Balance de la feria del turismo

Elías Amor Bravo economista

El ministro de turismo del régimen cubano sigue interpretando los datos de turismo como un político poco acostumbrado a reflexionar. Lo cierto es que lleva razón, cuando dice que Cuba alcanzó la cifra de un millón de turistas recibidos en lo que va de año 2023, “superando así la cantidad de visitantes que habían llegado al país en igual fecha de 2022”. Pero siendo cierta la afirmación, para poder concluir que el turismo está yendo bien, hay que utilizar otros indicadores más precisos. O se puede acabar desinformando a la gente. Tal vez sea esto lo que quiere el ministro.

Vamos a ver. El millón de turistas que han llegado a Cuba hasta el mes de abril, por cierto, la cifra no se ha publicado oficialmente por la ONEI, que sigue teniendo problemas para estabilizar su página web, supone reconocer públicamente que la entrada de turistas de este año es justo un millón menor que la producida en 2019, último año calificado como normal antes de la pandemia. Así de sencillo. Los datos son concluyentes. Mientras otros destinos del Caribe ya han superado ampliamente los niveles de 2019, en Cuba todavía se está más o menos por la mitad.

Según datos de ONEI, en 2019 llegaron a Cuba en el primer cuatrimestre un total de 1.917.291 turistas. Si este año se ha alcanzado un millón, y no será por mucho, es evidente que se está a la mitad de la cifra de 2019 y, que todavía queda mucho por recorrer para cantar victoria. Habría que intentar explicar, y entender, por qué el destino turístico de Cuba se queda rezagado con respecto a otros de su misma zona, y de eso, el ministro no habló. A lo mejor es porque no lo sabe, o no lo quiere saber.

Lo cierto es que cuando un ministro se pone a decir inexactitudes en una feria internacional, más de uno lo puede calificar de mentiroso, y compromete su credibilidad que puede caer por los suelos. Más le valdría callarse y, no meter la pata porque luego, cuando quiera rectificar, lo va a tener muy complicado.  

¿Y cuándo va a tener que rectificar el ministro? Pues ya lo podemos anunciar con tiempo para que se vaya preparando, porque el final de esta desafortunada historia en la que el ministro declara a los asistentes a la feria que se va a cumplir el objetivo del plan para este año de 3,5 millones, va a ser muy triste y doloroso. Porque ese objetivo tampoco se va a lograr. Pero no pasa nada. En el régimen comunista de Díaz Canel los ministros que fracasan en planes, objetivos y medidas, son mantenidos en el cargo de forma indefinida

¿Qué tendría que hacer el ministro para desempeñar correctamente su papel?

Primero, dejarse de mentiras y anunciar en la Feria Internacional de Turismo FITCuba-2023, que no se va a lograr la meta del plan consistente en alcanzar los 3,5 millones de vacacionistas extranjeros para el año. Reconociendo que el objetivo no se va a lograr con tiempo suficiente, lo siguiente es plantear una alternativa más creíble y responsable, dejándose de aventuras imposibles. Pero no lo harán. Esa es la diferencia entre la política de estado del turismo de República Dominicana y la política turística estatal de Cuba.

Segundo, dejarse de hablar solo de las limitaciones que según él impiden lograr el objetivo del plan, por supuesto, siempre se cita el embargo de Estados Unidos, cuando los nacionales de este país ya representan el segundo mercado más importante del turismo internacional. Y ahora, cuando ven que hablar del bloqueo es ridículo e impresentable, citan la conexión aérea con otros países. Habrá que ver qué falla en esas conexiones y hacer un poco de historia reciente, para llegar a la misma conclusión que llevó a numerosas compañías a dejar de volar a la Isla.

En realidad, tratar de incrementar las conexiones aéreas del país exige mucho más que invitar a la feria a 51 compañías para que disfruten de alojamiento, comida y bebida a costa del estado comunista cubano. Por el contrario, si se quiere que las aerolíneas vengan hay que hacer cosas que ahora no se están atendiendo, como invertir en infraestructuras aeroportuarias, asegurar un handling eficaz de equipajes avanzado tecnológicamente, garantizar una rápida reposición de combustible a precios competitivos, facilitar opciones de descanso para el personal de las flotas y un largo etcétera que las compañías reclaman para volar de forma habitual, y de las que, al parecer. el ministro comunista cubano no tiene ni idea.

Tercero, otra sorpresa de la Feria, el anuncio que Gaviota tiene intención de potenciar y vender el turismo de patrimonio y cultura, una línea en la que, al parecer, este año el Grupo pretende seguir trabajando “en la búsqueda permanente de mayores niveles de calidad en el servicio y mejores resultados”. Otra decisión que no tiene ni pies ni cabeza y que no podrá acabar bien. ¿Qué sabe Gaviota de patrimonio y cultura? ¿Qué experiencia puede aportar un grupo que, desde su nacimiento, se dedica a la hotelería y restauración, con el beneplácito del régimen, al que sirve?

Gaviota está especializada en exprimir al turista internacional en lugares como Varadero, Cayos de Villa Clara, Jardines del Rey y Holguín, entre otras plazas, y le importa un bledo que esos mismos turistas viajen a Trinidad, a Cienfuegos o La Habana monumental, para ver lo poco que va sobreviviendo a la destrucción.

El otro que pretende mover ficha es el grupo hotelero Cubanacán, que acredita 35 años de experiencia en el sector turístico cubano para dar a conocer dos novedades que forman parte de su estrategia de crecimiento en la captación de mercados. De un lado, la campaña Hazlo real, Hazlo único, con un enfoque integral de la agencia, que permite una experiencia conectada con todas las riquezas culturales, sociales y naturales del destino Cuba, y la otra novedad, es una plataforma de comercio online, que posibilitará a los clientes el acceso a un grupo de actividades y servicios.

En Cubanacán llevarán 35 años en el turismo, pero les ocurre como al ministro. Siguen sin conocer cómo es realmente el turista internacional que viaja a Cuba. Allá ellos.

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