Mangos, guayaba y frutabomba
Elías Amor Bravo, economista
Era lo que nos faltaba. Resulta que el régimen castrista se auxilia de la ONU para mejorar la producción de frutales en el país y reducir la factura importadora por esos conceptos, alrededor de 2.500 millones de dólares al año de alimentos. La agricultura cubana aprendiendo cómo se produce de la mano, ni más ni menos, que de funcionarios del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y de la embajada de Canadá en Cuba. En principio, el proyecto aprobado se concentra solo en Santiago de Cuba y Artemisa, la idea es ir extendiéndolo al resto del país. El importe asciende a 6 millones de dólares a fondo perdido. Casi nada.
Al parecer, y según algunos medios de comunicación, el proyecto tiene como principal objetivo el logro de incrementos de entre un 10% y un 30% de las producciones de guayaba, mango y fruta bomba. Esto se pretende conseguir con una formación del personal para diagnosticar, proyectar y gestionar de forma estratégica los frutales, aportando un enfoque de cadena, la comprensión del funcionamiento del mercado y el análisis de oportunidades, todo ello con el objetivo de conseguir retornos sostenibles a la inversión.
El proyecto se inscribe dentro de las actuaciones del Plan Nacional de Desarrollo 2030, con la introducción de nuevas bases tecnológicas, patrones de utilización de los factores productivos y modelos de gerencia y de organización de la producción en la producción de frutales. Igualmente está previsto un aumento de las capacidades de las cooperativas para producir y comercializar frutas frescas y procesadas, con el fin de lograr beneficios económicos que repercutan en la mejora del nivel de vida en comunidades rurales, especialmente de jóvenes y mujeres.
Me van a permitir los responsables de este proyecto sugerir algunos datos estadísticos publicados en la Oficina Nacional de Estadística e Información, ONEI para que sepan dónde se meten, y si realmente, tienen o pueden hacer algo para lograr los objetivos que se plantean.
En Cuba, y situándonos en 2016, último año disponible, los rendimientos por superficie cultivada (en toneladas por hectárea) según el titular de la propiedad de la tierra, es la que se presenta en el siguiente Cuadro
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Total
Estatal
No estatal
Mango
9,24
3,89
10,56
Guayaba
15,74
14,17
15,87
Frutabomba
27,95
22,73
28,42
Muy fácil de
entender. Los rendimientos por superficie en las tierras del estado
para las distintas producciones de frutales recogidas son inferiores
a los rendimientos obtenidos en las tierras no estatales en un 11%
para la guayaba, un 20% para la frutabomba y nada más y nada menos
que un 63% inferior en el caso del mango. ¿Quieren aumentar la
producción de estos tres frutales? Con permiso de los funcionarios
expertos de la ONU y de los canadienses, lo mejor que pueden hacer
las autoridades comunistas es preguntar a los guajiros cubanos que se
tiene que hacer. Ellos lo saben. Lo han sabido siempre, desde los
tiempos de la república antes de 1959 cuando Cuba era una potencia
agrícola mundial en numerosas rúbricas. Lo que ocurre a los
guajiros cubanos es que su gobierno no hace otra cosa que bloquear su
iniciativa emprendedora, su capacidad de producir con libertad y
desarrollar sus empresas libremente. Y eso si que es un bloqueo.
Una primera
propuesta muy fácil de aplicar sería, por ejemplo, que el estado
dejase de producir frutales en Cuba. Actualmente, las tierras de
titularidad del estado, que son todas, lo que ocurre es que aquellas
que explota directamente, alcanzan una superficie total de 7.025
hectáreas, casi el 20% de las 39 mil hectáreas que se explotan por
los no estatales. Más de 7 mil hectáreas con rendimientos
inferiores a los que se obtienen en las no estatales. La solución
inmediata sería que esas 7.025 hectáreas de bajos rendimientos en
la explotación agraria pasaran a ser de propiedad privada y de
quienes obtienen rendimientos superiores. La producción
automáticamente podría aumentar sin más.
Por muchos
proyectos de buena voluntad y mucho dinero entregado gratuitamente al
régimen lo que está claro es que la economía castrista tiene
muchas oportunidades de mejorar si avanza en la privatización de los
derechos de propiedad y el estado se retira a sus funciones tradicionales, y deja de tener ese "peso muerto" sobre
la actividad de los agentes económicos privados. No es ceder tierras
en arrendamiento o crear de manera artificial cooperativas
controladas por los comunistas. Eso sería más de lo mismo. Es hora de regresar a un marco jurídico compatible con el resto del mundo en el que los cubanos sean dueños reales de sus activos, de su trabajo, de sus proyectos de vida, para elegir en libertad. Se trata
de que, hasta los vietnamitas, han apostado por los derechos de
propiedad privada y se han convertido en una potencia exportadora de
arroz, después de décadas de hambrunas comunistas. Ah, y sin ayuda
de la ONU ni de Canadá. Por cierto sigo preguntándome qué sabe
Canadá de mangos, guayaba y frutabomba.
En el trapatio de la casa en Luyanó teníamos una mata de mango y otra de aguacate. Mi padre sembró las semillas, y a los trees años el manto, y a los siete el aguacate, comenzaron a parir abundantemente..... Y de las guayabas que decir. Recuerdo viajes con compañeros de la universidad de La Habana al Pan de Guajaibón, a montes cerca de Cienfuegos. Tallos de guayabos, usados para cercas con alambres de púas, crecidos y cuajados de guayaba.
ResponderEliminarLos fracasados que gobiernan a Cuba no necesitan asesores extranjeros. Dejen a los cubanos cultivar libremente psor el amor de Dios!