Jugando con el dólar en efectivo y otras historias increíbles

 Elías Amor Bravo economista

En una segunda mesa redonda, las autoridades, altos cargos de economía y del Banco Central de Cuba,  han vuelto a tratar de explicar qué sentido tiene prohibir la apertura de cuentas con dólares en efectivo a partir del 21 de junio próximo. Se han hecho un buen lio, en algún momento parecía que estábamos ante un episodio de aquel gran programa humorístico de la radio cubana, “La tremenda corte”.

La idea de culpar al embargo de la medida, no cuela. Nadie puede entender que algo que ha estado en funcionamiento seis décadas, lleve a este tipo de decisiones ahora. ¿Qué sentido tiene entronizar al dólar en la economía cubana para intentar destruirlo después? En estas idas y venidas, justificando lo que no se puede aceptar, el régimen distrae a los cubanos de lo que debería ser el principal foco de atención: la alimentación. Vienen meses malos para el sector agropecuario y nadie está al tanto.

De modo que, cuando se trata de imponer más prohibiciones, aunque sean temporales, los dirigentes comunistas cubanos son felices y esto se observa en el tono triunfalista que tienen, completamente ajeno a la realidad en este momento en la economía cubana. Además, la gente ya sabe que estas cosas empiezan así, temporales, y se acaban consolidando, como las tiendas en MLC, que solo existen en Cuba ya que ningún país del mundo tiene ese formato comercial de venta de productos en una moneda que no es la del país.

En la Mesa redonda se hizo referencia a las numerosas “inquietudes suscitadas en la población, tras la resolución 176/2021 del Banco Central de Cuba que establece la suspensión temporal, a partir del 21 de junio de 2021, de los depósitos bancarios en efectivo de dólares de EEUU” y se volvió a justificar como una acción, cuyo objetivo es hacer frente a las “limitaciones que impone el bloqueo norteamericano para colocar en bancos internacionales estos billetes recaudados en el territorio nacional”. Inquietudes que van a ir a más, porque este tipo de medidas las generan y luego no las pueden reducir o eliminar.

Insisto. El argumento del recrudecimiento del bloqueo económico de Estados Unidos contra Cuba solo sirve para incrementar el contenido del informe de agravios que en unos días el régimen presentará en Naciones Unidas para buscar el apoyo de los países. Lo mismo de todos los años, y al final, todo sigue igual. No obstante, ahora la acusación ha subido de escalón, y es muy clara. Estados Unidos “interfiere en los flujos financieros del país, llegando incluso a interrumpir los depósitos del efectivo en dólares que Cuba recauda a través de sus operaciones”. Es decir, según este argumento, EEUU tiene capacidad para impedir que un cubano, persona natural o jurídica, abra una cuenta en España, República Dominicana o Hialeah. No lo entiendo. 

Dicen que como Cuba no puede dar tratamiento al efectivo, que más tarde no se puede depositar en los bancos en el exterior para cumplir obligaciones financieras, se devuelve al dólar de Estados Unidos el mismo tratamiento en la Isla, “como una acción de defensa de la economía. De no adoptarla, esta situación seguirá ocasionando graves daños a la economía de la Isla”. Habría que explicar con más detalle por qué motivos Cuba no puede abrir depósitos en efectivo en el exterior, lo cual no tiene nada que ver con la acción desesperada de los cubanos para poder comprar en las tiendas MLC. El simple contraste produce repugnancia.

Es justo lo contrario. La adopción de esta medida provocará graves daños a la economía cubana. La cuestión principal reside en algo que ha sido fomentado por el propio régimen. El aumento de la base monetaria como consecuencia de la apertura de cuentas bancarias en dólares para poder comprar en las tiendas en MLC o pagar los insumos en GELMA o determinados servicios, ha encendido luces de alarma. En cualquier economía del mundo, la entrada de numerario en dólares o cualquier otra divisa se cambia automáticamente a la moneda nacional, porque es lo que quieren los agentes económicas.

Pero en Cuba, por decisión del régimen, se mantiene el artificio de la tarjeta que permite comprar en las tiendas en MLC por su saldo que se puede aumentar después con más divisas. El régimen ha creado un circuito para el dólar que está alcanzando unas dimensiones que plantean problemas de control en la economía. Y ni corto ni perezoso ha decidido poner fin, eliminando la forma de incremento de las cuentas que menor rentabilidad aporta al gobierno.

En defensa de las transferencias para cubrir los saldos de las cuentas, los dirigentes dijeron que si se realizan por canales electrónicos, antes debe existir un saldo en cuenta. Y entonces argumentan que como los depósitos en efectivo se ven entorpecidos por el embargo, al no poder transferir los dólares al exterior, resulta imposible reponer el saldo de las cuentas y cumplir las obligaciones de la economía cubana.

Es decir, que si la deuda con el Club de Paris no se paga con maletines de dinero recaudado dentro de la Isla, es por culpa del embargo. Se tiene la impresión que el régimen cubano ha sido advertido de cumplir las regulaciones del GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional), que exige mucho cuidado con las transacciones en efectivo, que se deben justificar muy bien, para evitar movimientos ilícitos de dinero. Los maletines de dinero ya no se aceptan.

Y entonces llegan las contradicciones, porque si bien la población no podrá depositar efectivo en dólares en las cuentas bancarias a partir del día 21 de junio, ello no quiere decir que no pueda seguir operando normalmente las cuentas, por medio de la recepción de remesas del exterior, transferencias de otras cuentas en plaza e incluso, depósitos en efectivo de otras monedas que no sea el dólar norteamericano. Esto último ha llevado a pensar en una posible “euroización” de la economía cubana, que es imposible.

Una contradicción más. El régimen denuncia que la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores de terrorismo limita las posibilidades de relaciones bancarias financieras con otros países. Entonces, ¿qué quieren conseguir con la bancarización de las remesas, por vías bancarias y electrónicas? Si no se pueden colocar los fondos que se reciben en la Isla en dólares en efectivo en el exterior, algo no cuadra. Este tipo de argumentos entran en contradicción con las reuniones de Cabrisas en Paris con el Club de París o con autoridades del gobierno francés, pidiendo cancelaciones, condonaciones y aplazamientos de la deuda. No se comprende.

De modo las autoridades podrán conseguir que los fondos lleguen a las cuentas bancarias de la población, a través de transferencias bancarias, incluso en otras divisas extranjeras, según la tasa de cambio vigente ese día en la cuenta en dólares, pero esto no afectará a la demanda de dólares por la población y su tipo de cambio en los mercados informales.

Otra contradicción de las autoridades se refiere a la gestión de lo que califican de “acumulación de efectivo en los bancos”. A este respeto, se señala que estos fondos líquidos se encuentran en espera de una vía para ser depositados en los bancos en el exterior, y por ello, están comprometidos. ¿La razón? Que están asociados a los depósitos que han hecho las personas para las cuentas que se abrieron en moneda libremente convertible (MLC) para acceder al mercado en esta moneda, que funciona desde el último trimestre de 2019. Por tanto, constituyen fuentes de reaprovisionamiento de ese mercado. La lógica de prohibir abrir cuentas en efectivo impacta en el mercado de las tiendas en MLC.

Una vez más, el régimen dice que tiene que colocar esos fondos en el exterior para continuar realizando importaciones de productos terminados, o intermedios que luego se venden en el mercado en MLC. También se dijo que “todavía hay algunas obligaciones asociadas a la apertura de estas tiendas que no han podido ser cubiertas u honradas, porque parte de este dinero no ha podido ser depositado en cuentas”. Este hecho limita la utilización de los fondos que ya están comprometidos, que deben respaldar esas cuentas, “porque desde ellas se demandan bienes y servicios, no se podrán garantizar recursos para poder crearlos y venderlos”.

Con respecto a la limitación a la venta de dólares en el aeropuerto, y los “recanjes” se dijo que en los últimos tiempos era mucho más el dinero que se iba que el dinero que entraba por el aeropuerto. Se comprobó que no eran los turistas ni los visitantes quienes estaban cambiando o recambiando con pesos por haber vendido en el interior de la economía.

Esto lleva a otra de las contradicciones oficiales, ya que el argumento oficial de exceso de dólares, no se corresponde con la falta de liquidez para vender divisas convertibles por los recanjes. Con el descenso del número de turistas y el menos número de viajes, se tomó esta medida porque, de lo contrario, se tendría que retirar de ese dinero que se está esperando para poder colocar en el extranjero, para destinarlo al recanje.

Este fue un momento decisivo de la Mesa redonda, cuando los dirigentes reconocieron que el país tiene falta de liquidez, y que además, la que existe actualmente está comprometida y dando respaldo a operaciones e importaciones que deben venir, de modo que no ha podido ser colocada. Y lo que se está buscando es la manera de que, quien tenga una cuenta y puso dinero en efectivo, pueda ser colocado y utilizado en el exterior. El cubano que ha abierto una cuenta instrumental para poder comprar en las tiendas en MLC le importa un bledo disponer de su dinero en el exterior. Tal vez a los dirigentes de las empresas del conglomerado de la seguridad del estado y el ejército no les resulte lo mismo. Por ahí deben ir las prioridades del gobierno.

También se habló de las personas que viajen desde otros países a Cuba con dinero en efectivo, a partir del 21 de junio, tendrán que hacerlo con otra divisa diferente al dólar estadounidense para cubrir sus gastos y operaciones dentro del país. Esto se refiere al dólar en efectivo. Es decir, las personas que viajen a Cuba con tarjetas internacionales aceptadas en el país, no tendrán problemas. Quienes no viven en la Isla y quieren viajar al país a disfrutar de sus bondades como destino o a visitar a sus familiares y amigos, deben saber que habrán de hacerlo sin dólares y con cualquier otra divisa. Esto se debería informar en las agencias de viaje para que los turistas lo sepan.

Para los que salen de Cuba rumbo a otros países, y tengan una cuenta en dólares en Cuba, deberán acudir al banco, solicitar extraer determinada cantidad de dinero y el banco se lo dará en la moneda que tenga en ese momento. Hasta aquí nada anormal, salvo la indicación de que el banco puede decir que un día no tiene divisas y, requerir una nueva visita al día siguiente o más adelante. Quien vaya a salir al exterior debe conservar sus dólares a buen recaudo lejos del sistema bancario.

Finalmente, los dirigentes reconocieron que el impacto de estas medidas será negativo, porque afecta a las fuentes que ha considerado el plan de la economía en su integralidad, no solo teniendo en cuenta los recursos en pesos cubanos, sino todos los ingresos del país en divisas que se generan en el territorio nacional y en todos sus mercados. Y por tanto, la imposibilidad de hacer efectivos esos ingresos tiene un impacto en la gestión económica de la nación. Esto es lo que pasa cuando los comunistas quieren ser financieros: no salen las cuentas.

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