La construcción en Cuba necesita otro modelo y además con urgencia
Elías Amor Bravo economista
Nadie debe tener la menor duda al respecto. Basta con darse un paseo por alguna de las calles de cualquier ciudad de Cuba o circular por las carreteras. Si hay un sector que ha sufrido de forma muy negativa los efectos del modelo comunista implantado en la Isla por la revolución, ese no es otro que la construcción y de forma concreta, la vivienda.
Por eso, de vez en cuando la propaganda oficial trata de articular sus estratagemas para contrarrestar ese sentimiento de desprotección bastante generalizado en la sociedad cubana. Un buen ejemplo fue el programa Mesa redonda al que asistió el ministro del ramo, René Mesa que se acabó convirtiendo en una enumeración de datos más o menos descoordinados.
En particular, el ministro anunció de forma enfática que “el país proyecta crecer en la producción de materiales de la construcción y en la edificación de viviendas”. Ya pueden. De tanto construir hoteles y habitaciones de hoteles, se les ha olvidado lo único que importa, que es el derecho a la vivienda de las familias.
En el programa se dieron algunos resultados del sector construcción en 2021, con serios incumplimientos en el plan de viviendas y hormigón prefabricado. También hubo incumplimientos mayores (pero no se informó) en las producciones de arena, bloques, muebles sanitarios, azulejos, tejas y tanques de asbesto cemento, así como el cemento y clinker para la exportación. Además, el aprovechamiento de la capacidad disponible para la producción de cemento solo alcanzó el 59% y 43% en los años 2019 y 2020, respectivamente. Malos datos, sin duda.
Con respecto a la vivienda, el ministro dijo que en el 2021 se terminaron 18.645 viviendas (menos del 50% de lo planificado y de las peores cifras de las últimas décadas) ya que incluía todas las modalidades. Las de esfuerzo propio fueron 7.481 y las estatales 8.741 en tanto que las de subsidios fueron 2.423. En palabras del ministro, apenas se hicieron acciones de mantenimiento. Después anunció que para el 2022 se proyecta construir 37.991 viviendas, de ellas 15.721 viviendas por el sector estatal, 11.786 de subsidios y 10.484 viviendas por esfuerzo propio de la población. En realidad, el dato más desmoralizador es que del fondo habitacional al cierre del año 2020, solamente el 63% se encuentran en buen estado técnico y el 37% entre regular y malo.
El régimen comunista cubano ha sido un fracaso en la producción de materiales y productos para la construcción, las viviendas y su entorno, en la medida que no ha logrado que posibiliten el desarrollo de la economía para satisfacer las necesidades sociales. A pesar de que la construcción tiene un gran potencial para el crecimiento de la actividad, el empleo y los ingresos de la gente, en Cuba, nunca ha recibido la atención que merece. El bloqueo interno es una pesada carga sobre la construcción.
La razón de que esto ocurra es la ausencia de un marco jurídico de derechos de propiedad privada para la vivienda durante décadas y la prohibición de acumular estos activos por medio de inversiones (no es posible tener más de dos) o de crear empresas privadas de construcción, lo que ha limitado el potencial constructor de la nación.
De modo que el régimen ha sido incapaz de garantizar el acceso a la vivienda, estimando que más de 2 millones de cubanos carecen de una propia para sus familias, y por ello, e incumplimiento ha sido generalizado en sus diversas políticas y actuaciones. Y como todos los recursos proceden del estado, la construcción en Cuba ha sido un área de despilfarro de recursos presupuestarios, mal gestionada y con numerosas deficiencias. De hecho, el ministro informó que en el primer trimestre de 2021 más de 30 empresas cerraron con pérdidas, pero se redujo la cifra cuando acabó el semestre, hasta quedar 6. Estas empresas pertenecen básicamente a la industria de materiales.
En cuanto a las obras industriales, el ministro informó de numerosas actuaciones, la mayoría de ellas en curso, como Antillana de Acero, proceso que se prevé concluir en 2022 y la fábrica de cemento de Nuevitas. En el programa de energías renovables la construcción de parques eólicos en el oriente del país, y la ejecución de 100 MW en parques solares fotovoltaicos. También los programas de bebidas y refrescos, camarón, acuicultura, cárnicos, soya, conservas, molinera y lácteos, la ronera de Santa Cruz del Norte, la molinera de Cienfuegos y la procesadora de Soya de Santiago de Cuba se encontraban en curso.
En el plan arrocero el ministro dijo que se trabaja en 15 plantas de beneficio de semillas y secado de arroz, así como en el plan integral de la Isla de la Juventud. Aquí dijo que concluyeron las plantas de Secado “Esmeralda” y la base de almacenamiento de Silos “Libertad”, en Camagüey, además del Secadero Bizarrón en Mayabeque y la base de almacenamiento de Silos Cayamas, en Granma. En tanto que se trabaja en el programa de plantas proteicas en las provincias de Pinar del Río, Sancti Spíritus y Santiago de Cuba.
En obras del Ministerio de Salud Pública, el ministro dijo que priorizó la construcción de capacidades de aislamiento y centros de atención a pacientes con covid-19 y otras obras que determinaban servicios médicos fundamentales, así como la construcción y reparación de las sedes y la infraestructura existente en tribunales y fiscalías en las provincias de Matanzas, Guantánamo, Las Tunas, Granma, Holguín y La Habana, obras del CITMA relacionadas con el medio ambiente, así como la recuperación de playas.
Informó que para el presente año la producción de mezcla asfáltica crecerá un 82%, hasta llegar a 1.019.385 toneladas, destinada a la pavimentación de la autopista nacional, aeropuertos, barrios vulnerables y otras vías de interés nacional. En particular, y con referencia al programa del turismo el ministro informó que se trabaja en la construcción y reparación de varios hoteles, villas y campismos populares, entre ellos los hoteles Albatros, Oasis Varadero, Complejo Sirena - Coral, Yuraguanal II previendo al cierre del año entregar 1.973 habitaciones y remodelar 654.
Con respecto a los materiales de la construcción, donde se registraron empresas con pérdidas, el ministro dijo que este año se pretende crecer en todas las producciones. En 2021, los pisos de cerámica llegaron a 1.370.000 metros cuadrados, y este año se proyectan más de 200.000.000; mientras que para el 2024 ese plan debe ser de más de tres millones. En el caso de los muebles sanitarios se produjeron el año pasado 61.000 piezas, lo que se corresponden a 24.000 juegos sanitarios. Respecto a la industria del mármol se informó que esta cubre todas las necesidades del turismo y otras solicitudes nacionales y se exportan unos 10.000 metros cuadrados.
Además, señaló que las ventas pronosticadas a través del sistema de comercio interior también deben aumentar sus niveles con relación al año precedente, entre los que se destaca la comercialización de áridos, los bloques, los pisos, los enchapes cerámicos y los muebles sanitarios, “priorizando a los subsidiados”. En el caso del cemento, se estima que las ventas crecerán hasta 1.400.000 toneladas, contra las 800.000 toneladas de 2021. El ministro dijo que con todas las fábricas funcionando “podríamos producir unos 4 millones de toneladas de este elemento, y así nos acercaríamos a la demanda nacional”. La cuestión es ¿por qué no están todas funcionando?
Hay que hacer las cosas de otra forma. Es necesario y urgente.
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