La amenaza de la inflación en las cuentas anuales de Cuba

Elias Amor Bravo economista

Probablemente, el régimen ha querido que los datos que más sorprenden de las cuentas nacionales de la economía cubana en 2021 pasen desapercibidos y no se les preste la debida atención. Se trata de los relativos a la evolución de los precios y en concreto, los que se calculan para las distintas actividades económicas, ya sea como índices de base 100 con el año anterior, como los precios que definen el deflactor implícito del PIB con base en 1997.

Ya supimos que el IPC había cerrado 2021 con una tasa de variación interanual del 77% con respecto al año anterior. Se trataba de ver si el entorno inflacionista ha tenido efectos en la formación de los precios relativos y la dispersión de la actividad económica sectorial. Ocultar la realidad es peor que mentir.

Porque tanto en un caso (índices anuales de precios) como en otro (deflactor del PIB), los resultados han sido muy similares. En el Cuadro siguiente se presentan los datos. Se han estimado, para los años 2018 al 2021, las tasas anuales de variación del índice y del deflactor, y posteriormente se elaboran las medias de dicho período, obteniéndose los datos del cuadro.

 

Índice anual

Deflactor

Producto interno bruto

85,6

105,7

 Agricultura, ganadería y silvicultura

19,7

24,2

 Pesca

38,8

45,1

 Explotación de minas y canteras

489,9

494,6

 Industria azucarera

111,3

107,1

 Industrias manufactureras (excepto azucarera)

108,2

122,3

 Suministro de electricidad, gas y agua

46,3

43,9

 Construcción

90,9

104,0

 Comercio reparación de efectos personales

123,1

131,8

 Hoteles y restaurantes

44,9

49,8

 Transportes, almacenamiento y comunicaciones

184,0

158,4

 Intermediación financiera

49,9

52,6

 Servicios empresariales, inmobiliarias y alquiler

75,9

78,8

 Administración pública, defensa; seguridad social

63,2

85,3

 Ciencia e innovación tecnológica

48,8

51,7

 Educación

43,3

97,9

 Salud pública y asistencia social

74,3

113,1

 Cultura y deporte

43,5

57,7

 Otros servicios comunales, de asociaciones

34,2

39,3

 Derechos de importación

252,3

128,4

 Tanto el índice como el deflactor del PIB crecieron de forma significativa, 85,6% y 105,7% respectivamente en el periodo considerado. Por lo general el crecimiento del deflactor del PIB es superior al del índice anual, salvo cuatro excepciones (Transportes, Suministro de electricidad, industria azucarera y derechos de importación). Además, existe una gran dispersión entre la evolución de los precios por las distintas actividades económicas, pero en general suelen coincidir los dos indicadores. 

El rango de variación oscila 14 puntos entre los valores máximos y mínimos. Por encima de los valores del PIB, destaca en primer lugar, Explotación de minas y canteras, con aumentos promedio cercanos al 500%, de un 489,9% con el índice, y de un 494,6% con el deflactor. A continuación, Transportes almacenamiento y comunicaciones, con 184% y 158% respectivamente. En tercer lugar, Comercio, con 123% y 132%, y en cuarto la Industria azucarera con 111,3% y 107%.  En cuarto las industrias manufactureras (sin el azúcar) con 108% y 122%.

En todo caso, estas cifras confirman que la economía cubana ha estado sometida a una intensa presión de los precios, más concentrada en 2020 y 2021, por la pandemia y la tarea ordenamiento, pero con consecuencias muy notables en la formación de precios relativos. Esto a su vez influye en los trasvases de rentas desde las actividades que menos crecen los precios hacia las que más lo hacen, lo que genera distorsiones, vía la conocida relación real de intercambio, y todo ello en el marco de la planificación central comunista de la economía.

Por ejemplo, las actividades del sector presupuestado han venido caracterizadas por aumentos del índice de precios inferiores a la media, y en todos los casos han visto crecer por encima del índice anual al deflactor, como en el caso de Educación 43,3% y 97,9% lo que se interpreta como la necesidad de aumento de la demanda privada por las familias en esta actividad dada la baja prestación y calidad del servicio por el régimen.

En el extremo inferior de precios, el sector agropecuario se situó con los niveles más bajos de todas las actividades, 19,7% y 24,2% lo que indica cuán difícil es hacer rentables las explotaciones agropecuarias en Cuba, y que este sector ha sido perjudicado por los precios relativos transfiriendo recursos al resto de la economía por esos bajos precios y empobreciéndose a pasos agigantados. Idéntico argumento se puede afirmar de los servicios comunales, situados en el penúltimo puesto de la evolución de los precios, 34,2% y 39,3%, en este caso, financiados por el presupuesto.

Para avanzar en este análisis, el Cuadro siguiente presenta la evolución de los niveles de precios (deflactor del PIB con relación a la media) entre los años 2019 a 2021. El objetivo es ver cuáles han sido las actividades ganadoras (+) y perdedoras (-) en el contexto de elevada inflación de los años 2020 y 2021.

 

2019/2021 %

Producto interno bruto

0,0

 Agricultura, ganadería y silvicultura

-67,4

 Pesca

-50,3

 Explotación de minas y canteras

253,3

 Industria azucarera

-16,6

 Industrias manufactureras (excepto azucarera)

7,4

 Suministro de electricidad, gas y agua

-56,9

 Construcción

-11,1

 Comercio; reparación de efectos personales

10,2

 Hoteles y restaurantes

-47,6

 Transportes, almacenamiento y comunicaciones

13,9

 Intermediación financiera

-46,6

 Servicios empresariales, inmobiliarias y alquiler

-30,3

 Administración pública, defensa; seguridad social

-16,8

 Ciencia e innovación tecnológica

-52,1

 Educación

27,9

 Salud pública y asistencia social

28,4

 Cultura y deporte

-39,9

 Otro servicios comunales y asociaciones

-54,9

 Derechos de importación

-45,3

Las actividades ganadoras (+) son la Explotación de minas y canteras, las industrias manufactureras (excepto azúcar), el comercio, transportes almacenamiento y comunicaciones y Educación y Salud pública que lideran los porcentajes positivos que alcanzan estas actividades beneficiadas por el comportamiento de sus precios relativos con respecto a la media. En el lado negativo, las más perjudicadas fueron, nuevamente, el sector agropecuario y los servicios comunales una vez más, a los que se unen el suministro de electricidad, la ciencia e innovación o la pesca.

De lo expuesto, cabe señalar que el contexto de elevaciones de precios que ha tenido lugar en la economía cubana en los últimos años ha provocado efectos negativos sobre unas actividades y positivos en otras, sin que las autoridades que dicen poseer el control de la economía de planificación central, hayan sido capaces de corregir esos efectos. La pobreza del sector agropecuario o los apagones tienen mucho que ver con las condiciones de los precios en estas actividades. El  fracaso del modelo económico comunista es, a la vista de estos datos, si cabe aun mayor.

 

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