Del drama diario de los apagones a la innovación de los aniristas. Esto no hay quien lo entienda

Elías Amor Bravo economista

La Guiteras se ha incorporado al sistema eléctrico nacional tras superar los fallos que condicionaron su parada. Una noticia que, en cualquier país del mundo, sería intrascendente pero que en Cuba, en este verano agónico de 2022, en el que los alumbrones han pasado a ser el día a día de la difícil convivencia en la Isla, que una central termoeléctrica produzca electricidad es una gran noticia.

Y como el régimen comunista disfruta con la propaganda y la narrativa legendaria de los hechos que suceden en el país, la nota publicada en Granma no tiene desperdicio y dice algo así como que “al cabo de unos cuatro días de labor ininterrumpida, en los que se ejecutaron más de 200 acciones de mantenimiento, el mayor bloque unitario del país entró en línea pasadas las diez de la noche del sábado, y en la mañana del domingo ya sobrepasaba los 200 MW”. Que no engañen a nadie. Nada de gesta heroica. Se trata de una somera descripción de la operatoria habitual en estos casos, por cierto, no exclusiva de la Guiteras, ya que el resto de las centrales andan igual, o peor.

Granma añadió que “los operarios resolvieron la avería localizada en la caldera y el desperfecto del vacío en el condensador-turbina, y eliminaron las causas que ocasionaban el alto consumo de agua, origen del problema que obligó a detener la central”. Un ejemplo más de esa labor de seguimiento informativo del régimen para que los cubanos entiendan la versión oficial del origen de los apagones y los atribuyan a causas coyunturales o puntuales, que se resuelven de este modo, cuando realmente el sistema eléctrico nacional es víctima del modelo económico imperante y su destino se encuentra vinculado al mismo. Es decir, para volver a disfrutar de electricidad de calidad y forma continua, hay que implementar los cambios estructurales de los que el régimen no quiere ni hablar.

Y como el problema puntual de la Guiteras volverá, la nota de Granma dice que “para conseguir mayor confiabilidad, será necesario, en cuanto sea posible, realizar la debida limpieza de la caldera y eliminar todos los defectos que limitan su eficiencia”, entonces, ¿Qué es lo que han hecho?, y añade al respecto que “el lavado de la caldera requiere de una parada de aproximadamente diez días, para subir carga hasta los 280 MW y prolongar su permanencia en el sistema, sin salidas imprevista”. Parada a la vista de Guiteras y vuelta a los apagones.

La otra noticia que coincide en el tiempo con la anterior es que, por fin, Felton 1 genera de forma estable 230 MW al sistema eléctrico nacional, con el que fue sincronizada el jueves pasado por la tarde.

Insisto. Esta tensión informativa del régimen con centrales que se conectan y desconectan, que paran y arrancan, que funcionan y se colapsan, etc., es algo inédito en otros países del mundo, con nivel de desarrollo inferior al de Cuba, donde la electricidad no suele experimentar estos traumas continuos. Como si estuvieran trasmitiendo un partido de pelota de forma continuada, el régimen ha elegido esta estrategia de información puntual y efectista, en vez de explicar a los cubanos los problemas de fondo que paralizan el servicio eléctrico. 

A lo más que han llegado en esa referencia es a los efectos del bloqueo, pero nunca se habla del envejecimiento de las centrales, de su atrasada tecnología, de la ausencia de piezas y de componentes, de la ausencia de suministradores, de las tarifas que se cobran, de la rentabilidad, de la falta de combustible, y de un largo número de factores que hacen inviable el modelo eléctrico basado en el comunismo, ideología obsoleta que ha desaparecido de todos los países del mundo.

Que Felton 1 haya entrado en servicio, se presenta por Granma como otra gesta heroica, que requirió del “trabajo conjunto de especialistas de la Lidio Ramón Pérez y de la Empresa Mantenimiento a Centrales Eléctricas, apoyadas por la fuerza aérea revolucionaria y diversas entidades estatales, que contaron con el seguimiento constante de las máximas autoridades políticas y del gobierno del país”, si, han oído bien, hasta las fuerzas aéreas revolucionarias han participado en esta melé cuyos resultados son conocidos. Tras la visita de Díaz Canel y Raúl Castro entró en funcionamiento casi por arte de magia, si bien, a paso lento, como reconoce Granma, en un momento de agudización de la contingencia energética que padece la nación.

De modo que con la Guiteras y Felton 1 funcionando, en la realidad los cubanos observan que prosiguen los apagones, y muchos se preguntan para qué sirve toda esta desinformación de la prensa estatal, que lo único que produce es tensión, ansiedad y descentrar el foco de los verdaderos problemas que tiene la nación.

Y como no hay dos sin tres, la prensa señala en otra nota que “el sector electro energético es el que más innova en Cuba”, y van y se quedan tan tranquilos, justificado según dicen, por “el aporte de los aniristas en más de 300 propuestas, que solucionan problemas objetivos en la industria y los servicios, en el contexto actual, marcado por el recrudecimiento del bloqueo, con la persecución a las empresas extranjeras que comercializan con Cuba, la crisis económica internacional y la imposibilidad de adquirir piezas y otros insumos imprescindibles”.

La información, contenida en una nota en Granma, procede de declaraciones del presidente de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (aniristas). Según el presidente, “las soluciones a los problemas que se presentan en la industria, y la inmediatez para responder a imprevistos y crear alternativas para sostener el servicio, se deben, en gran medida, a la labor de los innovadores de esas áreas, que se saben responsables de la vitalidad del Sistema Eléctrico Nacional”.

Aquí cada uno se asegura los suyo como puede, o como le dejan, que en el caso cubano es todavía más difícil. Pero si de verdad el régimen quiere hacer creer que esa actividad de innovación es fundamental para el sector eléctrico, se equivoca completamente. Este es uno de los sectores de la economía en los que la tecnología cumple un papel fundamental para la mejora de los procesos productivos. Sin actualización tecnológica y las correspondientes inversiones, que deben llegar a la práctica de los aniristas, es imposible garantizar un funcionamiento estable y lo que es más importante, rentable y sostenible, de las estructuras del sistema. ¿Cómo si no van a llegar a Cuba las energías renovables si no existe tecnología y experiencia suficiente para su desarrollo?

La conclusión que cabe extraer de todo esto es que el régimen ha decidido jugar con el sistema eléctrico y convertir el drama diario de los apagones en algo habitual, a lo que hay que adaptarse porque no hay otro remedio. Falso. Hay alternativa. Los cubanos lo saben y deben luchar por ella. Desde luego con reparaciones de lo que se rompe no se puede ir muy lejos.

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