800 cooperativas agropecuarias existentes, han abierto cuentas en divisas a 637, así como otras 37 en procesos de concertación de contratos con empresas estatales para la exportación. Añadió además, que 29 entidades han realizado ventas en la ZEDM y otras 46 empresas estatales están en fase de negociaciones con instituciones radicadas en la Zona.

Datos para continuar celebrando los grandes avances en el fortalecimiento de la empresa estatal, sin duda. Si esas empresas no fueran estatales, sino privadas, el ministro puede estar seguro de que todas estarían exportando e importando, vendiendo al Mariel y generando divisas para la economía nacional.

Importante significar que nada de lo poco que se ha conseguido se habría alcanzado si no fuera por las “nuevas autorizaciones”. El régimen mantiene la sartén por el mango, y abre espacios a la economía en función de criterios políticos, no técnicos. Y así, 61 años. Un ejemplo, el ministro señaló que a las empresas Habanos s.a. e Internacional Cubana de Tabaco s.a. (ICT) con una larga trayectoria de comercio exterior, se les acaba de aprobar (otra autorización más) el esquema cerrado en divisas, otorgando la responsabilidad de exportar, traer los ingresos y luego redistribuirlos en la cadena total de valores de tabaco, hasta el productor primario; cuestión que antes era exclusiva de la OSDE.

Habló del perfeccionamiento de la comercialización de productos agropecuarios, una cuestión de interés para la población, pero no dio muchas indicaciones, lo mismo que con relación a la recuperación de la ganadería bovina para insistir de nuevo en el mismo guión, que en la Estrategia se debe priorizar la aplicación de la ciencia y la innovación, el estrecho vínculo con las universidades para lograr la soberanía alimentaria, un objetivo en el que, una vez más, los comunistas creen que el protagonismo corresponde a la empresa estatal. Ya veremos en qué acaba esa experiencia.

El siguiente en intervenir fue el presidente del Grupo Empresarial de Reciclaje, que insistió en los objetivos de “recuperar valores, sustituir importaciones y exportar”. En su criterio, al disponer de mercado, financiación y materia prima, se ha avanzado en el perfeccionamiento empresarial, así como en el trabajo de reciclaje en los principales polos turísticos del país.

Dio algunos datos, como que el Grupo ha logrado recuperar más 2.400 toneladas de papel cartón, 9.200.000 frascos de medicamentos para la Industria Biofarmaceútica, 49.440.000 botellas de cerveza y de ron, todos dirigidos al programa alimentario, 5 millones de envases personalizados, en su mayoría destinados a las minindustrias, así como 112.000 toneladas de chatarra ferrosa para la producción de acero y sus derivados, destinados a Construcciones, pero al no tener otros referentes de comparación, quedó como una mera enumeración de cifras, sin más.

Señaló que trabajan en el reciclaje en el sector doméstico, que incluye el incremento de los puntos fijos de recuperación, acercándolos a los consejos populares. Difícil es que en un país en que todo se aprovecha hasta la saciedad, se puede reciclar algo. Si lo logran, bienvenido sea.

Después, el presidente del Grupo de la Electrónica indicó que trabajan en “la informatización de la sociedad, eficiencia energética, energía renovable, el despliegue de la televisión digital, la automatización industrial y los principales sectores de la economía”.

Al igual que su antecesor, defendió las medidas de la Estrategia para su OSDE porque permiten aumentar la cifra de ingresos y realizar inversiones que han permitido sustituir importaciones. En concreto, para el año que viene “se planifican productos que tributan a la televisión digital, entre ellos, televisores de mayores prestaciones y tamaños, antenas, conectores y cables coaxiales, en tanto se pretende producir 340.000 cajas decodificadoras, todas capaces de captar la señal en alta definición y vinculadas a la tecnología Android”. ¿Acaso se están preparando, tal vez, para exportar equipos después de la devaluación?

Finalmente, el director del Grupo de Logística de la Agricultura (Gelma), explicó la habilitación de un mercado de insumos, maquinarias y equipos agrícolas en MLC, como una de las principales medidas de la Estrategia, siguiendo el diseño de las tiendas en MLC. Más negocio para el estado. Para ello, se han creado 16 centros, ubicados en las cabeceras provinciales, iniciando la experiencia en La Habana, Villa Clara y Santiago de Cuba, con un grupo concreto de insumos y equipamientos.

Señaló como dato a destacar que durante el primer mes de implementación de esta modalidad, los tres centros citados han sido visitados por más de 400 clientes (una cifra ridícula si se compara con el número de arrendatarios de tierras y de cooperativas) y dentro de los productos más vendidos se encuentran fertilizantes, plaguicidas, machetes, envases plásticos, neumáticos; al tiempo que se demandan nuevos surtidos, como cántaras para leche, mochilas para fumigar, pinturas, monturas, luminarias, regaderas y tractores.

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