Los diputados de la Asamblea Nacional descubren el grave problema de los precios altísimos

Elías Amor Bravo, economista

Que la Comisión de asuntos económicos de la Asamblea Nacional considere que los altos precios son el problema principal detectado, a partir de un levantamiento de las principales opiniones generadas por la población después de la entrada en vigor de la Tarea Ordenamiento, dice mucho y bien en favor de estos representantes.

Que sigan trabajando porque van a descubrir muchos más problemas. Lo más probable es que ya los conozcan e incluso de dónde proceden, pero no lo dirán por miedo. Ya se sabe, en Cuba “dentro de la revolución, todo; fuera de ella, nada”. Y por eso es muy interesante este descubrimiento realizado por los diputados cubanos a partir de un conjunto de acciones de monitoreo de la Tarea Ordenamiento.

Parece ser que ya habían hecho lo mismo con algunos de los subsidios para colectivos vulnerables, un asunto que tampoco salió bien parado, pero la coincidencia en que los altos precios son la problemática principal de la economía en este momento, es un asunto cuanto menos, interesante y que merece un reconocimiento.

Su informe ha sido publicado como nota en Granma, por cierto, de reducida extensión, tal vez un asunto como este merezca más atención de la prensa oficial, pero ya se sabe. Habiendo otros frentes para qué abrir un melón. Pues bien, los diputados señalan como problemas detectados los altos costos de algunos alimentos, problemas en los precios, desabastecimientos y mala calidad en algunos productos básicos.   

No hay mejor descripción de lo que está ocurriendo con la Tarea Ordenamiento que este enunciado de los miembros de la Comisión de Asuntos Económicos de la Asamblea Nacional de Cuba. Los diputados parece que no han elaborado sus conclusiones de forma precipitada y sin fundamentos.

De hecho, esta tarea fue un encargo del presidente de la Asamblea, Lazo, que ha tenido el acierto de utilizar la información para ser divulgada de forma oportuna. En principio, la panorámica de los diputados es bastante amplia si se tiene en cuenta que han estado monitoreando la situación en todo el territorio nacional desde finales de noviembre del pasado año.

A lo largo de dicho período, han tenido ocasión de comprobar las protestas producidas en amplios sectores de la población en cuanto se conocieron los decretos y resoluciones con los que el régimen fijaba de forma unilateral los nuevos precios de bienes y servicios. Aquel estallido de malestar sigue hoy, y va a continuar, porque la solución del problema no está al alcance del gobierno y el modelo social comunista que se empeñan tozudamente en seguir a viento y marea.

De ahí que los diputados se habrán encontrado con opiniones muy molestas de muchos sectores de la población, incluso los que se autocalifican como “revolucionarios” que no tienen “fe”, y por tanto, carecen de dólares para comprar alimentos básicos o productos de aseo en las tiendas en MLC. Pero también habrán escuchado la queja de las personas que reciben las comidas del SAF, o de los usuarios de los comedores obreros, el precio del pan, las tarifas eléctricas, de gas, de agua, en fin de la práctica totalidad de bienes y servicios suministrados por el estado a la población.

Según señala Granma, a comienzos de diciembre, los diputados comprobaron los precios minoristas en 104 unidades de 58 municipios; y en los primeros días de enero recogieron preocupaciones relacionadas con los nuevos precios de los bienes y servicios destacados antes.

Al estudiar los informes, los parlamentarios identificaron, como principales problemas encontrados, los altos costos de productos como la carne de cerdo y algunos renglones agrícolas, fundamentalmente en el sector no estatal; la no coincidencia de los precios de las tablillas en los comercios con el valor real con que se comercializan los alimentos; la alteración frecuente de los precios regulados; la falta de abastecimiento de productos agropecuarios en muchos establecimientos; la tardía definición del importe de los materiales de la construcción; la mala calidad del pan; y los altos costos de un grupo de alimentos y servicios que se ofertan a la población.

El diagnóstico es demoledor, y eso que no han analizado las variaciones de los precios, sino que se han quedado en los niveles. Pero sus conclusiones, desde el punto de vista económico, confirman que los precios no se pueden manejar dentro del marco de la planificación centralizada de la economía, sino que tienen su espacio y razón de ser en el comportamiento libre de oferta y demanda en los mercados. La alternativa, ya se ha podido constatar.

No es extraño que las autoridades hayan tenido que rectificar muchos de esos precios que salían inicialmente muy por encima de la proporción de 2,5 que el gobierno quería limitar para evitar un proceso de inflación general. Los diputados han sido testigos del malestar de la población con la Tarea Ordenamiento, pero tampoco se han quedado tranquilos con lo que han escuchado de la Estrategia económica y social.

Y es que son las dos caras de una misma moneda que quiere limitar y  cercenar la actividad de los emprendedores privados, pero los cubanos no quieren que desaparezcan los carretilleros, los chóferes boteros o los agricultores arrendatarios. Los cubanos saben que si esos oasis de libertad económica y de libre elección desaparecen, Cuba volverá al oscuro túnel de un interminable período especial.

Se anuncian en la estrategia de trabajo de la Comisión de Asuntos Económicos más acciones en 2021, de control al Presupuesto del Estado, además del seguimiento a los acuerdos de la Asamblea Nacional relacionados con el programa para la más alta fiscalización al ministerio de la construcción (a lo mejor descubren que no hace falta seguir construyendo habitaciones de hoteles) o de la rendición de cuenta del gobierno de Sancti Spíritus (por qué unos sitios si, y otros no). Temas en exceso generales y de calado limitado en la opinión pública pero, en cualquier caso, bienvenida sea esta actividad de los diputados cubanos. 

En un país en que la separación de poderes deja mucho que desear, esta iniciativa de Lazo debe ser bienvenida. La máxima atención a la economía cubana en este momento se centra en el devenir de la Estrategia económico-social y la Tarea Ordenamiento, un cóctel de consecuencias hasta ahora negativas, que no va a servir para dinamizar la economía cubana, toda vez que el punto de partida, adolece de las transformaciones estructurales que son necesarias para poner la economía a punto.


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