La opción por la autarquía, los lineamientos y las "boberías" de la economía cubana

LA OPCIÓN POR LA AUTARQUÍA, LOS LINEAMIENTOS Y LAS "BOBERÍAS" DE LA ECONOMÍA CUBANA
02-02-2011.
Elías Amor Bravo


En el régimen castrista, todo el análisis económico y productivo se basa en un contraste entre planificación y cumplimiento. La actividad económica no sigue el funcionamiento de los precios, que son el mejor indicador de eficiencia y eficacia para las decisiones de cualquier emprendedor, sino las consignas que se trasladan desde la cúpula de un organismo burocrático por un planificador que se cree conocedor de la verdad absoluta, y que impone, según su criterio, casi siempre político e ineficiente, decisiones ajenas a la realidad. En estos casos, acertar, es cuestión del azar.

Lo cierto es que, desde que Raúl Castro dio vía libre a Granma para “descubrir” y constatar las ineficiencias existentes en la economía cubana, no se habían producido muchas oportunidades como ésta.

Que una empresa cubana cuente con “todos los recursos necesarios para fabricar en sus instalaciones las traviesas y juegos de fijaciones” parece una noticia que merezca atención informativa, cuando en la realidad de la economía de mercado, ese es el día a día de todas las empresas que funcionan normalmente. Incluso, se hacen eco de que “solo importa la tuerca M-22 que se adquiere sin el tratamiento superficial, el cual se ejecuta en la planta”, como si comprar bienes y servicios en el exterior fuera La periodista Lourdes Pérez Navarro escribe en Granma un artículo titulado “Industria nacional asegura traviesas y fijaciones para la Línea Central” cuyo contenido se dirige a celebrar, en torno triunfalista, que las traviesas y juegos de fijaciones necesarios para ejecutar los procesos de remozamiento, mantenimiento y reparación capital de la Línea Central planificados para este año, “estén en producción y tengan las materias primas aseguradas”.

La verdad es que no comprendo cómo es posible que un acontecimiento como éste pueda atraer la atención de alguien. Que una empresa, por muy desorganizada que esté, no sea capaz de ordenar su proceso productivo y tener las cosas muy claras desde el comienzo de su actividad, es algo que en la economía de mercado y propiedad privada es impensable. En una economía competitiva, si las cosas no se hacen bien, simplemente no se puede existir.
una actividad negativa.

La apuesta por la autarquía que se contiene en los “lineamientos” es una grave amenaza para el futuro de la economía cubana y su plena inserción en la economía mundial. Precisamente, lo que sabemos es que buena parte del desarrollo económico empresarial se basa en la transferencia de tecnología del exterior, en la incorporación a los procesos productivos de piezas, mecanismos, y máquinas que facilitan a la producción nacional una mejora competitiva de costes y una mejor inserción en la economía mundial. Un fenómeno denominado “reversión tecnológica” que permite a los países más atrasados, y con menores costes de producción, sacar el máximo provecho a las tecnologías obsoletas en los países desarrollados.

Claro, para poder comprar en el extranjero tecnología de vanguardia, se necesitan recursos, y no parece que en la economía castrista abunde el dinero para este tipo de operaciones.

No, más bien todo lo contrario. Parece que el castrismo se embarca en una apuesta de mediados del siglo pasado que se denomina la autarquía, la idea que llevó al general Franco en España a creer que el futuro del país se basaba solo en su capacidad para producir sus bienes y servicios. En 1959, 20 años después de aquella política suicida, España debió adoptar el Plan de Estabilización y abrir de par en par sus puertas a la economía mundial.

En la economía del “derroche”, según palabras recientes de Raúl Castro, “a los tornillos, en esta empresa, se les aplica un proceso de zincado (baño de zinc a través de un campo eléctrico), mientras la lámina elástica recibe un tratamiento de pintura electroestática en polvo, lo cual debe garantizar en conjunto una durabilidad mínima de todos los elementos de fijación de al menos 25 años de explotación bajo las condiciones climáticas y ambientales de nuestro país”, es decir, en vez de comprar productos nuevos y de calidad, las cosas se aprovechan y se vuelven a aprovechar al máximo, haciéndolas durar eternamente: si un nuevo ejemplo del “derroche” castrista.

Tonterías y más boberías económicas del régimen castrista que sigue sin percatarse que esta estrategia de dar palos en todas las direcciones no sirve y que la única apuesta para el futuro de la economía cubana es la economía de mercado, la propiedad privada y la libertad política y económica.
Fuente:(www.miscelaneasdecuba.net).-

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