Notas básicas sobre la liquidación del presupuesto en Cuba ( y 2)

Elías Amor Bravo, economista
Como se apuntó en un trabajo anterior, la distribución de los gastos del presupuesto en Cuba sigue los mismos patrones históricos, y el gasto corriente adelanta de forma destacada al que se dirige a inversiones en infraestructuras de las que tan necesitadas está el país. Otro año más, la participación de la formación bruta de capital en el PIB de Cuba se habrá situado entre las más bajas del mundo y no parece que las autoridades quieran esforzarse en corregir esta situación.
A la salud pública y la asistencia social se asignó una cifra superior a los 10.700 millones de CUP para cubrir, entre otras actividades, 251 millones de consultas médicas y estomatológicas; la mortalidad infantil alcanzó su más baja tasa en la historia, con 4,0 por mil nacidos vivos. Se dispuso de los "recursos necesarios para la higiene y eliminación de vectores, dados los eventos epidemiológicos presentados". Datos que nunca se sabe si se corresponden con la realidad porque en un país con 11 millones de habitantes, 251 millones de consultas indica una media de 23 consultas por habitante y año. Un despropósito. O los cubanos están francamente mal de salud, o el uso que se hace de su sistema sanitario está fuera de control.
En el mismo acápite, las casas de abuelos, los hogares de impedidos, de ancianos y maternos, garantizaron la asistencia a 185 mil personas. Esta es una cifra que irá en continuo aumento porque el envejecimiento golpea con intensidad a Cuba. Por ese motivo, no me extraña que ya no puedan satisfacer toda la demanda, situación que está recibiendo máxima prioridad. El gobierno quiere responsabilizar más a las familias, pero no sabe cómo hacerlo. Mal asunto, que recaerá sobre el presupuesto de forma continua en los próximos años.
El otro logro de la revolución, la educación recibió 8.178 millones de CUP; en la educación preescolar, primaria, especial, preuniversitaria, técnica y profesional y de formación de personal pedagógico, para un total de 1.740.000 estudiantes, en más de 10.000 escuelas. Magnitudes que evidencian que la exclusividad del estado en la prestación de este servicio no está justificada, porque su coste desborda cualquier estimación razonada. El 10% del PIB de la economía se destina a educación financiada por el estado. Sacrificios de esta dimensión rayan en la irresponsabilidad fiscal.
El balance de la información ofrecida por la ministra continúa: las ofertas culturales alcanzaron más de 9.000.000 de actividades, ¿? destaca el crecimiento de las distintas manifestaciones artístico-culturales. La televisión trasmitió 67.600 horas y la radio 530.000. Las actividades deportivas fueron respaldadas por el presupuesto en la celebración de competencias nacionales e internacionales, maratones deportivos, juegos escolares y otras actividades para el disfrute y la recreación sana de la población. Una participación de la oferta privada en estas actividades podría reducir la dependencia del presupuesto del estado y permitir su asignación a otras áreas.
El gasto destinado a la seguridad social alcanzó el importe de 5.900 millones de CUP, para atender a 1.670.000 pensionados y las prestaciones por maternidad. Una pensión media mensual de 147 CUP, poco más de 6 dólares al mes. En este caso, el 14 % de los gastos fueron financiados por el Presupuesto del Estado, al resultar insuficiente el aporte por la Contribución a la Seguridad Social. El problema con la seguridad social es que, dado el envejecimiento que experimenta la sociedad cubana, su presupuesto tendrá que aumentar en los próximos años y hacer frente al bajo nivel medio de las pensiones.
Cantidades inferiores se destinaron a lo que denominan “programa humanista” el subsidio a personas de bajos ingresos para ejecutar acciones constructivas en sus viviendas, al que se asignó una cifra superior a los 1.000 millones de CUP, beneficiando a más de 21 mil personas. Ya me dirá alguien qué se puede hacer con alrededor de 2.000 euros de ayuda media.
Otra partida importante del gasto corriente del presupuesto fueron los más de 14.000 millones de CUP destinados a empresas que exportan o sustituyen importaciones. Una cantidad superior a la destinada a los "logros de la revolución". Las empresas estatales necesitan subsidios para evitar el cierre. Son improductivas, y ello queda reflejado con los datos de la liquidación del presupuesto. En este caso, los subsidios se destinan a estimular la producción de arroz, frijol, maíz, carne de cerdo, leche y azúcar, a fin de ahorrar divisas al país al tiempo que los productores perciben precios “justos”. Una vez más, el presupuesto para distorsionar la realidad de la economía. La experiencia de esta gestión es que ni lo uno ni lo otro. Las producciones son insuficientes para el mercado interno y la presión de la demanda dispara los precios lo que obliga a posteriori al gobierno a “topar precios”. El diseño del sistema es deficiente en su totalidad, y debería ser eliminado cuanto antes.
Toda ayuda a los sectores productivos, es pan para hoy y hambre para mañana. Por ejemplo, al sector agropecuario se otorgan beneficios fiscales financiando el 50% de las pólizas de seguro para proteger las afectaciones a los cultivos y las tasas de interés de los créditos otorgados, así como las pérdidas ocasionadas por la sequía, superiores a las amparadas por el seguro, lo que ascendió a 159 millones de pesos. Este tipo de ayudas no solo falsea las condiciones de la producción, sino que impide que las decisiones de los agentes económicos se orienten por criterios de precio y demanda que son los únicos que garantizan el logro de la eficiencia. A pesar de estas prácticas, 83 empresas cerraron el año con pérdidas no planificadas, con un resultado negativo de 1.167 millones de CUP, que deben salir de las arcas públicas y que, alternativamente, podrían destinarse a otros fines más rentables.
Finalmente, en materia de inversiones, tan solo se habló de las inversiones para el sector hidráulico por algo más de 447 millones de CUP para la ejecución de conductoras, alcantarillados, drenajes y otros, que beneficiaron a más de 1.700.000 personas. Una población escasa. El programa de trasvases se gestionó al 90% como consecuencia del incumplimiento de las importaciones de equipos. Además, se destinaron a obras del transporte 208 millones de CUP, que incluye 90 millones para resarcir las afectaciones por eventos climatológicos en viales. Tan solo unos 1.000 millones de CUP en inversiones.
Junto a ello, la Contribución Territorial para el Desarrollo Local ha constituido fuente de recursos adicionales a disposición de los municipios por importe de 525 millones de CUP, destinados fundamentalmente a acciones en beneficio de las comunidades, como: rehabilitaciones hidráulicas, instalaciones sociales y empresariales, reanimación de Consejos Populares, entre otros.
El resultado es que el nivel de inversiones del presupuesto es mínimo, a pesar de las necesidades de infraestructura de la economía. Otro año más perdido para impulsar los cambios que realmente necesita el país.

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