Machado Ventura: Las arengas no sirven para que una economía funcione

Elías Amor Bravo, economista

No. No es un nuevo “período especial”, pero si, se parece mucho. Y lleva muy mal camino, porque lo peor está por venir. Granma se hace eco hoy del “intenso periplo de dos días de Machado Ventura por los polos agropecuarios”, durante el cual ha insistido en la necesidad de “diversificar los renglones y superar las demandas de consumo nacional”. Una vez más, los comunistas se creen que las cosas se arreglan con mensajes y arengas.
Pues hay que decir al 2º secretario del comité central del partido único, que solo se puede conseguir aumentos sostenidos de los rendimientos agrícolas con trabajo, tecnología, esfuerzo, inteligencia y motivación, y todo ello, acompañado de un régimen estable de protección a los derechos de propiedad de la tierra. Mucho me temo que nada de eso existe actualmente en Cuba, por lo que la agricultura y ganadería seguirá sin producir suficiente para la demanda interna, y desde luego, ni de lejos para exportar.
Ya puede Machado Ventura desgañitarse en estos periplos lanzando todo tipo de arengas y mensajes, que por ese camino no llegará a ningún sitio. Lo lamentable es que en Granma den a conocer estas noticias, porque con ello, contribuyen a deteriorar más la imagen política del personaje, que muchos cubanos van a identificar con el fracaso de su régimen político para darles de comer. No se resuelven los problemas interesándose por ellos, no es así. Hay que procurar que los productores cuenten con los instrumentos adecuados para gestionar sus recursos, hacerlos suyos realmente, poder crecer y acumular riqueza, y generar producción a precios competitivos. En definitiva, lo mismo que se hace en cualquier otro país del mundo donde la planificación central de la economía estalinista no dirige las decisiones de los agentes económicos, como ocurre en Cuba.
No sé cuando alguno de los dirigentes comunistas se darán cuenta de que el modelo económico heredado de Fidel Castro no funciona, simplemente no sirve. Hace falta que alguien dé un puñetazo en la mesa y diga hasta aquí. La complacencia con la ideología comunista lleva a estas cosas. Hace 50 años, por ejemplo, mientras que los cubanos trataban de informarse por las emisoras de onda corta escondidas en las habitaciones del fondo de las casas de la llegada de EEUU a la luna, en Cuba Fidel Castro consumía todos los recursos de la nación en aquella zafra de los “10 millones” que fue el fracaso más grande de su largo mandato. Era el ejemplo de cómo el régimen desconectaba a la economía cubana del resto del mundo y eliminaba cualquier indicador de racionalidad de las decisiones económicas en la isla. Acumulado todo el poder económico y social, Cuba ya estaba perdida en 1969, y por desgracia ahora está mucho peor.
Los mensajes de los comunistas parecen los mismos, a pesar del tiempo. Machado dice ante los guajiros, que todos los días se las ven con gran dificultad para sacar adelante su producción, que tienen que “diversificar los renglones y superar las demandas del consumo nacional, porque hay un mercado potencial grande en la exportación desde la agricultura si se cosecha bastante y con excelencia”. Y lógicamente, se miran entre ellos estupefactos, y se preguntan “diversificar qué”,” para exportar para quién”. Lógico.
Si en vez de obsesionarse desde la cúpula comunista por la idea absurda de “obtener localmente cada vez más surtidos de los que hoy importa el país o de crear eso que llaman minindustrias”, en vez de apostar por la economía de escala técnica y la dimensión eficiente de las parcelas en explotación, cuya producción sea totalmente gestionada por productores privados, y consolidar mercados mayoristas eficientes, igualmente gestionados por agentes privados, la cosa cambiaría y mucho y para bien de todos.
No es con “pensamiento colectivo” como se pueden aprovechar las oportunidades para multiplicar los rendimientos agrícolas. Esa fórmula fracasó ya y debe quedar atrás. Insistir torpemente en ella, no es la mejor solución para los problemas del sector agropecuario. Eso puede quedar muy bien en el discurso de algún planificador central comunista recalcitrante, pero es contrario a la razón humana, a la libre elección, a la motivación y al pensamiento individual, que es la esencia del funcionamiento eficiente de una economía. Yo sé bien que Machado Ventura no entiende lo que le digo, pero su asesor, el planificador central que le escribe los discursos, sabe que tengo razón, y que no hace falta tanto itinerario, ni tanto discurso o arenga, sino que hay que cambiar en 180º el curso de los acontecimientos, si se quiere producir suficiente y exportar.
Es lo mismo que con la venta de gasolina o la generación de electricidad y los apagones. Problemas recurrentes cada vez que llegan a la economía de forma cíclica, porque es imposible sobrevivir una década o un lustro sin realizar inversiones en infraestructuras y equipamientos que en Cuba solo puede venir del mismo sitio (el presupuesto estatal) con el que se pagan los elevados costes sociales de los llamados “logros de la revolución”. 
Mientras que la participación de la formación bruta de capital en el PIB siga por debajo del 10% año tras año, los apagones seguirán, los baches en las vías de comunicación, los problemas de suministro de agua, etc, etc, seguirán y se irán agravando. No es un asunto de la coyuntura, como la gasolina, que desde 2016 se viene reduciendo porque Venezuela ya no puede cumplir sus compromisos con el régimen castrista, sino que se irá agravando cada vez más. 
Así que hay que prepararse para lo peor. El segundo semestre del año será mucho más problemático que el que ahora acaba. Y las autoridades responsables de la economía, con el ministro Gil al frente, ya están planificando el 2020 cuando todavía no han cerrado el 2019, con todos los problemas que vienen y para los que no tienen solución con el modelo estalinista que se resisten a abandonar.

Sinceramente, Cuba, los cubanos, no se merecen esto. Ya no es un problema de más o menos venta de gasolina o diesel, de apagones sistemáticos o de escasez de cerveza y sus altos precios, por decir algo, es un problema mucho más grave que los dirigentes de ese régimen político, como el infatigable Machado Ventura, creen que se arreglan con arengas y mensajes. 
Mal muy mal. Los agentes económicos, sobre todo privados, que son los que están tirando del armatoste de la economía, están cansados y no van a aguantar mucho más. Si el pequeño sector privado autorizado por el régimen se viene abajo, la cosa puede ser mucho peor. Eso no lo tengo siquiera pensado, pero puede ocurrir, tan cerca como en este segundo semestre.

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