El desastre de las nuevas normas presupuestarias del régimen
Elías Amor Bravo economista
La ausencia de seguridad jurídica es uno de los males
principales de la economía comunista cubana. Ayer se volvió a dar un buen
ejemplo de cómo el régimen hace y deshace a su antojo las mismas normas que publica
y debería respetar. De modo que en la Gaceta oficial se publicaron ayer, sin
previo aviso, un total de diez normas jurídicas complementarias a la Ley 164
del Presupuesto del Estado para el año 2024.
El ministro Regueiro, de finanzas y precios, informó a toro
pasado de los cambios, sobre todo tributarios, y se limitó a decir que la
implementación de medidas tributarias tenía como objetivo aumentar los ingresos
del presupuesto del estado, apretando las clavijas a las entidades estatales y
sobre todo, a los nuevos actores económicos, en un intento, una vez más, de
mantener la economía controlada e inerte.
También se han fijado en los trabajadores contratados en los
proyectos de desarrollo local, una vía que el régimen identifica con las divisas
aprovechando el origen internacional de la financiación. Igualmente, se lanzan
al pago de la contribución especial tributo que se paga para la protección a
los trabajadores ante riesgos que transcurren en su vida laboral, y ante los
casos de muerte y jubilación.
Se plantean igualmente acciones extractivas sobre el
Impuesto sobre los ingresos personales, el impuesto para las gratificaciones, con
un impacto en la devaluación del peso, al aplicar la tasa de 1 USD por 120 CUP,
todo ello para lograr un alto nivel de tributación para los niveles de ingresos
extraordinarios, y acentuar la progresividad del sistema extractivo de rentas.
No escapa tampoco de las medidas el Impuesto sobre los
ingresos personales, con la obligatoria presentación de declaración jurada del
sector agropecuario que pagan un 2% para en el impuesto sobre los ingresos
personales, frente al tipo impositivo general del 5%, diferencia que no
consigue, ni por asomo, estimular la producción agropecuaria.
No escapa de las medidas introducidas el impuesto por la
ociosidad de tierras agrícolas y forestales en las provincias y municipios del
país, en ese vano intento de poner a producir todas las tierras. Por mucho que
Regueiro diga que este no es un tributo orientado a la recaudación, sino a
influir en los tenentes de tierras para que hagan un uso eficiente de este
recurso, lo cierto es que todo lo que pueda aportar ingresos al estado se ha
puesto en marcha esta vez.
El paquete de medidas elimina de un plumazo las exenciones
de impuestos a los actores económicos no estatales, dígase micro, pequeñas y
medianas empresas (mipymes) y cooperativas no agropecuarias (CNA), de seis
meses y un año, en ocasión de su constitución.
Dos años después de la creación de las mipymes, los
comunistas se lanzan para aumentar la recaudación poniendo el peligro la
viabilidad de muchas de estas entidades que siguen siendo débiles.
De este modo, los incentivos fiscales que se ofrecieron en
un primer momento pasan a mejor vida, y el régimen cree que, con ello, podrá aumentar
la actividad o sectores de la economía.
También se aprobaron medidas para regular el procedimiento
para operar los presupuestos provinciales dentro del perfeccionamiento en la
gestión de los presupuestos locales otra medida que tiene el objetivo de
potenciar los ingresos y lograr calidad y eficiencia de los gastos
presupuestarios reforzando la responsabilidad de los titulares de presupuestos
en la ejecución de gastos.
También resulta sorprendente la nueva resolución 302/2023 que
reglamenta la colocación y emisión de los bonos soberanos de la República de
Cuba para financiar la deuda pública en el año 2024, en relación con el programa
de estabilización macroeconómica. Ambas iniciativas desconocidas en su
composición dirigidas una supuesta reducción del déficit fiscal que se financia
con la emisión de esos bonos.
Por último, la Resolución 309/2023 dentro de las nuevas
medidas, estableció la metodología para normar el proceso presupuestario, la
notificación, desagregación, programación, modificación y ejecución de los
ingresos y gastos del Presupuesto del Estado.
Estas medidas que atentan contra la seguridad jurídica que
demandan los actores económicos para poder funcionar tienen que ver con el
supuesto objetivo de continuidad y desarrollo de los programas y políticas
económicas y sociales, como garantía para el acceso a los servicios básicos de
la población y la mejora de su calidad.
Lo cual es difícil ya que aumenta el carácter social del presupuesto,
en detrimento de las inversiones productivas que son las que pueden dinamizar
la economía lo cual supondrá que 2024 será una copia maltrecha de lo ocurrido
en 2023.
En definitiva, medidas introducidas por sorpresa para recaudar
más e imponer disciplina en los procesos de captación de recursos a favor del presupuesto.
Nada que ver ni con el bienestar del pueblo, ni con la
justicia social, ni con el necesario desarrollo económico, sino con postulados
marxistas y leninistas basados en el reparto de la riqueza que solo empobrecen
más y más al pueblo cubano.
Muchas gracias profesor.
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