¿Cambia el contencioso entre Cuba y Estados Unidos?
Elías Amor Bravo economista
Ayer, un portavoz del departamento de estado de Estados Unidos hizo unas declaraciones en las que se confirma la vuelta al principio en el asunto de las sanciones aplicadas a Cuba por el contencioso que existe entre los dos países.
En estos procesos de ida y vuelta, hay siempre alguien que sale ganando. Concretamente, quien se beneficia de todo a cambio de nada. El que se mantiene inmóvil en sus posiciones obtiene una ventaja que acaba reforzando su argumento. Quien cede, debe prestarse a volver a ceder, porque ya sabe cómo tiene que actuar.
Es lo que ocurre cuando se producen contenciosos entre dos países con un gran impacto a nivel internacional y que, por desgracia, no todo el mundo contempla de la misma forma. Ya se sabe el refrán de que nada es verdad o mentira, sino que depende del color del cristal con que se mira. El comunicado del departamento de estado se encuentra lleno de buenas intenciones, de eso no cabe la menor duda, y, puede incluso que logre algún resultado positivo. Ya se verá.
De hecho, se señala a modo de conclusión que “con estas acciones, damos apoyo a las aspiraciones de Libertad de los Cubanos y más oportunidades para que puedan desarrollar con éxito sus vidas en casa. Continuamos haciendo un llamado al gobierno cubano para que libere de forma inmediata a los presos políticos, respete las libertades fundamentales del pueblo de Cuba y permite que puedan determinar con libertad su propio futuro”.
Dicho lo anterior, se puede afirmar que el comunicado supone una cesión en toda regla frente a quien no renuncia a sus posiciones. Incluso, todavía en Granma, si se lee el largo y, aburrido discurso de Díaz Canel ayer mismo en la asamblea nacional, se pueden encontrar numerosas referencias al embargo o bloqueo como el origen de todos los males de la economía cubana. Llevan 60 años espiando al detalle todo lo que ocurre en el vecino del norte y, nunca han sido capaces de acertar cuando, como en este caso, Estados Unidos abre la mano. Curioso.
El comunicado del departamento de estado insistió en que la política de la Administración Biden hacia Cuba no varía, al menos en su orientación estratégica, es decir, continúa centrándose en el apoyo al pueblo cubano incluyendo los derechos humanos y su bienestar económico y político. Realmente, los cubanos nunca han sentido esa pérdida o un presunto abandono por parte de Estados Unidos, sino todo lo contrario. Y, es de agradecer dicho compromiso que se mantiene en el tiempo, contemplando el espectáculo lamentable de otras democracias que se someten a los designios inconfesables del régimen comunista.
Pero el comunicado incide en un error de forma que puede ser mucho más importante de lo que parece. Cuando se refiere al régimen político que rige los destinos de los cubanos, habla en todo momento de “gobierno cubano”, situando en pie de igualdad dicho sistema político con la Administración de los Estados Unidos. Quien redactó el comunicado no debe estar muy al día de lo que ocurre en la Isla.
Tal vez, “régimen” sea un término mucho más conveniente para hacer referencia a lo que existe en Cuba que “gobierno”. Hecha esta salvedad, el comunicado presenta las medidas “para continuar dando apoyo al pueblo de Cuba, ofreciendo instrumentos adicionales para conseguir una vida en libertad independiente de la opresión que ejerce el “gobierno” cubano y promover mayores oportunidades económicas”.
La letra parece correcta, pero la música desafina, porque en Cuba identificar espacios en los que no intervenga el régimen comunista, y la sociedad cubana pueda funcionar de forma independiente del poder político, puede ser una tarea muy complicada. Es lo que ocurre en las autocracias de partido único, donde las redes de influencia, control y represión social se encuentran tan relacionadas que hasta funcionan en el ámbito más técnico de las relaciones económicas. La telaraña castrista que atrapa a todos los cubanos, impidiéndoles ser libres, sigue ahí después de más de 60 años.
No obstante, algunas medidas anunciadas por el departamento de estado son positivas y merecen ser bien recibidas. Por ejemplo, el anuncio de que va a volver a comenzar el programa de Reunificación Familiar cubana es una buena noticia. El sueño de muchos cubanos durante seis décadas es volver a ver a los que no tuvieron otro remedio que dispersarse por el mundo. Las familias rotas, los amigos dispersos en centenares de países, la base de la sociedad rota es una lacra del régimen impuesto por Fidel Castro a los cubanos y todo aquello que sirva para superar ese drama social, sea bienvenido.
Es bueno apoyar la reunificación, como hace Estados Unidos, y ojalá otros países en los que se acumulan cubanos de la diáspora tomaran nota de ello. El comunicado también apunta a la promoción y mayor facilidad de las visitas familiares a Cuba como contrapartida. El problema es que, para muchos cubanos, ese retorno a la patria es muy complicado, y en ocasiones, imposible. No obstante, se recuperan los viajes de ciudadanos de Estados Unidos a la isla para que aumenten los contactos con el pueblo cubano, las reuniones y la realización de estudios de investigación. Teniendo en cuenta este nuevo escenario, cabe esperar en los próximos meses un crecimiento muy significativo de los viajeros que entren en la Isla procedentes de Estados Unidos, lo que se reflejará en las estadísticas de la ONEI.
Para lograr este objetivo, se aumentarán los servicios consulares y el procesamiento de visas, lo que supone una firme apuesta de la Administración de Estados Unidos por los canales regulares de migración, lo que debería acallar los portavoces en La Habana que se pasan el tiempo atacando al vecino del norte de provocar emigración irregular.
El departamento de estado anunció también la intención de animar “el crecimiento del sector privado en Cuba dando apoyo a un mayor acceso a servicios de internet en Estados Unidos, aplicaciones y plataformas de e-comercio”. Este tipo de iniciativas llega en buen momento, teniendo en cuenta el aumento del número de minipymes, que ya se acercan a 2.000, en el curso de un solo año.
Es bueno que Estados Unidos piense en cómo dar apoyo a estas empresas que luchan por abrir espacios ajenos a la opresión comunista, pero conviene tener en cuenta que ya se ha intentado antes este tipo de iniciativas (con los trabajadores por cuenta propia) y al final, como en otros tantos casos, la última palabra la tiene el régimen, siempre dispuesto a frenar la actividad económica de todo aquello que no esté bajo su control político. Sea bienvenido, por tanto, el apoyo de la Administración de Estados Unidos “a nuevas vías para los pagos electrónicos y para las actividades de las empresas de Estados Unidos con empresarios independientes cubanos, incluyendo aumento a las microfinanzas y el comercio”. Insisto, en este caso, la última palabra siempre la tendrá el régimen que, aun cuando se encuentre contra las cuerdas, atravesando momentos difíciles, no cede en su control.
Una parte muy importante de la nueva política de la Administración Biden a Cuba es “el apoyo a las familias y los emprendedores permitiendo el aumento de las remesas al pueblo cubano de tal forma que no supongan enriquecimiento para los abusadores de los derechos humanos”. Como siempre, una cuestión complicada si se tiene en cuenta que esos “abusadores” son los dueños del sistema financiero, los que lo controlan e interfieren sin límites en la entrada de divisas a la economía para apropiárselas a sus fines.
Más aun cuando se anuncia que “se levantará el límite de 1.000 dólares al trimestre para los envíos de remesas a los emprendedores cubanos, tanto con el objetivo de empoderar a las familias para que se den apoyo unos a otros, como para que los emprendedores puedan expansionar sus negocios”. El incremento en la llegada de remesas y viajeros a la Isla, junto a más mercancías (se acaba de aprobar la introducción de alimentos, aseo y medicamentos sin derechos de aduana hasta finales de año) va a suponer una bomba de oxígeno para el régimen. No dirán nada, pero lo van a celebrar durante mucho tiempo. La acumulación de todos estos elementos positivos puede suponer un estímulo importante para reactivar la economía cubana, en estos momentos en fase crítica.
No. No cambia el contencioso de Estados Unidos con Cuba porque las bases del mismo siguen inalterables. Sin libertades democráticas y económicas en Cuba, hay poco que hacer. Habrá que estar al tanto de la reacción de La Habana a las nuevas medidas anunciadas por el departamento de estado.
Es la practica constitudinaria del gob d USA hacia Cuba desde antes del 59....tejer en el anonimato la extraña politica q a la luz parece nociva al reg....pero q tras bastidores son sus complices...no .e sorprende...
ResponderEliminarLo que interesa a EEUU es evitar un conflicto interno en Cuba que llene sus costas y fronteras de cubanos, como ya está sucediendo sin que haya estallado ese conflicto violento. El anuncio de la Casa Blanca deja claro que las medidas se toman considerando intereses de seguridad nacional de EEUU. Lo que eso beneficie o empeore la situación del pueblo cubano, no es prioridad para la Casa Blanca. Una vez más EEUU cede ante el chantaje de la invasión migratoria. EEUU afloja la mano justo en el mismo momento en que el régimen comunista cubano la aprieta. Es una verguenza!.
ResponderEliminarMuy buen análisis de Elias Amor. Gracias 👏
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