La inestabilidad del café y de la leche en polvo: la inestabilidad de toda la economía

Elías Amor Bravo economista

Inquietante información en la prensa estatal comunista de hoy, 23 de enero. Al parecer, el Grupo Empresarial de la Industria Agroalimentaria, ha dicho, por medio de un escueto comunicado, que la leche en polvo para niños y la distribución de café son “inestables”. Hace unos días, en este blog se destacaba la ausencia de latas de refresco de Los Portales. La situación de carestía va en aumento y viene motivada por los graves problemas de fondo de la economía, a los que las autoridades no prestan la debida atención.

Volviendo al caso que nos ocupa, el término que emplean los comunistas para anunciar el “sálvese quien pueda” cuando los productos desaparecen de los comercios es ese, que pasa a ser inestable. Cuando llega esta situación, ni canasta normada, ni dieta del mes, ni nada parecido. Ahora, la temida inestabilidad ha llegado a un artículo sensible para un sector de la población, que el régimen comunista considera prioritario, la leche y los niños. Y de paso, como nunca llega solo una desgracia, el café también pasa a ser inestable, es decir, que no va a haber ni leche en polvo ni café en un tiempo, y que nadie debe protestar porque el régimen dice estar haciendo todo lo necesario para resolver esta situación.

Al parecer las autoridades siguen tapándose los ojos ante la realidad, y en el comunicado del Grupo dicen que toda esta “inestabilidad” viene provocada por una intrigante actualización del comportamiento de la distribución de leche en polvo para los niños menores de 7 años. Es lo mismo que cuando se anuncian deficiencias en los servicios de suministro de electricidad, que tiene un origen similar.

Al parecer esta “actualización del comportamiento de la distribución de la leche en polvo” que no se entiende bien en qué consiste, no ha finalizado hasta este mes de enero en todo el país y, ahora, los dirigentes se están entreteniendo en “puntualizar las acciones necesarias para asegurar la distribución correspondiente del mes de febrero”. Y claro, en este interín, la leche en polvo se vuelve “inestable”, es decir, desaparece de los comercios.

El comunicado sigue con este tono críptico que el ciudadano de a pie no logra entender, señalando que “se considera importante resaltar que la distribución en algunos territorios se ha visto fraccionada por lo que ha sido necesario incluir leche de otros mercados no tradicionales”.

¿Usted entiende algo, amable lector? ¿Qué demonios es eso de la leche de otros mercados no tradicionales que se ha tenido que incluir para hacer frente a la crisis actual? Vaya usted a saber qué leche van a tomar los niños cubanos. Cualquier cosa puede salir de la mente privilegiada de estos dirigentes que ya ni siquiera son capaces de producir esa mezcla aberrante de chícharos con café que ha hecho a muchos cubanos abandonar la bebida clásica del país.

Al parecer, y según informa el Grupo, este recurso a la leche de otros mercados no tradicionales, ha supuesto “cambios en el modo de preparación de la leche en polvo, lo cual se ha informado territorialmente a la población implicada”. De veras, ¿algún lector de este blog puede tranquilizar a los padres cubanos de la leche que van a tomar sus hijos? Y al respecto, se añade que “hay otro grupo de consumidores como las personas que tienen dietas médicas que no ha sido posible su entrega a partir de no disponer de financiamiento para asegurarlas”, y tan tranquilos. Si la dieta no se cumple, no pasa nada.

Esto es lo que se llama resolver un problema al estilo comunista. Pienso que si este tipo de prácticas se produjeran en algún país de economía de mercado, lo que resulta improbable teniendo en cuenta que las empresas privadas orientan su razón de ser a la demanda de los consumidores, las masas ya estarían en las calles protestando airadamente contra la injusticia del sistema.

En Cuba el comunismo no tiene esa presión social, no la puede tolerar, y si alguien protesta, simplemente lo reprime y encarcela, y el resto de países del mundo, mirando para otro lado. Ya me gustaría escuchar a alguien de la UNICEF criticando al régimen comunista cubano por no servir leche a los niños. Tardaremos en ver algo así, pero de vez en cuando es bueno recordar este tipo de cosas.

El Grupo empresarial agroalimentario reconoce, además, su responsabilidad en la distribución del café de la canasta familiar normada y alega que también se han presentado problemas de distribución en los meses de diciembre y enero. La solución podría estar fácil en una economía de mercado: cese fulminante de gestores incompetentes que no son capaces de atender la libre elección de los consumidores. Los consejos de administración no se andan con chinitas con la incompetencia. En Cuba, rara vez ocurre esto. Vaya usted a saber qué comunista destacado está al frente del Grupo de marras que incumple con la leche en polvo o el café.

De modo, que el comunicado añade, en un intento de lavar la imagen, que “aun cuando se ha cumplido la producción nacional, hay un nivel que se asegura con café importado que no ha arribado al país por las dificultades existentes con las navieras”. Por tanto, ante la falta de ese producto, cuyo suministro no se ha previsto por los numerosos técnicos y analistas que laboran en este Grupo, los cubanos se quedan sin café de la canasta normada. Y todos a callar.

El comunicado de la dirección del Grupo Empresarial finaliza señalando que se ha concluido el procesamiento industrial del café en el día de hoy y se trabaja en la distribución de los territorios faltantes antes del cierre del mes de enero. Más inquietante que al principio, y desde luego, no parece que la solución esté al alcance. Más productos van a entrar en inestabilidad, la economía cubana en su conjunto ya lo está. Vamos a ver qué pasa con la leche en polvo y el café en los próximos meses.

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