El discurso de Raúl Castro y los errores no asumidos

Los más viejos del lugar no consiguen todavía comprender por qué Raúl Castro se ha puesto en este plan melodramático en su discurso ante la Asamblea Nacional.
¿Es que la economía cubana realmente está tan mal como él dice?
¿Es que éste era el tono, y no otro, del discurso ante la Asamblea Nacional?
¿Es que Fidel Castro ya no manda nada, como ha señalado Norberto Fuentes?
Todas estas preguntas admiten distintas respuestas, porque la realidad es que, cuando se trata del régimen castrista, intentar comprender lo que ocurre es más una tarea de nigromantes que de expertos en análisis. La profesión de castrólogo ha sido un fracaso durante Fidel Castro, pero parece condenada igualmente al ostracismo con Raúl.
La economía cubana ciertamemte está muy mal. Ya no es que crezca al 2,1%, al 1,9% o no crezca. El problema es que no funciona. Pero es que lleva así prácticamente desde el 1 de enero de 1959. Los que sitúan la fecha del desastre en 1967 o en 1990 se equivocan. La economía castrista es un desastre desde que se empezó a confiscar la base productiva, primero de los ingenios azucareros y las compañías de servicios, después de los bancos y profesionales, más tarde, de todo tipo de negocio. Ese odio a la empresa privada, al mercado y a la capacidad de las personas para organizar libremente su existencia, ha marcado el último medio siglo de la economía cubana, y mucho me temo, lo que es peor, seguirá haciéndolo en los próximos años.
Dictadura y economía estalinista van cogidas de la mano en el castrismo como dos hermanas que hacen felices a estos viejos totalitarios. Nada nuevo bajo el sol.
Luego está la Asamblea Nacional. Posiblemente el único foro en el que podría haberse alzado alguna voz pidiendo alguna explicación. Nada. Silencio absoluto y asentimiento. Podría pensarse que Raúl Castro lanzara dardos envenados para cortar cualquier simulacro de reacción. Es difícil pensar en ello. Ahora sólo queda el congreso del partido en abril, y ahi estará la flor y nata de la revolución.
Por último, ¿qué ocurre con Fidel Castro? El fue el primero que, posiblemente en venganza, dijo que la economía cubana no funcionaba. Dijo lo mismo que Raúl, y luego se vio obligado a desmentir. Hasta su sobrina salió en su defensa. Es como si el otro lado de la familia tratase de institucionalizar a Fidel Castro en una especie de residencia de silencio definitivo.
Este es el escenario en que se desenvuelve la economía cubana. Y si los "lineamientos" iban dirigidos a conseguir alguna confianza internacional, el otro día, Raúl Castro hizo lo contrario, al dejar muy claro que él ya no confía en el engendro del que también es responsable. Porque para finalizar, hay que recordarle a Raúl Castro que su hermano tiene mucho que ver, pero que él, durante muchos años, ha participado de ese akelarre, de la locura de convertir a Cuba en un holocausto de libertades políticas y económicas. Por ello, debería asumir sus propias palabras, y poner tierra por medio. ¿Qué no se irá corriendo de Cuba?

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