Los "lineamientos" no sirven para estimular el sector construcción
Elías Amor Bravo, economista
La Oficina Nacional de Estadística de
Cuba, ONE acaba de publicar las cifras relativas al sector de la
construcción durante 2014. Unos resultados que se pueden calificar
de deprimentes, y que ponen de manifiesto, como viene ocurriendo
desde años anteriores, que las reformas introducidas en los llamados
“Lineamientos” no están bien ajustadas a las necesidades de un
sector clave para el desarrollo, el crecimiento del empleo y del
nivel de renta.
Uno de los rasgos estructurales de la economia castrista explicados por su bloqueo interno, es el bajo porcentaje que registra la formación bruta de capital en el PIB. Uno de los más bajos del mundo. Este resultado lastra las posibilidades de crecimiento potencial a medio y largo plazo de la economía y es resultado del sistema jurídico de derechos de propiedad, las prohibiciones a la actividad económica privada y el diseño presupuestario centrado en gastos corrientes para atender los llamados "logros de la revolución". Un gasto corriente que impide consolidar las infraestructuras básicas que necesita el país, cuyo origen se encuentra, como en todas las economías, en un potente sector de la construcción dominado por empresas privadas competitivas y eficientes.
En términos agregados, el valor de la actividad de la
construcción en la economía castrista, según la ONE, alcanzó un importe de 4.067
millones de pesos con un crecimiento del 5,3% respecto del año
anterior. Este resultado, se puede descomponer entre la construcción
y montaje destinado a inversiones, y el valor del mantenimiento
realizado. Al establecer esta distinción, se observa que el primero,
por un importe de 2.802 millones de pesos, experimenta un descenso
del 1,8% respecto a 2014, en tanto que el segundo que alcanza un
valor de 1.285 millones de pesos, crece un 25,4% en relación al
mismo año. Este desigual comportamiento de los dos agregados del
sector de la construcción viene explicado básicamente por el
distinto comportamiento de los precios ya que, como se podrá
observar, no parece que la dinámica obedezca a la producción
física, en claro descenso. Además, cuando se analiza la evolución
del valor de la construcción por sectores económicos, se observa
precisamente que son los más abiertos a la competencia y la
libertad, como “servicios empresariales” el que muestra una
dinámica más expansiva alimentando la mayor parte del crecimiento,
en tanto que las actividades clave de la economía como el sector
azucarero, la industria manufacturera o los transportes, registran
descensos muy significativos.
Los indicadores básicos dejan entrever
que la construcción física de viviendas ha vuelto a caer en 2014,
en concreto un 2,3%, porcentaje que sitúa el número total de las
mismas en 25.037, lejos de las 32.540 construidas en 2011. Si se
realiza la comparación con este año, el descenso es aún mayor, un
30%. La distancia con las 81.990 del bienio, no tan lejano, 2006-07,
es incluso mayor. Las reformas de los “Lineamientos” no están
dando los resultados previstos en este sector de actividad crucial
para el país. Además, se observa una vez más que las viviendas
construidas bajo la modalidad denominada “esfuerzo propio” son
las que en 2014 presentan un comportamiento más dinámico, con un
crecimiento del 3,9% hasta alcanzar 12.699, mientras que las que se
construyen por el sector estatal descienden un 8% respecto al año
anterior y se sitúan en 12.339, claramente por debajo de las
primeras, invirtiendo una tendencia histórica. Es evidente que la
fórmula de “esfuerzo propio” pese a su mayor dinamismo, no es la
más adecuada para dinamizar el sector, sino que se debería apostar
claramente por las empresas privadas como agentes del cambio.
Desde el punto de vista territorial, La
Habana concentra con un 16% la mayor parte de las viviendas
construidas, 4.090, registrando un descenso del 0,5% respecto del año
anterior; le sigue Santiago de Cuba, con un 14% del total, y 3.583
viviendas. Aquí se produce un 20% más que el año 2014. En tercer
lugar, Holguín, representa un 11% del total, con 2.939 y, en este
caso, otra vez se experimenta un fuerte descenso del 11% en relación
a 2014. A más distancia, Pinar del Rio, Camagüey y Granma conforman
un grupo de tres provincias con un total de 4.124 viviendas, que
registran igualmente un descenso del 4,7% con respecto al año
anterior. En general, la dinámica que se observa en la mayoría de
territorios es a la baja, en línea con los resultados generales
antes expuestos.
El balance negativo de la construcción
de viviendas coincide con los pésimos resultados de la producción
industrial de insumos básicos para el sector. De los nueve productos
seleccionados, solo uno, el hormigón premezclado, experimenta un
aumento del 4,9% con respecto al año anterior. Del resto, los
resultados son ciertamente negativos registrándose descensos muy notables. La producción de tejas
acanaladas de asbesto cemento disminuye un 59,2%, la de techos
metálicos un porcentaje similar del 52,9%, la de arena calcárea un 36%, la de piedra
triturada un 33,4% y los prefabricados de hormigón un 10,1%. Los
resultados de la producción de barras de acero, cemento y bloques de
hormigón, experimentan descensos significativos de un 5% de media.
Datos que ponen de manifiesto la parálisis del sector industrial de
fabricación de insumos para la construcción incapaz de atender las
necesidades del sector al que pretende servir. Cuesta creer que este balance tenga como referencia las obras del puerto del Mariel, que se han ido realizando durante el último año.
En cualquier caso, los datos oficiales están ahí, y es evidente que, desde la perspectiva de la actividad constructora, la economía castrista no ha recibido los estímulos necesarios para crecer, tan solo los precios, ante un mercado de oferta que se reduce por la menor producción. Algo no funciona. Desde luego, los "lineamientos" son una buena referencia. El modelo económico de la revolución, otra.
Comentarios
Publicar un comentario