¿Buscarán empleo online los cubanos?

Elías Amor Bravo, economista

La Tarea ordenamiento prosigue, y en los medios oficiales del régimen se han hecho eco de algo que denominan “uno de los pilares de la misma: promover un mayor interés por el trabajo”. Y para lograr este objetivo, se les ha ocurrido poner en funcionamiento a partir del próximo 28 de enero una la aplicación para buscar trabajo denominada “Ofertas de empleo”.

Esta aplicación ha sido resultado de los trabajos del Área de Informática del Ministerio de Trabajo y seguridad social y recogerá las necesidades de empleo de entidades nacionales, Organismos Superiores de Desarrollo Empresarial, cooperativas y también los trabajadores por cuenta propia de todas las provincias y el municipio especial Isla de la Juventud.

La idea trata de facilitar el acceso a las personas que buscan empleo de aquellas ofertas laborales disponibles en los sectores estatal y no estatal de la economía que previamente deben incluir las mismas en la aplicación. Un instrumento que, en el ámbito de las políticas activas de empleo, sirve para aumentar la información sobre el mercado laboral, dando mayor visibilidad y transparencia al mismo, lo que sin duda, debe mejorar su funcionamiento.

Se puede ser moderadamente optimista por varias razones.

Por ejemplo, el procedimiento actual que deben seguir los trabajadores cubanos para acceder a los empleos está obsoleto y depende de la actuación burocrática de las direcciones municipales de trabajo, que están controladas por la organización comunista. Aunque cuesta creer que esta aplicación vaya a reemplazar las funciones de control que cumplen estas dependencias partidistas, lo cierto es que todo aquello que permita al ciudadano cubano independizarse o ganar autonomía respecto de los órganos que dirigen desde el estado a la economía, debe ser bienvenido.

El éxito de esta iniciativa depende de que las empresas, negocios o entidades empleadoras que deseen colocar su oferta en la aplicación, puedan hacerlo con cierta autonomía y libertad, utilizando las opciones incluidas en la aplicación y evitando cualquier presencialidad. Pero además, los que recurran a la vía tradicional, presentando los documentos correspondientes en los locales habilitados para ello en los territorios, también pueden beneficiarse del servicio de intermediación online prestado por la aplicación. Cuantas más ofertas se incluyan tanto mejor. Si no hay empleos, de nada sirve todo el esfuerzo realizado.

El hecho de que el Ministerio haya acelerado los trabajos para poner en marcha esta aplicación, confirma la insatisfacción que existe con la gestión de las direcciones provinciales, que no han conseguido gestionar de forma eficiente las necesidades de empleo de las empresas. La presencialidad de los candidatos, por otra parte, en un contexto de confinamientos provocado por la pandemia, permite ser sustituida por la aplicación, a la vez que las empresas, organismos y sobre todo, los trabajadores por cuenta propia, pueden registrar sus ofertas sin necesidad de depender de la gestión burocrática partidista.

En fin, viso desde esta perspectiva, la aplicación es una ventaja para que el mercado laboral en Cuba despierte del letargo en que se encuentra. Pero ya veremos si lo consigue. Lo ideal es que esta aplicación registre todas las ofertas, las buenas y las menos buenas. Es evidente que en un entorno de escasez de trabajadores, como el que se avecina en Cuba con el envejecimiento acelerado de la población, la gente preferirá los empleos mejor retribuidos y tratarán de dirigirse a ellos, como los que se ofrecen en el Mariel, que se tramitan por la agencia empleadora del estado. ¿Dejarán entrar esos empleos bien retribuidos en la aplicación? Por otra parte, sería deseable que cualquier gestión del empleo que se haga para beneficiar a determinadas personas en detrimento de otras, por su vinculación partidista, desaparezca para siempre y que solo se respeten los principios que puedan actuar como discriminación.

La intermediación online en el mercado de trabajo es un proceso ampliamente extendido en todos los países que mejora la presencial, en términos de eficacia, velocidad en la atención de las ofertas, respeto máximo a la competencia y ofrece unos niveles de calidad razonables al combinar los distintos dispositivos informáticos y telefónicos como ocurre en Cuba.

Tal vez el único problema reside en el coste de uso y de acceso a internet, que sigue siendo muy elevado por las tarifas que se pagan a los monopolios estatales. Sería deseable, por ejemplo, que se facilitase un acceso sin coste a las personas que buscan empleo en determinados emplazamientos por medio del wifi, y otro tanto a las empresas, sobre todo, a las más pequeñas con escasos recursos, como ocurre en muchos trabajadores por cuenta propia o arrendatarios de tierras.

Como ocurre siempre en Cuba, la libertad que está asociada al uso de estos dispositivos online, que solo debería estar condicionada por elementos de discriminación en las ofertas dirigidas a las personas, viene coartada además por el acápite de las condiciones que se tienen que aceptar por los usuarios (demandantes y oferentes de empleo) para la utilización del producto.

Allí se establece que el Ministerio y cito textualmente, “se reserva el derecho de publicación y utilización de los datos introducidos por los usuarios como parte del registro, con la intención de verificar la confiabilidad de la información declarada; pero siempre con la mira en la protección de los datos privados de las personas”. De hecho, no es necesario tener una cuenta abierta para visualizar las ofertas incluidas en la aplicación, pero si se quiere participar en algún proceso de selección, si que será necesario darse de alta y abrir la cuenta.

Algunas dudas surgen de este proceso de registro que, si bien parece sencillo, en el caso de las entidades, demanda una serie de informaciones (cantidad de plazas o salarios) que en algunos casos no serán del agrado de los usuarios. Sería conveniente, teniendo en cuenta los estándares de la gestión pública comunista, reducir y flexibilizar esos requisitos para darse de alta y recibir el servicio.

En cuanto a las funciones de la aplicación, en principio, estamos ante un instrumento online para la intermediación oferta y demanda en el mercado laboral para puestos y candidatos a nivel de provincia, municipio, con datos personales del nivel escolar requerido, salario mínimo y palabras claves. En definitiva, se trata de poner en relación demanda y oferta online, con flexibilidad, autonomía e independencia del estado para conseguir una gestión eficaz de los empleos. Se destaca que en su fase inicial permitirá enviar recomendaciones para la mejora del funcionamiento.

El contacto del demandante con la empresa que oferta el empleo se realiza por medio de la aplicación que lleva al candidato a la entrevista de trabajo sin más participación de las direcciones provinciales en el proceso. Las entidades y empresas pueden mantener sus ofertas abiertas hasta que se hayan cubierto con los candidatos adecuados, o cuando lo consideren conveniente. Más dudas surgen respecto de las ofertas procedentes de las direcciones provinciales por cuanto son éstas las que deberán estar al tanto para la actualización. Los dispositivos online de intermediación laboral exigen ese estar al día para que tengan aceptación entre los candidatos que acudan a las ofertas.  

La entrada en vigor de la aplicación no supone que las direcciones municipales de trabajo dejen de prestar el servicio, pero las autoridades quieren reducir la presión asistencial presencial en las mismas, para quienes deseen acudir a las mismas en demanda de sus servicios.

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