La pesadilla de la "conducción del plan" de la economía

Elías Amor Bravo economista

Avisados están. Aquellos que no tengan mucho que hacer, y que se quieran reír un rato, lo tienen fácil. La gaceta oficial del régimen cubano, en su número 35, acaba de publicar el sistema de conducción del plan de la economía 2022, que deben cumplir los organismos de la Administración Central del Estado, las organizaciones superiores de dirección empresarial, los órganos locales del Poder Popular y demás entidades económicas. En suma, el brazo armado con el que el régimen comunista interviene en la economía. Un ejemplo de lo que no se tiene que hacer.

Un documento extenso, que, en líneas generales, está formado por 124 páginas en las que se vierten los más disímiles formularios de cumplimentación de datos estadísticos y se establecen consignas, plazos y cronogramas de todo tipo. Más o menos, lo mismo de siempre. Se esperaba algún cambio en el instrumento de la planificación para adaptarlo a los tiempos que corren, pero los dirigentes comunistas no dan su brazo a torcer, y de nuevo se han sacado de la manga un documento infumable, que hará más difícil, de eso no debe caber la menor duda, la gestión por los distintos actores de la economía.

Alguien podría preguntarse, ¿pero es necesario un plan como éste para dirigir la economía cubana? ¿acaso no se funcionaría mejor sin este documento de intervención directa en la actividad económica? La respuesta es no y sí, y viene fundada por la amplia experiencia histórica desde los tiempos de aquella “juceplan” de triste recuerdo, que se encargó de destruir la base de la economía de mercado que existía en Cuba por medio de decisiones políticas.

Los dirigentes comunistas habían abierto alguna esperanza, al reconocer que la economía se enfrenta a transformaciones y retos muy importantes, y como resultado de estas, parecía ser imprescindible un cambio en el modelo que ejerce el control, profundizando en el uso eficiente del sistema de informa­ción disponible para la toma de decisiones, así como en la realización de las comprobaciones externas. Sin embargo, la conducción del Plan de 2022 se ha acabado imponiendo con unas reglas ortodoxas que más se parecen a los métodos estalinistas reaccionarios de intervención en la economía que a otra cosa.

La resolución 39/2022 publicada en la gaceta oficial número 35 destila a extremo risible, la concreción del plan de la economía para este año. Un documento que, según se mire, debería haber sido devuelto a sus redactores, sobre todo teniendo en cuenta los cambios que se han producido recientemente en el entorno de la economía mundial, que no dejarán a Cuba sin efectos presentes y futuros. Los que se creen superiores a los otros, y además tienen conferida esta naturaleza por obra y gracia de la ideología dominante, rara vez aceptan este tipo de consideraciones, así que habrá que ver cuánto tiempo dura este plan y, sobre todo, que resultados logra.

Por lo pronto, la resolución determina el procedimiento de conducción del plan en 2022, que se atribuye al ministerio de economía, con amplias facultades para decidir, y que también se encarga de controlar el cumplimiento del plan, así como la marcha de la economía y proponer al gobierno las recomendaciones necesa­rias acerca de las medidas y correcciones a aplicar. Tarea importante en un momento como el presente.

La conducción del plan es un ejemplo de la jerarquía que impone el modelo comunista en los asuntos económicos en la Isla. Dicha conducción se basa en el cumplimiento obligatorio de dos documentos que se sabe son inútiles, pero que no queda otro remedio que seguir al pie de la letra.

Por un lado, la denominada “Estrategia Económico-Social, hoja de ruta de las acciones a realizar para garantizar el cumplimiento de los objetivos y metas del Plan de la Economía” dice la resolución. Desde hace tiempo se ha visto que los contenidos de la Estrategia están trasnochados, y no se corresponden con el cambio de escenario impuesto recientemente por la guerra de Rusia y los aumentos de precios de materias primas y energía. Por no servir, la Estrategia ni tan siquiera permitió atemperar los efectos devastadores de la Tarea Ordenamiento en 2021.

El otro documento de obligado cumplimiento es el denominado Plan de desarrollo 2030 PNDES, en el que se cuentan hilaridades de diverso signo, como que Cuba pueda abastecerse de energías renovables y otras majaderías impracticables, o argumentos como que “se requiere de la consolidación del sistema de trabajo, en especial lo referido al papel de los proyectos como célula básica de este proceso”. Pero ¿es que se aprueba un plan sin tener clara esta cuestión?

Por lo tanto, lo mejor sería olvidarse de estos “fetiches” y apostar por una mayor libertad de movimientos para los actores económicos. En absoluto. El plan impone obediencia ciega a todo el mundo, desde los organismos de la Administración del Esta­do, las organizaciones superiores de dirección empresarial, los órganos locales del Poder Popular y demás entidades económicas, de forma directa, a los actores privados que, indirectamente, se encuentran frenados y constreñidos por los que se denomina “bloqueo interno” que no es otra cosa que la maraña de trabas, impedimentos, burocracia y pérdida de capacidades que están asociadas al modelo económico comunista. Los primeros, las empresas estatales, incapaces de encontrar una trayectoria de eficiencia como consecuencia de esas trabas impuestas por el régimen político.

Por el contrario, la resolución establece que “se impone fortalecer el modo de ejercer el control en la conducción de la economía, y debe expresarse tanto en el plano conceptual como en su diseño práctico, para que el control se erija como un instrumento de evaluación de resultados”. Y luego, ¿quién se encarga de producir?

Para aquellos que no tengan el menor interés de leer las 124 páginas de la resolución de la conducción del plan es interesante destacar, a modo de resumen directivo, que las primeras 8 páginas reflejan de modo suficiente lo que traslada el plan en términos de intervención y control a los actores de la economía.

Para empezar, el proceso de conducción de la economía se caracteriza en el año 2022 por la evaluación de los siguientes componentes:

a) Conducción, seguimiento y evaluación del sistema de trabajo para implementar el PNDES hasta el 2030 a través de un sistema de Macro programas, programas y proyectos;

b) Evaluación del cumplimiento de los objetivos y metas trazadas en el Plan de la economía;

c) Seguimiento al cumplimiento de la Estrategia Económico-Social;

d) Seguimiento y control al proceso de creación de nuevos actores económicos y su inserción en la economía; y

e) Seguimiento y control a la estrategia para el desarrollo local.

Lo que siempre hemos temido. Los actores económicos dedican tanto tiempo y esfuerzo al plan y su cumplimentación, que luego no tienen tiempo para otra cosa más productiva. Este año, dice la resolución, que “las acciones a cumplimentar se han diseñado con un carácter más anticipativo que permita corregir en el comportamiento de la economía aquellas desviaciones que se dan en la práctica”. Ojalá fuera cierto. Hace falta mucha mayor agilidad. Ya se vio en 2021 con la inflación, que saltó en el primer mes del año, y nadie hizo nada para corregir dicho aumento. En Cuba, los hechos económicos ocurren, pero el plan impide una rápida reacción, como debería ser. El sistema de gestión macroeconómica dista mucho de ser eficiente.  

Por ello, plantar que “las acciones de control deben ir dirigidas esencialmente a identificar y resolver las causas de las desviaciones e incumplimientos y no las consecuencias” es la base del control de gestión, pero olvidarse de las consecuencias es peligroso. No es fácil saber qué hacer para luchar contra la inflación, si no se atiende a sus efectos devastadores sobre el poder adquisitivo de la población.

Además, se tiene la sensación de que el acopio de información que se tiene que elaborar por los actores económicos para el control del Plan y del comportamiento de la economía, es tan abundante, que apenas van a tener tiempo para cumplir otros compromisos como los relacionados con la estadística oficial de ONEI, de modo que el ministro Gil, como viene siendo habitual, tendrá más información de la economía que la sociedad, y podrá manipular los datos a su antojo cuando le plazca. Todo un ejemplo de gobernanza responsable.  

A continuación, se establecen unas fechas concretas para las acciones destinadas a la conducción de la economía, “teniendo en cuenta el Plan de Actividades del Estado y del Gobierno, momentos en que se requiere además brindar infor­mación a los diferentes niveles de Dirección del país y favorecer el proceso de toma de decisión para la conducción proactiva de la Economía”. O sea, más información, y aquí es cuando cabe preguntarse ¿para qué?

La información para la conducción de la economía es la siguiente:

1. Comportamiento mensual de la economía

2. Estrategia Económico-Social, Plan Nacional de Desarrollo hasta 2030, Labora­torios ODS, programas, políticas y normas jurídicas vinculadas a la proyección estratégica del organismo

3. Comportamiento estimado de la economía al cierre del primer semestre

4. Comportamiento estimado de la economía al cierre de año

5. Comportamiento real de la economía al cierre de 2022

Del comportamiento mensual de la economía, el ministerio de economía continúa realizando los informes, fundamentalmente a partir de la Estrategia Económico-Social para el cumplimiento de los Objetivos y Metas del Plan 2022. Estos informes ofrecen información de indicadores que tributan a la conducción de la economía en su conjunto y contienen el seguimiento a indicadores macroeconómicos seleccionados que miden los efectos de la Tarea Ordenamiento en la Economía.

El informe de ejecución de comportamiento de la economía al cierre de cada mes al Gobierno se entrega 10 días posteriores al mes que se informa. ¿Dónde están esos informes y por qué no se ponen a disposición de la sociedad?

En cuanto a la Estrategia Económico-Social, Plan Nacional de Desarrollo hasta 2030, Labora­torios ODS, programas, políticas y normas jurídicas vinculadas a la proyección estratégica del organismo, se realiza un seguimiento de cada uno de estos aspectos si guardan relación con las categorías del Plan. En este caso, las fechas de entrega, según corresponda.

En cuanto al comportamiento estimado de la economía al cierre del primer semestre, durante el año 2022, se realizarán las conciliaciones con la ONEI para los estimados del cierre del primer semestre y del año, igual que el año anterior, es decir por categorías globales y no por cada sujeto de Plan.

Las entidades validan con la ONEI y el MEP en el mes de abril (están en ello ahora) los datos del primer trimestre (real hasta marzo 31), el estimado del primer semestre (tres meses reales y tres estimados), así como el primer estimado de cumpli­miento del plan anual (tres meses reales y nueve meses estimados). Esta información sirve de base para elaborar el Informe del comportamiento de la eco­nomía al cierre del primer semestre, que incluye el primer estimado del cumplimiento del Plan al cierre del año. 

El gobierno recibe este informe el 10 de mayo y después se presenta para su aprobación a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) en el mes de julio entre el 11 al 16.

En cuanto al comportamiento estimado de la economía al cierre de año, las entidades validan con la ONEI y el MEP en octubre los datos del primer semestre (real hasta junio 30) y actualizan el estimado del año (6 meses rea­les, 3 meses de referencia –julio – agosto y septiembre y tres estimados). Esta conciliación debe servir para evaluar las desviaciones entre los estimados rea­lizados y lo que realmente resultó para analizar la efectividad de lo presentado como real del semestre.

La entrega de la propuesta de Informe de Ejecución estimada de la Economía al cierre del año 2022 que acompaña el Informe de la Propuesta de Plan 2023 al Gobierno hasta el 27 de octubre.

En cuanto al comportamiento real de la economía al cierre de 2022, en el caso de la conciliación para la evaluación del comportamiento real de la economía al cierre de 2022, se realizará como el año ante­rior, es decir por categorías globales y no por cada sujeto de Plan.

Las entidades validan con la ONEI en el mes de febrero de 2023 los datos reales del cierre del año con el objeti­vo de elaborar el Informe de Ejecución Real de la Economía de 2022, identificándose las desviaciones fundamentales con relación a los estimados del año actualizados en el mes de octubre con el real del año.  

La entrega de la propuesta de Informe de Ejecución real de la economía al cierre de 2022 será el 27 de marzo de 2023.

Junto a estas indicaciones se presenta el Cronograma de Trabajo, la descripción de las ac­ciones de control a realizar en cada aspecto objeto de control, así como se explican los elementos a tener en cuenta en la presentación de la información y los modelos a utilizar, los que se introducirán en los sistemas automatizados que se utilizan para el control del Plan antes o hasta las fechas definidas y se entregarán al MEP en formato impreso, debi­damente firmados por la máxima Dirección de cada Entidad.

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