¿Con uniforme verde olivo o con guayabera?
Elías Amor Bravo, economista
Granma califica de “nuevas medidas
parciales” las decisiones de los departamentos del Tesoro y
Comercio de Estados Unidos de otorgar una nueva regulación al uso
del dólar en transacciones dentro de la isla y una mayor
flexibilidad a las normas para viajar. Todo ello ante la inminente
visita de Obama.
Que el diario oficial del régimen
califique estas medidas como “parciales” era de
esperar. Mientras que los analistas y observadores extranjeros
consideran que estas nuevas medidas suponen un notable avance en la línea de la
apertura, el régimen parece querer escudarse una vez más en el
contencioso que mantiene con EEUU sin otorgar una importancia que,
objetivamente, es fácil de contrastar.
¿Por qué Granma arremete contra las
nuevas regulaciones? En principio porque suponen un escenario no deseado
por las autoridades del régimen. Es evidente que no tienen el menor
interés en que los ciudadanos de EEUU puedan viajar legalmente a
Cuba "siempre y cuando el viajero se involucre en un programa de
tiempo completo de actividades de intercambio educativo destinadas a
mejorar el contacto con el pueblo cubano, apoyar la sociedad civil o
promover la independencia del pueblo cubano de las autoridades del
país". No me cabe la menor duda que este enunciado, que supone
la posibilidad de viajar en solitario, sin la necesidad de conformar
grupos, no interesa en absoluto en La Habana, y mucho menos para las
actividades que han sido definidas.
Al régimen le habría gustado,
probablemente, la plena liberalización a los ciudadanos de EEUU para
que puedan hacer turismo en la Isla, lo que actualmente está
regulado por normas que solo el Congreso puede eliminar.
Es evidente que a las autoridades de La
Habana les importa poco que los ciudadanos estadounidenses puedan
viajar a Cuba para practicar eso que se ha denominado "contacto pueblo a
pueblo", una actividad por la que el presidente de Estados
Unidos apostó desde la reanudación de las relaciones entre los dos
países.
Además, y mucho más importante aún, ha sido el anuncio de que los bancos estarán autorizados a procesar
transacciones del gobierno cubano que pasen, incluso momentáneamente,
por el sistema bancario estadounidense. Los cubanos en suma, podrán abrir cuentas en dólares en los bancos. Quienes no quieran valorar de
manera positiva el alcance de esta otra medida, simplemente es que no
quieren arriesgar.
Ante la llegada de Obama a Cuba el
régimen parece más interesado en buscar un perfil bajo, lanzando
balones fuera en una nuestra estrategia de ganar tiempo. En Granma lo
han dicho muy claro, y por ello cito textualmente, “aun cuando las
medidas de hoy son un paso más en el camino hacia una relación
diferente, habrá que sopesar el verdadero alcance de estas medidas,
dado que tres paquetes anteriores han sido aprobados por la
administración Obama pero con una trascendencia limitada”.
De lo que no cabe la menor duda es que
de la expectación inicial, se ha pasado a un nuevo escenario que
profundiza en el pesimismo. Una estrategia calculada para continuar
manteniendo la única carta que queda en la manga del uniforme verde
olivo, que no es otra que la denuncia del llamado “bloqueo
económico, comercial y financiero impuesto contra la Isla”.
Mientras que, los hechos son tozudos y confirman que EEUU ha movido
muchas más fichas en el tablero y adoptado medidas encuadradas
dentro del proceso de las negociaciones, las autoridades del régimen
permanecen impasibles e inertes, incluso, como algunos observadores
han destacado, han reforzado la represión contra los disidentes. El
cruce de mensajes y de actuaciones en ambas direcciones está
servido. La visita de Obama es inminente.
Para muchos la única
pregunta que queda es si Raúl Castro lo recibirá vestido de militar
o con la guayabera. Créanme, no hay que esperar mucho más. Ya se
verá que queda de todo ello.
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