Transportes en Cuba: sin estrategia ni política

Elías Amor Bravo, economista
La ONEI ha publicado un interesante estudio titulado “Transportes. Indicadores seleccionados, enero-julio 2017” en el que se pueden constatar diversos hechos relacionados con esta actividad en Cuba, que año tras año, sigue sin tener una respuesta adecuada por parte del único que tiene capacidad para hacerlo: el estado intervencionista, dueño y controlador de toda la actividad económica.
El sector del transporte es fundamental para lograr encadenamientos en una economía y conseguir una adecuada integración de mercados de producción y consumo. Promueven el desarrollo de las actividades logísticas de las empresas y tienen un notable impacto sobre las economías de escala. Los gobiernos, por este motivo, prestan una gran atención a los transportes en todos los países.
Una conclusión salta a la vista de forma inmediata en Cuba: una parte importante de cubanos no tuvo más remedio que volver a utilizar los “otros medios de transporte”, y en concreto los denominados “medios alternativos” para desplazarse por el país en 2017.
Conviene recordar que esta categoría, tal y como aparece en el descriptor de la fuente estadística de ONEI, incluye “diferentes medios de transporte no convencionales, tales como los coches de tracción animal, bicitaxis, camiones y autos privados”. Este es el escenario que le queda a los cubanos después de 59 años de revolución: “medios no convencionales” de transporte. Si alguien pensó en esta opción como algo transitorio, provocado por las urgencias el denominado "período especial", 24 años después continúa siendo una opción que, además, va en aumento.
Para empezar, destacar que en 2017, el transporte de pasajeros ha experimentado un crecimiento del 10,5% respecto al año anterior. Este resultado coincide con notables diferencias entre los medios convencionales (ferrocarril, ómnibus, taxis, cooperativas de transporte y aéreo, que suponen el 54,2% del total de pasajeros) y que han aumentado un porcentaje inferior de un 3,4%, y los denominados otros medios, donde se incluyen los ómnibus de centros de trabajo y de turismo y los ya citados medios no convencionales (y que representan el restante 45,8% de los pasajeros) con un crecimiento del 20,3% que duplica al registrado por el total. Los cubanos no tienen más remedio que acudir a esta oferta para realizar sus desplazamientos.
Entre los medios de transporte convencionales, destaca un año más el abandono del ferrocarril, con un descenso del 15,4% en los viajeros, que apenas representan el 0,3% del total, lo que ofrece una idea del pésimo balance que tiene esta actividad en Cuba y las dificultades asociadas a su desarrollo y progreso. Le sigue a continuación el transporte aéreo que cae un 8,3%, y los ómnibus escolares, con un descenso igualmente del 1,5% que indica un menor número de niños. 
Por el contrario, se observan aumentos del 17,2% en las cooperativas de transporte, que apenas alcanzan el 0,6% del total de pasajeros, o del 11,2% en el transporte marítimo, más bajo aún con el 0,2% del total de pasajeros, y un aumento del 5,6% en los taxis estatales (que suponen el 3,4% del total) y del 3,9% en los ómnibus de uso público (el 43,9% del total) que registran el menor crecimiento de estas modalidades.
Estos datos confirman que los cubanos se desplazan por el país en medios no convencionales, el 45,8% del total y en ómnibus de uso público, el 43,9% del total. Ambos medios concentran el 89,7% de los desplazamientos. Sin embargo, la diferencia es significativa. Los transportes por medios no convencionales aumentan un 20,3% respecto del año anterior, mientras que el transporte en los ómnibus, bajo control estatal, crece solo un 3,9%. Diferencias que presentan muchos aspectos que merecen ser destacados en términos de precio, calidad, servicio y variedad de la oferta.
Los denominados “medios alternativos” (no olvidemos, coches de tracción animal, bicitaxis, camiones y autos privados) que registran un crecimiento del 21,4% con respecto al año anterior, se sitúan a la cabeza de todas las modalidades de transporte y son, desde hace años, los que están dando respuesta a las necesidades de desplazamiento de todos los cubanos. Actualmente representan el 42,2% del total de pasajeros, con un crecimiento, de año en año, muy destacado. Por citar un ejemplo, el crecimiento acumulado entre 2011 y 2017 del transporte de viajeros en medios alternativos ha sido del 48%, claramente por encima de la media. 
Por el contrario, el transporte en ómnibus de uso público que es la segunda categoría en importancia, aumenta un 3,9%. Entre 2011 y 2017 el crecimiento acumulado ha sido de un 34%, 14 puntos porcentuales menos que el transporte en los medios alternativos. El ómnibus, controlado y de propiedad estatal, se va quedando atrás en las preferencias de los cubanos. Algo habrá que hacer.
Estos datos ofrecidos por ONEI permiten aproximarse a los resultados de la campaña turística en 2017. Así, por ejemplo, el transporte de viajeros en ómnibus de turismo descendió un 21,9%. Este dato, unido al descenso registrado también en el transporte aéreo de pasajeros, apunta en una dirección opuesta al optimismo de las autoridades con el resultado del turismo en 2017. Posiblemente habrá que revisar las cifras de turismo en algún momento.
En cuanto al transporte de mercancías, los datos son igualmente elocuentes. 
El total de carga transportada aumentó en 2017 un 4,7%, una cifra menor a la producida en el caso de los pasajeros, lo que indica, dada la estrecha relación de este indicador con la actividad económica general, que la economía no tuvo un ejercicio favorable en 2017. Una vez más, el ferrocarril, con un descenso del 11% en la carga transportada vuelve a mostrar el escaso interés que tiene para las autoridades, en cuanto a medio de bajo consumo y sostenible.
Por el contrario, las mercancías fueron transportada de forma mayoritaria por carretera, por medio de camiones. Un año más esta es la fórmula más utilizada en la economía a pesar de sus elevados costes y la dependencia que tiene del petróleo y sus derivados. El transporte de carga por camión aumentó un 5,7% hasta alcanzar el 79,3% de la carga total transportada durante el ejercicio. También el transporte marítimo aumentó un 19,3% pero solo representó el 7,7% del total de mercancías.
Estos datos no solo muestran el atraso del sector, sino la ausencia de una política sostenible que fomente los medios que menos despilfarran y que podrían contribuir a mayor seguridad en los desplazamientos. La necesidad de una nueva estrategia y de políticas privadas es urgente.


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