El análisis de la economía castrista según CEPAL

La CEPAL acaba de publicar el Estudio Económico de América Latina y el Caribe que, en un tono optimista, sitúa a la Región como una de las áreas más dinámicas de la economía mundial, registrando tasas medias de crecimiento en el entorno del 6% en el año 2010.
El análisis por países refleja notables diferencias, desde un máximo 15% en Paraguay, el 9,2% de Argentina, y el 8,8% de Perú o el 8,5% de Uruguay, a los descensos registrados en Venezuela, -1,4%, Jamaica -1,3% y el caso singular de Haití, -5,1%. Con todo, las cifras negativas son inferiores a las positivas, confirmando que la Región avanza a buen ritmo, aun cuando las estimaciones de CEPAL para el presente ejercicio se moderen de forma significativa.

Así, para el conjunto de países de América Latina y el Caribe, la organización estima un crecimiento global del 4,7%, 1,3 puntos menos que en 2010, pero que sigue siendo una tasa relativamente destacada para afirmar la intensidad del auge económico. Las buenas noticias proceden de Haití donde el crecimiento se sitúa en un 8,0% gracias a los programas de desarrollo en curso. Sube a los primeros puestos Panamá, con un 8,5% de crecimiento, y Argentina se mantiene firme con un 8,3%, lo mismo que Perú, un 7,1% y Uruguay, 6,8%. Paraguay observa una considerable moderación en su ritmo de crecimiento quedando en una estimable tasa del 5,7% diez puntos menos que en 2010.

En este marco de resultados, cabe preguntarse por la situación de la economía castrista. CEPAL confirma, una vez más, el deficiente desempeño macroeconómico de la Isla a pesar de la notable acumulación de medidas adoptadas en los últimos meses en un intento, hasta ahora nada efectivo, de mejorar la productividad y la eficiencia.

La economía castrista registró en 2010, un 2,1% de crecimiento, cuatro puntos por debajo de la media de la Región y situándose a la cola del conjunto de países. Para 2011, el crecimiento se estima en un 3,1%, una tasa que sigue quedando situada por debajo de la media, y entre las más bajas de la Región. Parece que la “locomotora” castrista carece de fuerza suficiente para tirar de los vagones de una economía carente de recursos, de divisas, improductiva, ineficiente y mal gestionada.

Y lo que es peor, que se resiste a realizar las únicas reformas que pueden ayudar a paliar la situación y devolver un cierto dinamismo: un sistema de derechos de propiedad y una economía de mercado libre. Por el contrario, la denominada “actualización del socialismo” se convierte en un ejercicio de lucha contra una pretendida corrupción, y una denuncia permanente de las ineficiencias, en tanto que los problemas se siguen acumulando por la incapacidad del modelo para resolverlos.

El estudio de CEPAL presta atención a los problemas de la economía castrista que, como viene siendo habitual, quedan delineados en el Informe.

En primer lugar, el descenso de las inversiones en infraestructuras por segundo año consecutivo, un 7,7% por la escasez de divisas, en tanto que el déficit público se sigue manteniendo elevado, como consecuencia de la necesidad de atenderá empresas estatales ineficientes con graves problemas financieros. Destaca el estudio la intensa reducción de gastos corrientes del presupuesto, dentro del proceso de racionalización emprendido por el castrismo, con caídas significativas del 10,9% en salud pública, uno de los “logros de la revolución”.

A pesar de ello, el peso de la actividad estatal en la economía castrista sigue siendo asfixiante, y limita sus posibilidades de desarrollo: el 45,2% del PIB son los ingresos estatales y el 48,7% del PIB se dirige a los gastos estatales. Ningún otro país de la Región presenta porcentajes superiores al 30% para estos indicadores.

En segundo lugar, los efectos perversos de la dualidad monetaria, lo que impide, entre otras cosas, realizar una política monetaria eficiente, con una intensa reducción de la cantidad de dinero en circulación que no se ve reflejada en los tímidos procesos de apertura del crédito a los agricultores y trabajadores por cuenta propia. Tampoco es posible analizar, señala CEPAL, los efectos sobre la balanza de pagos de esta dualidad monetaria, ya que el régimen castrista continúa sin ofrecer información oficial sobre la balanza desde 2008.

Aspectos sobre los que valdría la pena reflexionar en otro trabajo ya que inciden notablemente en la credibilidad internacional de la economía, su capacidad real de obtención de divisas y de afrontar elevaciones de precios en los mercados mundiales.

En tercer lugar, la notable dependencia del consumo de las familias en la Isla de las remesas procedentes del exterior. El estudio destaca cómo el consumo privado aumenta un 4,1% por encima de lo que lo hace la economía, como consecuencia de la llegada de cerca de 2.000 millones de dólares, con un aumento del 13,7% en 2010, consecuencia del levantamiento de restricciones en EEUU. Sin ese colchón de gasto, la economía castrista se habría colapsado ya que la otra fuente de crecimiento económico, las exportaciones, ha registrado un avance mucho menor, de solo un 2,7% frente al alza de las importaciones, claramente superior, del 5,2%, pese a las restricciones cuantitativas impuestas por el régimen.

En cuarto lugar, el análisis de la evolución de los distintos sectores productivos continúa mostrando graves deficiencias en la interrelación de los mismos en la economía castrista. Así, el sector de bienes mostró un crecimiento nulo durante 2010, y el de servicios básicos, que incluye electricidad, gas, agua, transporte, construcción y comunicaciones, registró un descenso del -3,1%. Tan solo los sectores vinculados al consumo o al turismo mejoraron sus resultados, como el de hoteles y restaurantes, comercio, intermediación financiera, con un 4%.

Sin embargo, dado el bajo peso relativo de los mismos en la economía, su impacto ha sido limitado.

La agricultura registró un descenso cercano al 3% lo que indica que las reformas asociadas a la entrega de tierras siguen sin dar resultados. La exportación de caña de azúcar se desplomó, subraya el Informe, y sólo se exportaron medio millón de toneladas en la zafra 2009-2010. La construcción descendió un 12,2% como consecuencia de la ausencia de inversiones públicas, casi todas planeadas pero sin ejecutar por escasez de recursos financieros.

Por último, los precios aumentaron un 1,6% después de haber registrado un descenso en 2009 del 0,1%, un fenómeno que indica la solidez de las expectativas inflacionistas en la economía, como consecuencia de la eliminación de gratuidades en la libreta de racionamiento. El salario medio aumentó de 429 pesos a 448, un 4,4%, y el mercado de trabajo, como consecuencia de los primeros ajustes de empleo, experimentó un aumento de la tasa de desempleo que pasó del 1,7% al 2,5% entre 2009 y 2010.

Tomado de: www.miscelaneasdecuba.net

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