La incertidumbre monetaria en una economía en crisis
Elías Amor Bravo economista
Si el régimen cubano tenía como objetivo, al aprobar la Resolución 176/2021 del Banco Central, que prohíbe realizar depósitos en dólares en los bancos a partir del 21 de junio, generar incertidumbre entre los cubanos, lo cierto es que lo ha conseguido. Y con creces.
Los medios acreditados en la Isla nos han presentado las imágenes de largas colas de ciudadanos en los bancos para depositar dólares lo antes posible y cubrir sus necesidades de pagos en esta moneda, sobre todo en la red de tiendas en MLC, donde su atienden las necesidades de alimento y aseo que no se ofertan en los comercios estatales.
Las largas colas confirman dos cosas. Que los cubanos
tienen dólares en su poder, y en algunos casos, bastantes, y que hay
incertidumbre con respecto a los objetivos de esta medida. Lo peor que puede
ocurrir en una economía en crisis.
La medida entrará en
vigor el 21 de junio y de manera general, se puede afirmar que ha sido inesperada. Conocida
es la forma de actuar del régimen, que suele ser poco transparente y casi siempre sus fines escapan de cualquier escrutinio mediático independiente. Buena prueba de
ello ha sido la escasa información ofrecida por la prensa oficial.
No obstante, hay fundadas sospechas de que estamos ante una operación de signo político. En primer lugar. se hace coincidir la resolución con el fracaso de Cabrisas en las negociaciones con el
Club de París (otro asunto muy opaco). En segundo, con el rechazo internacional en la Unión
Europea al régimen comunista por sus prácticas contrarias a los derechos humanos. Y tercero, con la proximidad de la fecha en que concluye el
canje de CUC por CUP de la Tarea Ordenamiento, el 30 de junio. Estos tres factores hacen pensar que la medida ya
estaba en los planes del régimen desde hace tiempo, y que se ha buscado el preciso
momento en que puede tener un mayor impacto. Como ocurre habitualmente en Cuba.
El hecho es que ha
pillado a todo el mundo por sorpresa y que la supuesta relativa abundancia de
la divisa norteamericana dentro de la Isla ha estado cerca, en ocasiones, de una eventual dolarización, incluyendo no solo bienes y servicios o insumos en las tiendas en
MLC, sino servicios públicos e incluso productos básicos en tiendas que, en la
mayoría de los casos, solo aceptan tarjeta.
El dólar que usan los
cubanos, y que tiene absoluta preeminencia con respecto a otras divisas, se
suele destinar, en la mayoría de los casos a comprar artículos indispensables,
que en las tiendas del estado no se encuentran o que se tienen que pagar con
dólares. Desde los tiempos lejanos del “periodo
especial” los cubanos saben que con dólares se puede conseguir de todo, pero
sin ellos, todo son privaciones. Por otra parte, cuando necesitan los dólares para
cualquier necesidad puntual como un viaje al extranjero, los cubanos se ven obligados a cambiar
los pesos en los mercados informales, donde la cotización suele ser tres veces
mayor que la oficial de la Tarea Ordenamiento.
Quienes peor lo tienen
son los colectivos vulnerables, como los jubilados, cuyas pensiones son tan
bajas que hacen imposible acceder a dólares a los cambios actuales, y que en algunos
casos reciben remesas de sus familias en el extranjero, y que operaban a corto
plazo en los bancos para atender sus necesidades básicas. Lo que ahora no
podrán hacer.
El Banco Central de Cuba
aseguró que la decisión es debida a las dificultades que tiene para operar en
el extranjero con el efectivo en dólares que recauda en el país como
consecuencia del bloqueo de Estados Unidos. Pero esto ha existido siempre, y
esta necesidad puntual nunca se ha presentado de este modo. Se tiene la
impresión de que, detrás de la resolución 176/2021 hay más motivos políticos
que técnicos. Si hay efectivo en las
arcas del Banco Central realmente y no se puede operar con ese dinero, ¿entonces
la decisión ha sido justo la contraria a la que habría que tomar?
En efecto, la resolución
hará que el sistema bancario cubano reciba todavía muchos más dólares y en un
tiempo récord, hasta el 21 de junio. Entonces, continuando con el argumento del
exceso de liquidez sin valor real en los mercados financieros internacionales ¿Qué va a hacer el régimen con tanto
numerario en una moneda que después no puede operar en los mercados financieros?
Y, por tanto. si hay menos dólares en circulación, ¿Qué pasará con la
cotización en los mercados informales?
Hay muchas contradicciones en los argumentos de las autoridades para llevar adelante estas medidas y ello
aumenta también la incertidumbre. Pensar que, además, se puede presionar a la administración Biden con este tipo de medidas, es cuanto menos sorprendente. Si, como señalan algunos, el régimen podría acabar exigiendo la utilización del euro
como sustituto del dólar, entonces el alcance de los daños a la economía
nacional sería muy superior. El euro apenas cuenta para los cubanos, que
prefieren al dólar por motivos geopolíticos y tradicionales. Las aventuras monetarias
a espaldas de la realidad suelen acabar mal. Esta es una de ellas.
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