Los obstáculos a la inversión extranjera en la economía castrista
Elías Amor Bravo, economista
Flaco favor le ha hecho la responsable
de CEPAL, Alicia Bárcena, a Raúl Castro elogiando su política de
atracción de inversiones extranjeras. Por lo pronto, sus
declaraciones durante una visita a La Habana para participar en el I Seminario Internacional
Oportunidades y desafíos para el desarrollo de América Latina y
Cuba, celebrado en el hotel Meliá Cohiba de La Habana, han despertado un
interés mediático que posiblemente termine ejerciendo un efecto negativo sobre las
aspiraciones del régimen. Me explico.
Parece ser que la señora Bárcena
considera que es acertado que el régimen castrista haya seleccionado
“los rubros importantes para el país” a la hora de autorizar la
apertura a la inversión extranjera. ¿Acaso eso no es empezar la
casa por el tejado? ¿Por qué no se informa más la dirigente de
CEPAL y observa que esos rubros son estratégicos para el régimen pero muy poco para el pueblo cubano? Es más, ¿qué tipo de relación guardan con el resto de la economía esos rubros?, acaso realmente ¿tienen algún impacto sobre el empleo y pueden servir para
mejorar las condiciones de vida de los cubanos, en general? La
respuesta a estas preguntas tal vez exigiría un análisis más
sosegado.
Precisamente, que el régimen haya
formulado su principal apuesta con la Zona Especial de Desarrollo
Mariel es un ejemplo de lo poco que le interesa que las inversiones
extranjeras lleguen a toda la Isla, beneficiando al empleo y las
condiciones de vida de los cubanos. Al cerrar el espacio inversor extranjero a
la ZED, el régimen apuesta por el control máximo del capital foráneo, lo que previsiblemente tiene poco que ver con lo que
señala la representante del CEPAL.
Otro aspecto que merece atención es la
recomendación al régimen de que tenga en cuenta “la salud de la
economía en la zona de las Antillas y Centroamérica”.
Incomprensible. Si se presta atención a los vínculos históricos de la economía
cubana con la zona geográfica en que se encuentra, se puede
comprobar que son muy escasos. Nunca en la historia, ni siquiera en
la época colonial, tuvo Cuba en esa zona a sus competidores en
cuanto a la atracción de capitales extranjeros, tal y comose explicó durante las sesiones del Seminario Internacional
Oportunidades celebrado en el hotel Meliá Cohiba de La Habana.
No existen evidencias de la competencia
de Cuba con los países del Caribe. Y en general, cada vez que ha
existido una coyuntura económica favorable en la zona, la economía
castrista ha desaprovechado los estímulos externos, incapaz de
generar recursos con su comercio exterior, dada la estructura
obsoleta e improductiva de su tejido empresarial, dominado por un
ejército de empresas estatales, poco interesadas en “turismo
náutico o transporte marítimo, que son rubros susceptibles de
explotarse dadas las condiciones naturales de la región”.
Cuanto mayor sea el número de
inversores en la Zona Especial de Desarrollo Mariel mayor será la
recaudación del régimen procedente del capital extranjero, y menor
será el aprovechamiento para todos los cubanos de los efectos
positivos de estos procesos. Si en vez de querer concentrar
inversiones en la zona del puerto, se autorizase el establecimiento
libre en todos los sectores del país, y con los cubanos que sean
dueños de sus negocios, los resultados que cabría esperar del
capital foráneo serían mucho más positivos, y sus efectos
multiplicadores muy benéficos para el conjunto de la economía.
En numerosas ocasiones, he señalado
que el inversor extranjero toma en cuenta una serie de indicadores a
la hora de apostar por un determinado país. Algunos de esos
indicadores ni siquiera fueron mencionados por la señora Bárcena en
su visita a La Habana. Tal vez los olvidó, pero vale la pena
recordarlos nuevamente: estabilidad institucional, seguridad
jurídica, disponibilidad y costes de la energía, incentivos
fiscales sostenibles, capacidad adquisitiva de la población,
recursos humanos cualificados.
Si se atiende a esta somera relación,
Cuba cotiza alto en uno solo de ellos, desde el punto de vista
internacional. En los otros, mucho me temo que la experiencia de los
últimos 55 años deja fuera a la mayoría. ¿Quién se puede atrever
a arriesgar su capital en esas condiciones? Muy poco se habló de
ello durante el Seminario del Meliá Cohiba, pero es que de eso es de
lo único que hay que hablar. En La Habana, esos temas, molestan.
"estabilidad institucional, seguridad jurídica, disponibilidad y costes de la energía, incentivos fiscales sostenibles, capacidad adquisitiva de la población, recursos humanos cualificados."
ResponderEliminarMe asombra que usted opine que los antes nombrados indicadores no existan en Cuba, es obvio que justamente porque existen la inversion extranjera considera a Cuba atractiva para las inversiones.
No lo digo yo. La mayoría de informes de prospectiva y análisis de mercados internacionales, apuntan a bajos niveles para la economía castrista en esos indicadores. Me reafirmo en esta consideración. Mientras no se liberalicen la economía y el sistema político e institucional, Cuba no será atractiva para el capital extranjero modernizador y con capacidad para transformar su base económica.
EliminarVeo algunas contradicciones en sus puntos de vista, en primer lugar si las fuentes que usted cita elaboran informes de prospectiva sin tener en cuenta los informes de la CEPAL pues creo que los análisis careceran de objetividad ,ya que la CEPAL y sus informes son parte orgánica de cualquier análisis serio en materia económica y social .
ResponderEliminarLa liberación de la economía ,el sistema político e institucional no es un requisito para la inversión extranjera , sino nadie invertiría en China o Vietnam.
Cuba es atractiva para invertir sino como explicar las grandes inversiones que países como Brasil y Argentina hacen en Cuba ? O porque grandes empresas como Pfeizer y otras estén en Cuba firmando convenios ? Además la comunidad Europea y los BRICS están pidiendo el ultimo para invertir (y creo ellos si hacen análisis de prospectiva) . Y sabe porque? Porque Cuba ofrece y tiene estabilidad institucional
,seguridad ( la taza de criminalidad más baja de América latina) ,la población con mayor preparación escolar y académica de América latina , incentivos fiscales ,etc. Tienen toda la razón sus fuentes cuando alegan la falta de poder adquisitivo de la población cubana, pero esto no tiene importancia ya que los acuerdos comerciales no buscan generar ganancias en base del consumo de la población cubana sino mediante los contratos a nivel estatal.
Los problemas o trabas que puedan surgir entorno al factor riesgo en lo que respecta a inversiones en Cuba, son riesgos que corren todos los inversionistas en América latina .
No toda la inversión extranjera sigue esas pautas. Por desgracia, en muchos países es así, pero para eso existen políticas activas que van dirigidas a estimular que la inversión foránea no utilice la economía nacional como rampa internacional, sino que fomente el crecimiento económico interno, el empleo y el nivel de vida de la población. Por ejemplo, en China o Vietnam se apostó por ese modelo, pero hace años que recularon y están en otra línea. Lo siento pero no me gustaría ver a Cuba convertida en una maquila más, y ese es el camino elegido por el régimen con la ley de inversiones extranjeras.
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