¿Cómo salir de los “líos” que marcan el actual escenario?

Elías Amor Bravo, economista

Ahora si que no hay vuelta atrás. Ni forma de esconder lo evidente. Después de unos días, ausente de la prensa oficial del régimen, Díaz Canel ha vuelto con fuerza y ha dejado clara su posición en el diario Granma, durante una reunión para "debatir temas trascendentales de la nación con los miembros destacados de su gobierno y los gobernadores de las 15 provincias y el intendente del municipio especial Isla de la Juventud". En dicho foro dijo, y cito de forma expresa, “aquí no hay espacio para el cansancio ni para el acomodamiento, hay que seguir trabajando, y juntos vamos a salir de todos los «líos» que marcan el actual escenario del país”.

El dirigente comunista lo ha reconocido. Además de "trabas" de la economía, o "encadenamientos", Díaz Canel ahora introduce otro concepto, los “líos que marcan el actual escenario del país”. Que están ahí, retando la gestión de su gobierno. Preocupan al régimen, luchan contra ellos con denuedo (de ahí la frase en clave electoralista “vamos a seguir guapeando, vamos a seguir trabajando, vamos a seguir venciendo”), pero probablemente no tendrán éxito porque no implementan las medidas adecuadas. De igual modo, no existe ni una señal de arrepentimiento o de reconocimiento de responsabilidad propia en los “líos”. Que nadie espere más. Los comunistas cubanos no llegan a tanto.

Y como cabría suponer, estos líos, según Díaz Canel, tienen su origen en el "recrudecimiento del bloqueo económico, la persecución financiera y las más de 200 medidas que ha aplicado el Gobierno de Estados Unidos en los últimos cuatro años". ¿Quién lo podría dudar? Tan solo una breve referencia a las “insuficiencias del país” que también son el origen de las “deficiencias que aún persisten en algunos sectores claves”, pero sin entrar en detalle, y mucho menos reconociendo la parcela de responsabilidad de un gobierno que ha errado el diseño, el momento y la aplicación de sus políticas económicas.

De modo que la receta de Díaz Canel consiste en esperar a superar estos complejos momentos, y entonces “consolidar avances y seguir potenciando el perfeccionamiento de la sociedad sobre la base de los programas estratégicos” recogidos en los documentos aprobados en los congresos comunistas. Otro mensaje en clave electoral, no cabe la menor duda.

Y la clave para la superación de los problemas, de “los líos que marcan el actual escenario del país”, se debe lograr “trabajando con inteligencia, con pensamiento, potenciando todos los resortes, construyendo interconexiones entre todos los factores y los actores que tenemos en cada ámbito; también entusiasmando, explicando, argumentando, razonando, criticando cuando haya que hacerlo, y propiciando un ambiente de creación y de empeño, nunca de derrota”. Todo muy lineal y ordenado, como la Tarea Ordenamiento. Pero el resultado real está ahí, y la sociedad cubana empieza a estar harta de tantos “líos” y sobre todo, de que el modelo social comunista impida a los agentes económicos disponer de recursos para superar la crisis.

Pasó Díaz Canel en esta reunión a revisar los resultados de algunos ministerios, y empezó por el Plan Nacional de la Vivienda al cierre del mes de enero, periodo en el que se evidenció un comportamiento desfavorable. Mal comienzo de la economía en 2021 en un sector que resulta fundamental por su efecto tractor sobre el resto de actividades. Que la construcción de vivienda haya experimentado un claro retroceso al comienzo de este año confirma que el impacto de la Tarea Ordenamiento también ha sido negativo en este sector (lo mismo que en agricultura o industria) y que la libertad de autorización de actividades en el sector no va a servir de nada.

Los resultados son muy negativos e indican un rotundo fracaso del plan, ya que solo se han terminado 867 viviendas, que suponen un 2% de lo planificado, tanto para la iniciativa estatal como la privada (esfuerzo propio). La debilidad de la construcción es un signo muy preocupante para la economía cubana porque este sector genera empleo, paga buenos salarios y tiende a generar efectos dinámicos sobre el resto de las actividades. El “lío” que se ha producido en enero no será fácil de corregir en meses venideros, por mucho que Marrero insista en que es posible “recuperar el tiempo perdido”. Reconocer que la construcción de vivienda ha empezado mal es un punto de partida inquietante, al que habrá que prestar atención en meses venideros.

Pero hay problemas mucho más complejos que este de la vivienda, que le quitan el sueño a las autoridades, como es la producción de alimentos, la producción agropecuaria, un sector que se ha visto especialmente perjudicado por la implementación de la Tarea Ordenamiento. En la reunión se plantearon algunas de las principales modificaciones que ya se han puesto en marcha, en respuesta a quejas de la población. Haga usted una política económica, póngala en marcha, y si no le gusta no se preocupe, aquí tengo otra. Así hablaba uno de los Marx más grandes de la historia, no Karl, al que veneran los comunistas cubanos, sino Groucho más creativo y trascendente. De modo similar, los dirigentes del castrismo tardío tienen soluciones alternativas a sus políticas económicas. Un modelo de actuación que resta credibilidad, confianza y certidumbre a los responsables de la gestión de la economía, tanto a nivel interno como internacional.

El asunto es que Murillo se descolgó informando que ya han modificado, en poco más de mes y medio, 32 “temas” de la Tarea Ordenamiento, según él, por motivos de “diseño o por ineficiencias en la ejecución práctica”. Tanto una cosa, como la otra, no admiten cuestionamiento posible. Lanzar una política económica que hay que ir cambiando sobre la marcha, es muy negativo. Y como no podría ser de otro modo, los “temas” que se han ido cambiando y que han provocado esos “líos que marcan la situación actual del país” en palabras de Diaz Canel, hacen referencia a la “comercialización de productos agropecuarios, al tratamiento a los núcleos vulnerables, a los salarios de determinados grupos escala, a los precios, y a la situación del empleo”. Es decir, a todo. Si no dicen nada del tipo de cambio, es porque no tienen intención de ver lo que está pasando en los mercados informales de La Habana, donde el peso ha perdido la mitad de su valor.

A estas alturas del año, y cuando hay tiempo para corregir y cambiar realmente el curso de la nave (y no aplicar parches de urgencia), la Tarea Ordenamiento es, de forma evidente, la responsable principal de estos “líos” de los que habla Díaz Canel. No hay vuelta de hoja. Ellos solos se han metido en un gran lío por motivos políticos. Las insuficiencias que se van observando en la implementación de las medidas van agravando la situación de los sectores y deteriorando más aún el clima de la economía, sin que se observen mejoras por ningún sitio.

Por último, no por ello menos importante, la atención que se dedicó en la reunión al Plan Nacional de Soberanía Alimentaria deja entrever que la situación de la alimentación se está deteriorando a pasos agigantados. Tuvo razón el informe de Naciones Unidas del pasado año cuando observó problemas de posibles crisis alimentarias en Cuba, y los dirigentes lo rechazaron de plano. Ahora, la situación es cada vez más complicada, porque hay menos divisas para comprar alimentos por 2.000 millones de dólares en el exterior.

Además, en la reunión se pudo comprobar que el autoabastecimiento municipal no es solución alguna para la alimentación de 11 millones de cubanos, y que la implementación del mismo, tampoco está dando resultados en línea con lo previsto. El sector agropecuario, agobiado por el aumento de los costes de producción y los precios topados, no puede incrementar la oferta por la falta de rentabilidad de las explotaciones. Así no puede funcionar un país. La inflación galopante y fuera de control con que arrancó la Tarea Ordenamiento está empobreciendo a amplios sectores de la población, y reduciendo el consumo de las familias, en tanto que se generalizan las insolvencias empresariales y se enciende la luz del desempleo.

Nadie duda de la intención de los dirigentes comunistas de trabajar sin descanso para lograr mejores resultados y solucionar las deficiencias, los “líos” que están apareciendo por todas partes. Pero eso no basta. También hay que trabajar bien, acertar en el diagnóstico, la implementación y control de las políticas. Si no es así, hay serias dudas que se pueda salir adelante en medio de los “líos” reconocidos por Díaz Canel en el actual escenario. Cuba, su economía, no está para juegos.

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