¿Se respetan los derechos de los emprendedores privados en Cuba?

Elias Amor Bravo, economista

Conviene precisamente hoy, día de los derechos humanos, referirse a la participación de los emprendedores privados que forman parte del llamado sector no estatal en el Foro Empresarial Cuba 2020 que se está realizando en la isla bajo los auspicios del ministro Malmierca.

Y no viene mal, porque es un buen ejemplo de cómo maneja el régimen comunista sus intereses particulares, a la vez que mantiene bajo absoluto control a todos los que puedan plantear retos a su poder. Los derechos humanos de los emprendedores privados son pisoteados en Cuba. La libertad económica, una quimera. Su participación en este Foro es un buen ejemplo de ello.

Para empezar, los representantes del sector privado de la isla han sido elegidos previamente por funcionarios del Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, de Malmierca. Es evidente que a este evento no puede acudir libremente un emprendedor que lo desee, o lo considere necesario para mejorar su negocio, sino que deben pasar por los filtros burocráticos, lo que en Cuba significa pertenecer al régimen y portarse bien.

Y para colmo, esa participación se concreta en acabar formando parte de un panel para que realicen una exposición de sus experiencias con respecto a su reciente incorporación a la venta de productos y servicios en el mercado externo. Esa exposición previamente definida y acotada, se plasma en un conjunto de loas y alabanzas a la actuación del régimen. ¿Críticas?, ninguna.

Vivian Herrera, la directora general de Comercio Exterior del Mincex, ha sido la encargada de filtrar la participación de los emprendedores en este Foro, seleccionando  a varios representantes de cooperativas y trabajadores por cuenta propia que hasta la fecha han firmado unos 27 contratos para la venta en el exterior. La selección se ha realizado a partir de emprendedores que, desde el verano pasado, empezaron a realizar operaciones de compra y venta en el exterior bajo la supervisión directa de las agencias intermediarias creadas por el ministerio. Es decir, emprendedores dispuestos a aceptar la imposición que establece el régimen para poder tener negocios con el exterior.

Algunas de estas entidades privadas han conseguido realizar operaciones para ganar liquidez pese a la crisis económica global y el descenso de los ingresos de la isla. Y así, mientras que las  empresas estatales malviven y apenas consiguen remontar la actual situación económica, los emprendedores privados aportan aire fresco a la enrarecida economía cubana, a pesar del intervencionismo del régimen en este sector, que pasa no solo por intermediar en las operaciones comerciales, sino en fijar de forma concreta los bienes y servicios exportables, para que nadie rebase las líneas rojas.

Han dejado a los emprendedores privados para el último día, con el ánimo de que alguno de los asistentes a este Foro virtual, y que todavía mantengan algún interés en hacer negocios en Cuba, conozcan a sus homólogos, los “capitalistas” cubanos, con los que lo único que van a poder hacer, bajo autorización y control del régimen, es comprar y vender, ya que, por ejemplo, no les permitirán invertir en negocios conjuntos o lanzar “joint ventures” para aumentar la escala de operaciones.

En realidad Malmierca, tiene  mucho más interés en rentabilizar en los mercados internacionales la llamada “cartera de oportunidades” con sus 503 proyectos vinculados al turismo, el petróleo, la energía, los alimentos, la minería, entro otros sectores estratégicos. Por cierto, ninguno pertenecientes a los pequeños emprendedores privados cubanos.

Una cartera que languidece, y que este año con la pandemia por delante, se va a quedar muy por debajo de los objetivos que se plantea el régimen. Basta citar un ejemplo, mientras que Cuba anuncia 1.800 millones de dólares en el último año (casi todos de 2019) República Dominicana recibió más de 3.000 millones de inversiones extranjeras en el mismo período. Ah! Y sin necesidad de una cartera de oportunidades, ni de nada parecido.

Para los pequeños emprendedores, cooperativas, etc no existe cartera de oportunidades, ni apoyo o estímulo alguno para formalizar la atracción de capital extranjero. Tan solo se ofrece una lista previamente elaborada por los funcionarios ministeriales, de 800 “productos y servicios exportables”, entre los que destacan los tradicionales como los habanos, el café, el ron y otros más nuevos como la miel de abeja envasada, tratamientos cosméticos, así como frutas y vegetales y por supuesto, el carbón vegetal de marabú. Un mapa que no entiende que la realidad económica de un país es cambiante y que cualquier instantánea es solo eso, una imagen en un momento concreto que, al siguiente, puede cambiar.



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