Las previsiones de la CEPAL: jarro de agua fría para el régimen castrista
Elías Amor Bravo economista
Los problemas crecen para el régimen comunista de La Habana. CEPAL acaba de anunciar sus nuevas previsiones de crecimiento en América Latina y Caribe. Para este año, la región experimentará un aumento del PIB de tan solo un 3,2% alcanzando los resultados más elevados en Guyana (52%), Venezuela (12%), Barbados y Santa Lucía, ambas con 9,5%, Bahamas y San Kitts y Nevis, 8%, Colombia (7,7%). Entre los de peor desempeño, se sitúan Haití, -1,5%, Paraguay, -0,3% y México, 1,9%.
En este contexto, CEPAL prevé que la economía comunista cubana cerrará el año 2022 con un crecimiento del 2% del PIB, que la vuelve a situar en los puestos de cola de la región. Un dato poco favorable, que impedirá a la economía cubana recuperar los niveles de PIB anteriores a la pandemia encabalgando un año más de crisis, con lo que ello supone de empobrecimiento y pérdida de oportunidades de desarrollo.
Y si la previsión de 2022 no da para alegrías, CEPAL arroja un jarro de agua fría a los dirigentes de La Habana al asignar a la economía cubana para 2023 un crecimiento si cabe inferior del PIB, situado en 1,8%, dos décimas menos que el que se estima para el actual año. Malas, muy malas noticias, aunque, el ajuste que la CEPAL prevé para Cuba es inferior al que se adjudica al conjunto de la región, que reducirá el aumento del PIB en 2023 solo al 1,4% a partir del 3,2% de 2022. Una de cal y otra de arena.
Corren malos tiempos para la economía de América Latina y el Caribe y por ende para la economía cubana. La crisis económica mundial en ciernes tendrá un impacto en la economía de la región, y los países tendrán que adaptar sus políticas económicas para superar la situación. Por ejemplo, hay buenas noticias para Paraguay, que superará su recesión actual con un crecimiento estimado del 4%.
Las pequeñas economías del Caribe moderarán sus actuales cifras de crecimiento económico, pero no entrarán en recesión. La CEPAL tan solo dibuja oscuros nubarrones en el horizonte de Chile, al que ve con un descenso del PIB en 2023 del -0,9% el más bajo de toda la región.
Señala la CEPAL que a nivel interno los países de la región deberán hacer frente en 2023 a un complejo entorno para la política fiscal y monetaria. En lo monetario, el aumento de la inflación llevó a los bancos centrales, al igual que en la mayor parte del mundo, a aumentar los tipos de interés, en algunos casos de manera sustancial, y a reducir el crecimiento de los agregados monetarios. Si bien se prevé que en 2023 este proceso llegue a su fin, en la medida que se vayan moderando las expectativas de inflación en los países, los efectos de esta política restrictiva sobre el consumo privado y la inversión se mantendrán durante 2023. En Cuba, donde el Banco Central ni está ni se le espera, este escenario se pasará con los consabidos sobresaltos.
En el ámbito fiscal, la CEPAL estima que se mantendrán altos los niveles de deuda pública en un gran número de países, uno de ellos Cuba, aunque no se faciliten datos. En un contexto de altas demandas de gasto público, serán necesarias medidas para fortalecer la sostenibilidad fiscal y ampliar el espacio fiscal mediante el fortalecimiento de los ingresos públicos. En Cuba, esta vía al menos oficialmente permanece inexplorada. El régimen recauda gracias a la inflación y no ajusta el gasto.
Todas las zonas registrarán menor crecimiento el próximo año, de acuerdo con las nuevas proyecciones de la CEPAL. América del Sur crecerá un 1,2% en 2023 (3,4% en 2022), el grupo conformado por Centroamérica y México lo hará en un 1,7% (en comparación con un 2,5% en 2022) y el Caribe crecerá un 3,1%, sin incluir Guyana (en comparación con un 4,3% en 2022).
En América del Sur, algunos países se ven particularmente afectados por el bajo dinamismo económico de China, importante mercado para sus exportaciones de bienes. Tal es el caso por ejemplo de Chile, Brasil, Perú y Uruguay, que destinan a China más del 30% de sus exportaciones de mercancías (40% para Chile). América del Sur se verá afectada también por la caída en los precios de los productos básicos y por las restricciones al espacio que la política pública tiene para apuntalar la actividad. La alta inflación ha impactado los ingresos reales y los efectos sobre el consumo privado ya se han observado en algunos países a partir de la segunda mitad de este año, advierte la CEPAL.
Para las economías de América Central y México, el bajo dinamismo de Estados Unidos, principal socio comercial y primera fuente de remesas de sus países, afectará tanto al sector externo como al consumo privado. En este caso, sin embargo, los menores precios de los bienes básicos actuarían a favor en tanto varias de ellas son importadoras netas de alimentos y energía.
Finalmente, en las economías del Caribe la inflación ha impactado no solo los ingresos reales y con ello el consumo, sino los costos de producción con un impacto negativo en la competitividad de las exportaciones tanto de bienes como de turismo.
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