La llegada de internet a los hogares de los cubanos y las "mulas tecnológicas"

Elías Amor Bravo, economista

Dentro de aproximadamente dos meses, los cubanos podrán disfrutar de internet desde sus casas por primera vez en la historia. Hasta ahora, lo tenían prohibido. Debían utilizar los ordenadores en los trabajos, en su caso, o  situarse en las zonas wifi de los parques públicos para conectarse a la red. En poco tiempo, lo podrán hacer desde las casas. Ello es debido a la entrada en vigor de dos resoluciones del ministerio de comunicaciones, publicadas en la Gaceta oficial extraordinaria, relativas al espectro radioeléctrico. Granma se hace eco de la información. También Cubadebate. Es la noticia del día. Este espectro radioeléctrico es, para las autoridades comunistas, “un recurso limitado, inalienable, imprescriptible e inembargable, cuya propiedad exclusiva es ejercida por el Estado Cubano”. Más para el estado.

Por primera vez en la historia, los cubanos, como personas naturales, podrán tener acceso a redes privadas de datos y el empleo de sistemas inalámbricos de alta velocidad en las bandas de frecuencias de 2.4 GHz y 5 GHz y además hacerlo sin necesidad de autorización. Solo se les exige que no tengan afán de lucro y que cumplan con no exceder de 100 mW de potencia radiada efectiva.

Un avance destacado para Cuba, sin duda. Un país en el que nada se hace sin autorización, y donde el retraso en la informatización era perceptible sin necesidad de escarbar mucho. En el resto de países del mundo, donde nadie tiene que autorizar nada estamos cerca de tecnologías mucho más avanzadas, a las puertas del 5G, y llevamos más de 20 años disfrutando de la conexión a internet. Pero ya se sabe que en Cuba, nada es igual por mucho que se intente la comparación.

La llegada de internet a los hogares en Cuba debería servir para incrementar el nivel de informatización de la sociedad y desarrollar un gran mercado tecnológico. Si esto se consiguiera, valdría la pena. Me temo que no van por ahí los tiros. Sin embargo, el resto de objetivos que plantea el régimen y que reseña Granma, como “la soberanía del país, evitar interferencias en el espectro radioeléctrico y a la prevención de efectos nocivos de radiaciones no ionizantes”, ya veremos. En el momento en que Cuba acceda a la sociedad digital global, todo este tipo de planteamientos comunistas trasnochados, se vendrán abajo. Sobre todo en un país en que la aspiración de los jóvenes es salir al exterior y vivir en otro sitio. Las nuevas tecnologías aumentarán los canales de comunicación entre los cubanos y el resto del mundo, y para muchos, la enorme brecha que existe actualmente quedará completamente al descubierto. Ya veremos en qué acaba todo.

Las redes privadas deberán conectarse obligatoriamente con el monopolio de Etecsa, operador del estado que proporcionará suculentos ingresos a las arcas públicas a través de los costes del servicio que se establezcan. Además, se habilita el establecimiento, por medio de licencia de operación, de antenas en exteriores por personas naturales y sus redes privadas para enlazarse con las redes públicas. Las autorizaciones son para cualquier cosa. Por ejemplo, el uso de la antena exterior exige autorización por valor de 10 pesos CUP con vigencia de cinco años, mientras que la licencia de red será por dos años. También exige autorización la licencia de operación de redes privadas de datos, alámbricas y/o inalámbricas, para personas naturales en exteriores al domicilio que pueden conectarse entre sí a través de la red pública Etecsa, y ello sin atravesar la vía pública. De hecho para llegar a personas que pertenezcan a la red privada en otra manzana puede hacer uso de la conexión inalámbrica con antena exterior siempre que no exceda su potencia radiada efectiva de los 100 mW.

Eso si. Para poder tramitar la licencia de redes privadas inalámbricas con antena exterior, las personas naturales deberán ser propietarias del inmueble, que suelen ser del estado. Cuando se trate de trabajadores por cuenta propia, para instalar redes en los locales donde ejercen las actividades aprobadas, deberán contar con autorización previa del arrendador, propietario o usufructuario del inmueble, generalmente el estado otra vez. Tanta presencia del estado ya se sabe. O te portas bien, u olvídate del internet.

Lo más interesante de todo es cómo han dejado de lado la creación de un mercado nacional para el desarrollo de la informática doméstica y las tecnologías. De hecho, las normas indican que aquellos que deseen importar al país un equipo de red deberán contar con la autorización previa del Ministerio, para lo cual tendrán que formular una solicitud de Autorización Técnica en el portal web del Mincom, correo electrónico o personalmente en las direcciones territoriales de la unidad presupuestada técnica de control del espectro radioeléctrico, en un periodo de 30 días hábiles.

Es como si el régimen asumiera que no desea crear un mercado nacional para estos equipos de red, y que la única posibilidad es traerlos de fuera. Se insiste que las personas naturales podrán importar los equipos de tecnología inalámbrica que no tengan carácter comercial siempre que la potencia no supere 100 mW o ajustable. Solicitud que se puede realizar antes de la entrada al país o posteriormente, si el equipo es retenido por la autoridad aduanera. Igualmente, este procedimiento permite que un residente extranjero pueda hacer la importación del equipo.

Como siempre, los comunistas castristas construyen un castillo de naipes que ya se verá si no cae antes de lo que esperan. Varias cuestiones se tienen que resolver antes. Con un salario medio de 767 CUP ¿qué familia está en condiciones de instalar una red de internet en casa, alámbrica o inalámbrica, con equipo informático o con teléfono? ¿De dónde se espera que salga el dinero para hacer frente a los pagos que tienen estos servicios, por muy bajos que se establezcan por el monopolio de Etecsa? ¿Acaso de préstamos de los bancos? Lo dudo ¿Cómo se puede esperar el desarrollo de este tipo de instalaciones domésticas de internet cuando la principal preocupación son el pan, los huevos o la carne, que alcanzan precios imposibles y desaparecen de los mercados?

Y yendo más lejos aún, ¿existen empresas especializadas, trabajadores por cuenta propia, especializados en la comercialización/instalación de estos equipos y/ o servicios? ¿Lo va a hacer el estado? Me temo que no. De hecho, la preferencia que el régimen otorga a la “importación” y las facilidades que conceden a la tecnología procedente del exterior, dice realmente muy poco de la ambición del régimen castrista para crear un mercado nacional tecnológico. Parece que ha decidido financiar la informatización de los hogares en Cuba con el acceso a las remesas de la diáspora y los equipos procedentes del exterior. En vez de apostar por un mercado nacional para el desarrollo de la informatización de los hogares y empresas cubanas, el régimen está pensando en "mulas tecnológicas". Así cualquiera.

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