El fracaso de las inversiones extranjeras y las exportaciones en la industria cubana en 2023

Elías Amor Bravo economista

La prensa estatal comunista anuncia que este año varios renglones de la industria nacional se reactivarán. Siéntense y esperen. Una vez más, el estado comunista, dueño y señor de la economía cubana, proyecta la presunta mejoría del sector industria a partir de lo que dicen que ha sido, "la concreción y ejecución de proyectos con financiación extranjera y el aumento del plan de exportaciones". Bien, pero y si lo uno y lo otro, no ocurren ¿qué? ¿Hay plan B?

Se ha visto en 2022, un año dominado por limitaciones y carencias de recursos y materias primas. No lo digo yo, lo reconoce el Ministerio de Industrias de Cuba que debe saber o tener claro que sobre el papel se puede proyectar lo que se quiera, pero luego la dura realidad puede ser dolorosa. Confiar en los efectos positivos de la financiación exterior y el aumento de las exportaciones para que la industria cubana se reactive peca de inocencia, o lo que es peor, de irresponsabilidad.

Conocido es cómo funciona el proceso de la inversión extranjera en Cuba, sobre todo, cuando se tiene que instalar en la dinámica de una negociación burocrática, lenta, poco eficiente y con la que el estado quiere determinar la decisión del empresario internacional.

La nota de la prensa estatal informa que, en la industria ligera, al parecer "hay dos contratos de asociación económica internacional para la producción de pinturas y de calzado de protección (botas), respectivamente". Todo ello muy necesario y urgente, desde luego, renglones básicos para mejorar la vida de los cubanos. 

Del mismo modo, "en la industria metalmecánica, se trabaja en un contrato para la producción de remolques, semirremolques y aplicaciones para camiones, así como en una empresa mixta para la obtención de hierro, a partir del procesamiento de las colas negras viejas, de Moa". Una vez más, artículos esenciales para que los cubanos puedan comer todos los días y dejen atrás las penosas colas que obliga el régimen a realizar para comprar cualquier artículo.

Con las necesidades que tiene la economía cubana, la apuesta por los renglones anteriores con la inversión extranjera solo se puede calificar de majadería. Menos mal que también anda por ahí dando vueltas otro "contrato de asociación económica internacional para la administración productiva de fertilizantes, biofertilizantes y estimulantes, y una empresa mixta para la producción de sacos, jabas y cartuchos de papel son, en tanto, las propuestas de la industria química". Ambas cosas, de cuajar, al menos tienen algún sentido, pero si después se venden en MLC ya me dirán a quién beneficia la operación.

Al parecer todos estos proyectos se alcanzaron durante el road movie de Turquía, Rusia y China. De Turquía, hay una propuesta en fase de evaluación para la recuperación de la industria textil. El tema es que esta iniciativa aún está muy verde y, se encuentra a nivel de negociación diplomática, para que luego digan que nadie se enteraba de las deudas con CRF I. Al parecer, en la reunión celebrada en Estambul, se acordó la revisión para analizar el establecimiento de proyectos de inversión. Eso y nada, es lo mismo.

La nota de Granma informó que se continúa la ejecución del contrato de compra-venta internacional entre la empresa mixta Suchel Camacho y tfn ic ve dis Ticaret Anonim Sirketi para el suministro de artículos de perfumería y cosmética. Pero, nada se dice con relación a la situación en que se encuentra este contrato. Y ocurre otro tanto, si luego esos productos se venden en MLC.

También la prensa estatal ofrece información del proyecto Antillana de Acero, con financiación rusa, por un importe de 111,1 millones de dólares, (más de la deuda de CRF I) y que, tras varios años en ejecución, todavía no ha llegado al 100% y quedan flecos pendientes, precisamente los más problemáticos. Según se informa, la obra de la acería eléctrica ha exigido la realización de pruebas de puesta en marcha en vacío, estimándose la ejecución de las pruebas en caliente a finales de este mes. La nota señala que, una vez concluida la puesta en marcha de la acería, se precisará la fecha de la inauguración; mientras, en el laminador 250 se avanza todavía en la construcción civil. Vamos a ver qué acaban inaugurando al final.

Con respecto a la financiación de China para el proyecto de modernización tecnológica de la prensa cubana, por un importe de 82, 5 millones de dólares (más de la deuda de CRF I), se informó que la unidad empresarial de base Gráfica Habana está acabando los detalles de la construcción civil del área de impresión. Es decir, haciendo los planos y poco más. Esto está verde verde.

Por lo que respecta a los resultados de la Feria Internacional de La Habana, Fihav, en la cual varios grupos empresariales del Mindus lograron firmar cartas de intención, contratos, acuerdos y memorándos de entendimiento con entidades y corporaciones extranjeras, la prensa informó que algunos, actualmente, "se encuentran en diferentes fases, ya sea de evaluación, de intercambio de información o de ejecución". Es decir, el eterno batiburrillo de cifras que impide realizar un seguimiento y diagnóstico objetivo de la realidad del proceso inversor.

Y si de las inversiones extranjeras no cabe esperar grandes hitos en 2023, de las exportaciones, las autoridades del Mindus dieron a conocer que, para el aseguramiento del plan de 2023 de este renglón, se prevé un monto total de 103 millones de dólares, superior al del año precedente. ¿Aseguramiento del plan? Si, han oído bien. Los comunistas cubanos aseguran las exportaciones, ante un posible impago del cliente.

El aumento previsto del plan exportador está justificado por la puesta en marcha de la Acería eléctrica de Antillana de Acero, que se cree dará un gran impulso a las exportaciones de la industria sidero mecánica, afectada en los últimos años por la paralización de Antillana. Como si el mercado sidero mecánico mundial estuviera paralizado, esperando por Cuba y sin adaptarse a las innovaciones tecnológicas que lo sacuden periódicamente. Llegarán tarde y mal a la exportación.

El ministro de economía insistió en la necesidad y la urgencia de incrementar los ingresos por exportaciones, de concretar negocios y de avanzar más en la inversión extranjera, pero al mismo tiempo, no permite que las empresas libremente apuesten por sus relaciones. 

En Cuba, todo, absolutamente todo lo que tenga valor económico, tiene que pasar por el control del estado, por la supervisión, aprobación y ejecución del régimen, del sector estatal, en sus distintos ámbitos, lo que finalmente lleva a decisiones de partido, de partido único. Que nadie se crea los argumentos ofrecidos en el tribunal de Londres de que hubo funcionarios que actuaron sin consultar a sus superiores. Eso en Cuba es imposible. Y con este modelo que en 64 ha mostrado su absoluto fracaso quieren recibir más inversiones extranjeras y exportar más. Por eso anunciamos con tiempo que la apuesta no va a dar resultados positivos. El cuento ya lo conocemos bien. Van listos.

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