Señales de alarma del consejo de estado

Elías Amor Bravo economista

Que la economía cubana no va bien, es algo ampliamente conocido. Que los cubanos empiezan a mostrarse contrariados por la inercia del régimen, también. No solo huyendo por miles del país rumbo a la libertad, sino provocando protestas espontáneas en cualquier momento y lugar dentro de la Isla, que tienen mucho que ver con la pésima situación económica.

Estando así las cosas, la prensa estatal acaba de realizar un sorprendente anuncio que ha llamado la atención “el consejo de estado acaba de retrasar la realización del primer proceso de rendición de cuenta de los delegados del poder popular”. Resulta que una actuación que se debería realizar en estas fechas, se traslada, sin previo aviso y por sorpresa, al primer semestre del próximo año. Además, también se informa que los delegados, que no son otra cosa que los dirigentes comunistas locales, “cuya actividad laboral lo permita, se liberarán por lo que queda de 2023, para incrementar el vínculo con sus electores y su atención permanente”.

Varias consideraciones cabe realizar de este escueto anuncio.

Primero, que sea el mismo consejo de estado, la cúpula del régimen comunista, el que se ha tenido que descarar para tomar una decisión como ésta, deja entrever que las cosas no están tan claras como parece y que el río está más revuelto de lo que se dice. Sabido es que los dirigentes comunistas cubanos disponen de sofisticadas encuestas e instrumentos para medir y controlar el estado y evolución de  la opinión de los cubanos, y es posible que en estos informes se hayan encontrado señales que obligan a postergar ese proceso de rendición de cuenta, del que tanto hablaron. 

La decisión de la cúpula del régimen, interviniendo en el proceso, puede obedecer incluso a reclamaciones internas de los delegados locales, poco interesados en dar la cara en un momento especialmente complicado y por un escenario del que no se sienten responsables. Y en ello, llevan razón.

Segundo, lo que se retrasa, además, es la realización proceso de rendición de cuenta de los delegados a las asambleas municipales del Poder Popular a sus electores, en lo que habría sido su primera edición. Han tenido 64 años para hacerlo y justo ahora, cuando el consejo de estado lo había decidido, lo tienen que suspender y retrasarlo al primer semestre del próximo año, en lo que a todas luces parece un intento desesperado de ganar tiempo para algo que ya no tiene solución.

Tercero, la nota informativa que se ha publicado en la prensa estatal señala que el retraso del proceso de rendición de cuenta ha venido motivado “por la situación que atraviesa nuestro país, con la generación eléctrica, el uso de combustible y la afectación de servicios vitales para la población” factores que llevan presentes entre los cubanos desde la pandemia, pero que se acentuaron, sobre todo, tras la aplicación de la llamada “tarea ordenamiento” que vino a trastocar los débiles equilibrios de la economía. 

La historia desde entonces, es bien conocida por todos. Lo lamentable es que el régimen comunista piense que dentro de unos cuantos meses, los indicadores de generación eléctrica, combustible o servicios vitales vayan a experimentar alguna mejoría. Si es así, pecan de un optimismo inocente y absurdo, ya que no existe indicador alguno de la economía que apunte en esa dirección y hasta los “amigos” de CEPAL rebajaron la previsión de crecimiento del PIB en 2024 con respecto al desastre de este año 2023. 

La justificación del retraso del proceso de rendición de cuenta de los delegados locales, al primer semestre de 2024 tiene poco sentido desde esta perspectiva, y parece que las razones que han obligado al consejo de estado a ello, son de mayor calado y pueden responder a un estado de insatisfacción general de la población que muy bien podría estallar durante esos procesos de rendición de cuenta de los delegados locales. Incluso podría ocurrir que algunos de estos no quisieran participar en los procesos estando las cosas como están. Cuando el río suena, agua lleva.

Cuarto, la nota informa que “los presidentes de las asambleas del Poder Popular en cada municipio establecerán las coordinaciones necesarias con las entidades administrativas que correspondan para que, en lo que resta del presente año, los delegados del poder popular que iban a rendir cuentas, sean liberados de sus funciones laborales”, y además, “de conjunto con las organizaciones políticas, de masas y sociales, incrementen su vínculo y atención permanente con sus electores”. 

Es posible que a alguien se le olvidara hacer su trabajo, y ahora lo va a tener que realizar bajo la mirada atenta de la cúpula del poder. Los delegados locales están mucho más cerca de los problemas de la gente, y saben que el horno está caliente. Apartarse justo ahora de una de las pocas actividades que sirven al pueblo para dar traslado de sus quejas y necesidades, es un grave error que se acabará pagando en términos de rechazo y desapego.

Esta operación del consejo de estado, aplazando un proceso que ya estaba convocado, define las distancias que existen entre el régimen comunista cubano con las democracias liberales. Nunca se suspenden unas elecciones municipales por aspectos económicos. De hecho, la situación económica es un elemento determinante del voto libre en los países democráticos y los cambios al frente de los gobiernos municipales se producen cuando los electores castigan a los políticos que no logran condiciones económicas favorables. 

La democracia liberal depura a los malos gestores y premia a los buenos. En el régimen castrista, el máximo órgano de poder, protege a los suyos frente a las demandas de la población. O dicho de otro modo, los delegados locales no se hacen responsables de la pésima gestión de la cúpula del régimen encabezada por Díaz Canel y a decisión que toman entre todos, es aplazar el contacto con la población seis meses, a ver si escampa.

Lo más grave de todo es que la nota informativa señala que “los presidentes de las asambleas municipales adoptarán las medidas necesarias para mantener un control y análisis sistemáticos sobre la gestión de las administraciones locales, en medio de las actuales limitaciones de recursos, en la atención y solución a los planteamientos, quejas y peticiones de la población”.

Dicho en otras palabras, parece confirmado que la cúpula del régimen ha encendido las luces de alarma y pone en aviso a los poderes comunistas locales para que hagan todo lo necesario para que la situación no se les vaya de las manos. La cuestión es si no habrán llegado tarde, y si algo mucho más importante aún, no está ya en camino.


Comentarios

  1. Creo que el 2024 va a ser un año de mayor endeudamiento y agotamiento de las pocas reservas existentes y esta guerra de desgaste va a ser insostenible para el 2025

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