¿Por qué Granma desinforma sobre economía?
Elías Amor Bravo economista
Granma es un periódico que no aborda los asuntos económicos como debiera. El ejemplo de tres informaciones coincidentes en un mismo día viene a confirmar lo que todos ya saben: leer Granma es intoxicarse con informaciones falsas que responden a una lógica de propaganda de un régimen que ya no sabe qué hacer para esconden sus incompetencias.
Se
trata de tres noticias publicadas en la edición del 17 de enero, tituladas “La
inflación, un fenómeno que impacta al mundo”, “La economía mundial se estanca”
y, para completar la tríada, “Venezuela: de la resistencia a la recuperación”.
Empezando
por la primera, es verdad que las economías del mundo experimentaron en 2021 un
episodio inflacionista desconocido desde hace tres décadas, complicando el
escenario económico. Pero de ahí, inferir que la inflación ha puesto en jaque a
los bancos centrales u organismos económicos mundiales, es ir muy lejos. Si
alguien está en jaque y, además, mate es el régimen cubano, con una inflación del 70% en
tasa interanual que supera en diez veces a la media mundial que Granma
considera tan perjudicial.
Alejandro Gil, responsable de esa inflación grave que destruye el poder adquisitivo de los cubanos y los hace más pobres de lo que son, debería tener cuidado a la hora de lanzar sus críticas al mundo por la inflación, porque como un boomerang se pueden volver contra él.
Si 2021 marcó sendos récords sin precedentes para
la inflación, realmente lo hizo en Cuba, donde la tasa de inflación del IPC se
multiplicó por casi 4 veces, al pasar de un 18,5% en 2020 al 70% citado de
2021. No hay otro país en el mundo que haya registrado un aumento así. Granma no dice nada de esto. En
América Latina, donde la inflación suele aumentar rápido, la tasa promedio en
2021 no superó el 7% en 2021. La inflación cubana es 10 veces superior. El ministro Gil debería
tener cuidado.
Básicamente, porque nadie cree el aserto de Granma que la inflación mundial ha puesto en
jaque a los bancos centrales u organismos económicos mundiales en espera de la respuesta. De hecho, ya la Reserva Federal o el Banco Central Europeo han dado a conocer su
valoración de la inflación y las medidas que piensan adoptar para hacer frente
de forma coordinada al fenómeno. En Cuba, donde la política monetaria del Banco
Central deja mucho que desear, hasta la fecha, que se sepa, no se ha tomado ni
una sola decisión.
Además,
los problemas derivados de los desórdenes en la cadena logística, los puertos y
transportes marítimos, o la escasez de productos esenciales, como los
semiconductores, no son los unidos que explican el comportamiento del IPC en
los países del mundo. Detrás de este proceso se encuentran los impactos del
aumento de los precios de las materias primas como madera, cobre o acero y de
la energía como la gasolina, el gas, o la electricidad, resultado de una
ingente presión de demanda procedente de China que, por cierto, creció su PIB
en 2021 un 8% al margen de cualquier estancamiento por el COVID-19-
El
régimen comunista cubano y Granma deben saber que la inflación se ha extendido
por el mundo, y afecta de forma distinta a las diferentes áreas geográficas,
pero si existe un país en que el daño puede ser especialmente grave, ese no es
otro que Cuba. Básicamente por el tipo de decisiones que pueden tomar las autoridades
(de momento ninguna, pero todo parece indicar que volverán a las de siempre,
precios topados, regulados, intervenidos, etc.) y por el hecho de que mientras
que en todo el mundo ya se están tomando medidas, en Cuba los dirigentes
parecen entretenidos con lo que dice Granma de otros.
La
demagogia y la propaganda llegan hasta donde llegan, y luego pasa lo peor.
Pero si
resulta insultante la crónica de la inflación que hace Granma, lo que dicen de
la economía mundial es todavía más sorprendente y a la vez vergonzoso. Resulta
que Granma afirma que “se estanca”. Y en realidad esto no es cierto, sobre
todo, si China crece, como indican los informes recientes, un 8,1% dado su peso
en el PIB global. Realmente el estancamiento y la recesión sí que están presentes en
Cuba desde el segundo semestre de 2019, y esa una verdad incuestionable.
Granma
dice que la COVID-19 llevó a la pobreza a unos 120 millones más de personas el
año pasado, citando fuentes del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales
de la ONU, el mismo que prevé que la actividad económica mundial crecerá un 4%
en 2022 y un 3,5% en 2023. A eso le llaman estancamiento en Granma, pero nadie
dice que Cuba volverá a ver decrecer su PIB en 2021, casi seguro un -1,5% y las
estimaciones para 2022 de un 3,5% de CEPAL o del 4% en el plan económico del régimen
parecen poco realistas.
Y no
contentos con no querer ver la realidad que tienen ante sus ojos, en Granma
dicen que se tienen que “tomar medidas políticas y financieras mejor orientadas
y coordinadas a nivel nacional e internacional”, citando frase del secretario
general de la ONU, António Guterres. Cuesta creer que se digan estas cosas
cuando en Cuba no solo no se han tomado esas medidas orientadas, es que no se
ha hecho nada por salvar la crisis, y en ese cruce de brazos estamos, confiando
en que el turismo o las ventas de servicios médicos repunten al alza en algún
momento, proporcionando divisas a las arcas del estado.
Hay
algo que inquieta a Granma y es el impacto en el mercado laboral de la crisis,
que probablemente en los dos próximos años los niveles de empleo se mantendrán
muy por debajo de los niveles anteriores a la pandemia, con su secuela de desempleo.
Es cierto que en Cuba este fenómeno no se produce de la misma forma, pero a cambio,
la economía cubana funciona con empresas estatales que tienen plantillas abultadas
y un elevado nivel de subempleo que hunde la productividad del trabajo de forma
notable. Además, la Tarea Ordenamiento ha mostrado lo rápido que se puede
llevar a situaciones de pobreza extrema a personas vulnerables protegidas por
subsidios del estado. Los hechos lo han confirmado de forma significativa este
2021.
Y
finalmente, como no hay dos sin tres, Granma dedica un tercer trabajo a glosar “Venezuela:
de la resistencia a la recuperación”, basado en un informe de rendición de cuentas de
Maduro que, igualmente, tiene mucho de ciencia ficción. El dirigente
venezolano, tras atacar a la “oligarquía colombiana” a la que culpa de todos
los males de su país, se atrevió a afirmar que “2021 fue un período de
consolidación de la paz, el diálogo nacional y la estabilidad interna, un gran
año para vencer la conspiración prolongada y permanente”. Será para él, pero Granma lo convierte en acontecimiento histórico.
Granma
citando a Maduro se recrea en lo que llaman “cinco años de persecución
financiera, boicot y bloqueo comercial por parte de Estados Unidos y sus
aliados” para indicar que se han activado las fuerzas económicas reales de la
sociedad venezolana, pasando por encima de circunstancias. Y citan como dato
positivo que las inversiones hayan crecido un 3,1%, y las exportaciones en 4,9%.
Realmente, si se piensa con detalle no es para celebrar nada, porque son resultados deficientes, escasos,
que no sirven para corregir el desastre de años anteriores.
Al
igual que Cuba, en Venezuela los dirigentes encierran a la economía en un círculo
vicioso en que el 76% del prepuesto estatal se destina a la esfera social, si
bien la diferencia con la Isla es que en Venezuela se construyeron 3.900.000 viviendas,
y eso tiene un impacto positivo sobre la economía. Sin embargo, no crece la
economía de un país a golpe de gasto público, sino con más actividad privada y
liderazgo empresarial que, al menos en Venezuela, ocupan un segundo plano para
el régimen, como en Cuba.
Leer Granma es disponerse a ver las cosas de un solo color, que tiende a deformarse por la forma de contar las historias con la perspectiva de la ideología comunista. Los cubanos han vivido esta realidad durante seis décadas. Pero en economía dos más dos es cuatro, y no cinco o tres. Y enseguida se puede descubrir al propagandista demagogo que trata de desinformar a los lectores de la prensa estatal comunista cubana.
¿Por qué Granma desinforma sobre economía entre otros acontecimientos?
ResponderEliminarLa respuesta está dentro de su propósito: ¿Quién adueña Granma y qué intereses protege? ¿En algún momento enfatizan los intereses y voz del pueblo?
¿Podría la dictadura quien adueña a Granma ser totalmente imparcial?