Publicidad para atraer consumidores a la compra online: otro fracaso a la vista

Elías Amor Bravo economista

El régimen comunista cubano está empeñado en avanzar en la bancarización como sea. Y puestos a hacer cosas, se han metido a publicitarios, promoviendo una campaña en la que bancos estatales aumentan la bonificación para clientes que paguen bienes y servicios con tarjetas o pasarelas de pago hasta un 6%. Un claro incentivo que habrá que esperar a ver si tiene el resultado que se pretende, y que viene a confirmar que las autoridades están dispuestas a asumir costes para la implantación de la bancarización.

Lo cierto es que de este tipo de campañas publicitarias que lógicamente tienen un coste, nadie tendrá que dar cuenta del impacto en la cuenta de explotación, de modo que experimentar puede ser una oportunidad para ver si los cubanos entran en el uso del dinero de plástico, como quiere el régimen y dejan de usar el efectivo.

La bonificación de un 6% se queda pequeña, con la elevada inflación que existe actualmente en Cuba, pero tiene su envergadura cuantitativa y en algunos casos podría actuar como un mecanismo de atracción para la realización de los pagos electrónicos en los comercios.

La campaña publicitaria se dirige a las tres opciones que existen en la Isla: transfermóvil por la opción pago en línea a través del código QR, Enzona, por la opción escanear código QR y TPV o POS al pasar la tarjeta magnética.  Además, la bonificación de los bancos comerciales (Bandec, BPA y Metropolitano) beneficia a personas naturales que paguen electrónicamente sin distinción del tipo de propiedad del establecimiento o entidad que haga la venta.

¿Podrá dar resultado esta campaña? No es fácil predecir, pero hay que tener en cuenta que el éxito no va a depender solo del descuento o bonificación, sino de otras cosas que en la realidad actual de Cuba son esenciales para que esto funcione.

Y si cuando se va a realizar el pago electrónico se produce el temido y diario apagón.

Los partes diarios de la UNE siguen siendo calamitosos. Tan cerca como el lunes 14 se volvió a ver afectado el servicio por déficit de capacidad de generación a partir de las 19:45 horas aunque se informa que quedó restablecido a las 01:39 horas de este martes 15. 

Día si y al otro también, el sistema eléctrico se sigue viendo afectado por todo tipo de sucesos, unos previsibles, y otros menos, como la salida imprevista en el horario de la mañana de la unidad 5 de la CTE Nuevitas y la no recuperación de los niveles de combustible en los motores de la generación móvil de Melones y Regla así como la avería de la CTE Felton, la CTE Mariel y la CTE Renté, estas últimas en el eterno mantenimiento.

La UNE sigue cumpliendo a rajatabla la orden de Diaz Canel de informar sobre la disponibilidad del SEN todos los días y anticipar posibles faltas de servicio, y la gente empieza a estar harta porque la solución sigue sin llegar, incluso cuando todo el sistema con servicio.

Lo dicho, qué podría ocurrir si al realizar el pago electrónico se produce un apagón, ¿Cómo queda la bancarización en este momento y que pasa con la campaña publicitaria del 6%? Hay que pensar en todo para que cuando llegue la “afectación” por la diferencia entre la disponibilidad y demanda de SNE, el cliente que va a realizar el pago electrónico no se quede a medias. Es que esto ocurre y puede seguir ocurriendo.

Y si al realizar el pago electrónico se cae la red o empieza a funcionar con la habitual lentitud que exaspera a cualquiera.

La queja de los cubanos por el pésimo funcionamiento del servicio de ETECSA es providencial, y si los servicios básicos se ven afectados por los cortes y sistemas de control del régimen, las transacciones electrónicas, algo más sofisticadas, pueden acabar siendo un martirio de espera para el vendedor y comprador. Visto desde esta perspectiva, puede parecer que el incentivo del 6% es pequeño.

Y si al ir al comercio a comprar el producto, resulta que la última unidad ha sido vendida y no nos garantizan cuando llega la próxima, incluso en un establecimiento que venda en MLC, donde las carencias empiezan a ser angustiosas.

La falta de reposición en los anaqueles de los establecimientos estatales es un rasgo del comercio cubano que se ve agrandado por la escasez de divisas. Los productos que verdaderamente son necesarios, escasean. Y esta realidad objetiva puede ser un duro golpe para la bancarización que pretende el régimen.

De modo que en estos tres supuestos, y sus múltiples combinaciones, la compra electrónica por mucha bonificación que se conceda, no se podrá realizar y el consumidor, decepcionado, se verá obligado a posponer su decisión.

¿Qué creen ustedes que hará la siguiente ocasión que necesite ese producto?

Lo se siempre. Sacará dinero del cajero que encuentre surtido, y se irá al mercado informal donde le resultará más fácil realizar la transacción y volver a casa con lo que necesitaba.

No hace falta ser un estratega comercial y de marketing para entender estos procesos. El pago electrónico puede funcionar como incentivo, pero se deben dar otras condiciones simultáneas para que tenga lugar la operación deseada.

Y luego está el tiempo para el que se va a lanzar este incentivo. En principio apenas dos semanas, desde el 15 hasta el 30 de agosto. Totalmente insuficiente. Pero ¿Qué pretenden las autoridades? Tal vez que los cubanos conozcan estas acciones de forma inmediata y se dispongan a realizar las operaciones. 

Los que tienen medio de pago electrónico igual no necesitan comprar un producto o artículo, y esta campaña no les interesa. Los que no tienen medios de pago, dados los plazos y carencias (el dinero de plástico escasea porque se tiene que importar) igual no llegan a tiempo antes del día 30.

¿A quién quieren engañar los dirigentes comunistas con estas improvisaciones de mal gusto que golpean en la moral de un pueblo que lo único que desea es poder comer todos los días? Todo es muy simple y a la vez contradictorio. Los bancos, como agentes estatales que no tienen que responder de la cuenta de explotación, aumentan al 6% la bonificación para los clientes que paguen bienes y servicios mediante tarjetas o pasarelas de pago, pero ni estiman el coste que ello puede suponer para sus cuentas, y lo que es peor, si van a ganar clientes dispuestos a seguir con los pagos electrónicos. 

Es hacer por hacer, por cumplir con las órdenes de la jerarquía comunista y que en el régimen vean que se hacen las cosas que se mandan. Un ejercicio bochornoso que será un absoluto fracaso.

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