Marrero quiere negocio y prosperidad para los extranjeros. No, para los cubanos

Elias Amor Bravo economista

Sin duda alguna, el plato fuerte de la visita de Marrero a Rusia fue la participación de Cuba en el XXVI Foro Económico Internacional (SPIEF), un evento en que participan las delegaciones de más de 100 países del mundo a los que une el interés comercial con Rusia, y ello tiene lugar, en plena guerra de Ucrania y con las sanciones de Occidente en vigor. Así son las cosas.

Pues bien, allí fue Marrero a hacer acto de presencia y dedicar unas palabras a la audiencia. Y poco más, porque acuerdos concretos, nada de nada. En ambos casos, el discurso castrista iba en línea con el tema principal del foro, a saber, “Desarrollo soberano, la base de un mundo justo. Unamos esfuerzos por el bien de las generaciones futuras”. Un lema que, desde luego, tiene poco que ver con el funcionamiento del sistema económico ruso, y está en las antípodas del máximo dirigente de este país Putin y la cáfila de mega millonarios que sostienen su poder político.

No hace falta ser buen entendedor para concluir que a este foro suelen acudir países que, de algún modo, buscan expandir su cooperación con Rusia, incluso en momentos complicados como el actual en los que Rusia y Putin han quedado marcados como criminales de guerra y en su momento serán responsables de lo que han hecho en Ucrania.

De ese modo, junto a los socios tradicionales de Rusia, como Vietnam, India y China, han hecho  presencia un número de participantes de naciones del sudeste asiático, como Indonesia, Malasia y Tailandia. Junto a ellos,  Además, hay delegaciones de más de 20 países africanos, de Oriente medio, Arabia Saudita, Catar y Baréin, Irán y Siria. Y por supuesto, de América Latina, además de Cuba, otros 20 países del Caribe y de América Central y del Sur, entre ellos Argentina, Brasil, Venezuela, Cuba y México.

Sin duda, el mundo está lleno de navegantes que tratan de pescar en aguas revueltas, allí en el foro de San Petersburgo, estuvo Marrero y sus mensajes a la audiencia, no van a pasar desapercibidos.

La mecánica del foro consiste en que las empresas participantes no solo firman acuerdos, sino que también llaman la atención de los asistentes con proyectos originales en sus stands. La participación rusa ha sido la más destacada, como corresponde a los objetivos de esta iniciativa.

Pero, ¿Qué dijo Marrero en su intervención?

El dirigente comunista cubano participó en una mesa redonda en la que se habló de desarrollo soberano e inversión extranjera. El formato de la mesa, basado en butacas en el escenario, no benefició en absoluto a Marrero que por sus abultadas dimensiones físicas no se encontró cómodo en ningún momento. Tal vez él se esperaba un formato auditorio, que es el más utilizado por el castrismo, pero la posición de la butaca le creó no pocos problemas. Los comunistas cubanos se van a tener que ir acostumbrando a estos diseños. Se trata de la modernidad.

Su primer mensaje, como cabía esperar, al presentar los retos que enfrenta Cuba se dirigieron a atacar de forma inmisericorde el bloqueo, del que dijo, que impide alcanzar un desarrollo soberano. En su criterio, este último debe ser entendido como la capacidad de las naciones de decidir por sí mismas sobre el establecimiento de hojas de ruta propias para hacer crecer la economía. Entonces, ¿Qué hace en la Unión Euroasiática? Y sobre todo, ¿Qué hace en Rusia pidiendo a un empresario amigo de Putin que promueva el desarrollo de las mipymes o que entreguen algo de petróleo y derivados, aunque sea menos del 25% de lo que necesita Cuba al año? ¿Dónde esta esa soberanía de la que habla Marrero?

A continuación dijo que mientras cualquier otro país resuelve muchos problemas de la economía con terapias de choque, Cuba garantiza su desarrollo soberano, procurando justicia y equidad. Y desde aquí le informamos que, cuánto más tarde en asumir que se tienen que hacer ajustes y consolidación fiscal de la economía cubana, más dura será la terapia que habrá que adoptar. Van camino del desastre, y haciendo este tipo de anuncios no ayudan a los cubanos.

En tercer lugar, anunció algo ya conocido por todos los asistentes a este foro y es que Cuba ocupa la Presidencia del Grupo de los 77 más China y su prioridad está en el fomento de solidaridad y la cooperación internacional. Y en este punto, volvió a insistir en la construcción de consensos para avanzar hacia las aspiraciones de desarrollo soberano. ¿Consensos con quién? ¿Con Rusia? Así cualquiera.

En cuarto lugar, volvió a presentar la posición de Cuba con respecto a la inversión extranjera y las relaciones con Rusia.

Con respecto a la primera, volvió a repetir los mismos argumentos de siempre, que si la inversión extranjera es un elemento clave para el plan de desarrollo económico social, el turismo, la agricultura la industria y otras esferas, para añadir sorprendentemente, “estamos abiertos al mundo, abierto al negocio”. 

Evidentemente, lo que Marrero y su régimen no quieren para los cubanos, lo desean para el resto del mundo. Ha ideado un sistema económico perverso en el que los cubanos son apartados de los negocios y la prosperidad, que se entrega dócilmente a los extranjeros. Pero, vamos a ver, ¿Esto es soberanía? ¿En qué quedamos?

Con relación a la segunda cuestión, Marrero dijo algo que sorprendió a los analistas y observadores, al señalar que “estamos en un periodo de reforzamiento de las relaciones comerciales con Rusia, se han firmado varios acuerdos y el objetivo es llegar a la autonomía”. Pero, ¿No estaban claras y definidas las relaciones económicas? ¿Es que no se firmaron en el viaje de noviembre pasado de Díaz Canel? Entonces, ¿Qué se esta reforzando y cómo? Y sobre todo, ¿Qué quiere decir con la “autonomía” Marrero?

Y como realmente no tenía mucho más que decir, porque todo eran repeticiones de mensajes anteriores, Marrero se despidió volviendo a atacar el embargo de Estados Unidos, y anunciando la próxima cumbre del G77 + China, de La Habana. 

Otro escenario financiero que va a suponer tensiones para las magras arcas del estado cubano, que si bien no escatimará en gastos, como hace en otros certámenes y eventos, luego acaban en nada. Marrero dijo que el evento servirá “para abrirnos y dar facilidades de inversión, ya que Cuba apuesta por el desarrollo de la ciencia la innovación”, pero se confunde. 

No es ese el objetivo de las cumbres de este grupo, que pasará sin pena ni gloria por La Habana. Eso sí, dejando una abultada cuenta de gastos en los hoteles y restaurantes que alguien tendrá que pagar. Los cubanos, con sus sueldos miserables son los primeros candidatos. Desde aquí pedimos a la contralora, la señora Bejarano que trabaje y que investigue las cuentas de este evento. Nos ayudaría a entender muchas cosas.


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