La CEPAL, Granma y la manipulación de la economía cubana

Elías Amor Bravo, economista
El periódico comunista Granma abre su edición de hoy dando información relativa a las previsiones de la CEPAL para América Latina y el Caribe contenidas en el “Balance preliminar” que acaba de publicar y dar a conocer, esta institución especializada en previsiones económicas.
Lo que es un ejercicio de pronóstico habitual en la economía, Granma lo convierte en el armaggedon, calificando la fase actual de la economía en América Latina, como “una desaceleración económica generalizada y sincronizada a nivel de países y de sectores, completando seis años consecutivos de bajo crecimiento”, citando palabras de la secretaria general de la CEPAL en la presentación del informe.
Si se quita la paja del grano y se soslayan estas referencias propagandistas y oportunistas del diario oficial del régimen de La Habana, lo que realmente dice de forma explícita el “Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2019” es que Cuba volverá a ser en 2019 y 2020 uno de los países de más bajo crecimiento económico de la región. En concreto, para 2020 no conviene hacerse muchas ilusiones, con un 0,5% registra un crecimiento inferior a la media de toda la región, estimado en un 1,3% pero muy inferior al de los países del Caribe, con un 5,6% y lejos de los registros de la vecina República Dominicana, con un 4,7%. Con ese 0,5% Cuba pasa a ocupar los puestos más bajos en compañía de Venezuela (-14%), Nicaragua (-1,4%) y ahora Argentina (-1,3%).  Igual Cuba tiene que elegir mejor a sus socios.
De todo esto, Granma no dice nada, y es lógico. Para Granma es alarmante que en materia de proyecciones de crecimiento, 23 de 33 países de América Latina y el Caribe (18 de 20 en América Latina) presenten una desaceleración de su crecimiento durante 2019, mientras que 14 naciones anotarán una expansión de un 1% o menos al finalizar el año. Pues bien, Cuba experimenta una desaceleración desde el 2,2% de 2018 (la cifra que fue revisada en su día, sin saber muy bien por qué) al 0,5% de 2019, y lo que es peor, en 2020 se estanca con otro 0,5%. 
Una de las caídas más intensas del conjunto de los países de la región. Nunca se sabe si realmente esto será lo que ocurrirá. Las informaciones procedentes de la isla no son buenas. Pero en Granma, y las autoridades del régimen, no van a empezar a tirar piedras a su propio tejado a estas alturas, es más fácil descalificar a los vecinos que asumir los graves problemas de la economía cubana, para los que el régimen castrista carece de soluciones prácticas y viables, por su empeño en mantener un sistema ideológico contrario a la razón humana.
Y si, es cierto que las previsiones de CEPAL no son halagüeñas para los países de América Latina, pero no conviene rajarse las vestiduras. Un crecimiento del 1,3% tal y como están las cosas actualmente en la economía mundial puede parecer positivo. Y dado el peso de economías como Brasil o Chile, que despegarán, es muy probable que las estimaciones se inviertan. No es fácil, en cambio, pensar en registros favorables en México o Argentina, donde los populismos abren escenarios de incertidumbre que afectarán negativamente a toda la región. Pero la visión catastrofista de Granma sinceramente no se aplica. Lo único que tienen que hacer es explicar por qué República Dominicana en el Caribe, tan cerca y tan lejos de Cuba, crece al 4,7% y Cuba lo hace solo al 0,5%. Alguien representante del régimen debería explicar esa diferencia a los cubanos.
Y tan solo una breve referencia a los periodistas de Granma que analizan los informes de CEPAL. Por favor, que expliquen a los cubanos que de un total de 31 cuadros estadísticos que se publican en el informe, con abundante información de todos los países de América Latina y Caribe, la economía cubana, solo está presente con datos (y la fiabilidad cuestionable) en 7 de ellos, si el resto es oscuridad informativa, falta de transparencia y vaya usted a saber qué. Hay hasta un cuadro el A1.9 que hace referencia a las "transferencias de recursos", que lejos de no publicar a Cuba en la relación de países, lo hace, pero deja con puntos el espacio que deben ocupar los datos. 
Este vacío informativo estadístico de Cuba en América Latina es responsabilidad de las autoridades, y por mucho que lo atribuyan al embargo de EEUU, no tiene que ver para nada con la necesidad de disponer de informaciones que permitan el contraste objetivo y la comparación entre países. Granma no denuncia esta situación, y es una lástima, porque se pierde el talante que el periodista debe tener para explicar y mostrar a sus lectores lo que no se puede justificar.
Es más, no deja de ser curioso que para concluir la nota, los redactores trasladen a la economía cubana el mismo diagnóstico que hace la CEPAL del conjunto de economías de América Latina y el Caribe. Esto es un trampantojo que igualmente hay que desvelar. Dice el informe, “a pesar de las dificultades y limitaciones que enfrentan actualmente los espacios de política, a diferencia de épocas anteriores la mayoría de los países de la región se encuentran hoy en situaciones de inflación en niveles históricamente bajos, reservas internacionales relativamente elevadas, en general las economías mantienen acceso a los mercados financieros internacionales, y las tasas de interés internacionales se encuentran en niveles reducidos. Estas condiciones favorecen la capacidad de implementar políticas macroeconómicas tendientes a revertir el actual escenario de bajo crecimiento”.
Pues bien, nada de eso es cierto en Cuba. Se desconoce la tasa real de inflación que existe en la isla, y los datos que se publican obligan a una reflexión, porque nada tiene que ver la evolución de los precios al consumo con el deflactor del PIB, que desde 2013 aumenta un 18%. Y qué decir de las reservas de la economía cubana, no hay argumento alguno que sostenga que son elevadas, más bien todo lo contrario, y en ausencia de datos, una vez más se tiene que especular. Tan solo sabemos que la deuda externa ya está por encima del 20% del PIB y en aumento. Además, es falso que Cuba tenga acceso a los mercados financieros internacionales, precisamente esta es una de las debilidades pasadas, presentes y futuras de la economía cubana que no ha sido capaz de sacar provecho de las generosas condonaciones de deudas del Club de París y compañía. Y finalmente, por no aburrir, la capacidad de las autoridades cubanas para implementar políticas económicas que estimulen el crecimiento ha quedado demostrada, es nula. La economía cubana está estancada y lo seguirá estando con el modelo económico y jurídico de la actual constitución, que es el mismo de los últimos 60 años. Otra política económica es posible.

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